La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil sigue con la investigación abierta ya la semana pasada. De todos modos, por ahora no hay datos definitivos sobre la cuestión, según explicaron a este periódico fuentes de dicho organismo. Como suele ocurrir en casos semejantes, aspecto también señalado por personal del organismo encargado del control de la cuenca del Miño-Sil, se abrió un expediente cuyas consecuencias tampoco se pueden concretar por ahora, a la espera de que nuevos datos sirvan de base para detallar responsabilidades.
También en este asunto se mueve con prudencia el gobierno local, que por ahora -así lo dijo ayer el alcalde, José Ulla- prefiere no precisar si el vertido derivará en algún tipo se sanción o de petición de responsabilidades por parte del Concello.
Lo que sí prevé hacer el Concello a corto plazo es aumentar el control de los sistemas de las empresas para analizar si realizan algún vertido y revisar sus sistemas de alcantarillado. El pasado jueves, poco después de descubrirse el vertido, se observó en el polígono una conexión entre la red de aguas pluviales y la de residuales, y uno de los primeros trabajos consistió en tapar ese baipás para atajar el problema.