El envejecimiento, el cierre de granjas y la falta de ayudas son algunas causas
07 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El rural lucense está sufriendo un verdadero éxodo educativo. El envejecimiento poblacional, el cierre de explotaciones y la escasez de ayudas son algunas de las causas que están detrás de este fenómeno cada vez más acusado. ¿Las consecuencias? Cierran colegios y, los que quedan, lo hacen bajo mínimos o convertidos en escuelas unitarias. Ejemplos de esta situación se ven, entre otros, en los colegios Concepción López Rey (Baleira), Ponte de Doiras (Cervantes) y Aníbal Otero (Ribeira de Piquín). Los docentes ven con cierta nostalgia esta situación y reivindican el papel que juegan estos centros educativos en la sociedad. Critican que la reducción de profesorado y de unidades en los colegios hace que la gente no se anime a instalarse en el rural y que, quienes ya viven en él, se vayan.
En el colegio de Baleira cuentan con instalaciones para 300 alumnos -los hubo hace 18 años-, pero ahora apenas quedan 30, cuando en el 2000 solo en una clase de segundo de ESO había 32. Además, llegó a haber 35 alumnos en el colegio de Córneas, que ahora está cerrado. Hoy la cosa es completamente distinta, y el descenso total de alumnos fue del 91%.
De entrada, en Baleira ya no se imparte secundaria, lo que aún fomentó más la pérdida de alumnos porque algunos padres, para que los niños no estén cambiando tanto de escuela, los llevan a otros centros a iniciar primaria, bien a Castroverde, al que está adscrito, o a Lugo, sobre todo en los casos en que los progenitores trabajan en la capital lucense. Así que es la pescadilla que se muerde la cola.
Sin niños de 3 años
Esto ha derivado en dos ciclos de primaria y uno de infantil, pues el último acuerdo de la Xunta establece que pueden estar en la misma clase un máximo de 16 alumnos de cualquier edad. No hay ninguno de 3 años, y en quinto de primaria solo hay 3. En cuanto a profesores, hay dos menos este curso. El trabajo se lo reparten entre cuatro (incluido el director) que se distribuyen por temas: lenguas, ciencias... y se implican al máximo en la educación de los pequeños. Los equipos e instalaciones son de calidad y con capacidad para muchos más alumnos: tienen aulas de audiovisuales con pizarra digital, sala de informática, aula de inglés, de música, biblioteca... Les quedan tres estancias a las que ahora no dan ningún uso. También disponen de comedor al que asiste la totalidad de alumnos.
Además, no han suprimido las actividades extraescolares como en otros centros. Al poco alumnado que hay, lo miman al máximo. Es una forma de conservarlo y de que aumente. A mayores, la APA organiza numerosos cursos; el año pasado había 15 niños en informática, una veintena en danza, baile, acordeón... Lo tienen todo, salvo niños. Y como la cosa siga así, todo apunta a que el centro acabará convertido en una unitaria. Un rol fundamental para que eso no ocurra lo tienen las familias, por un lado, y el apoyo de la Administración.
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Alumnos en Baleira en 1993. Entre el colegio de O Cádavo y Córneas
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Alumnos en Baleira hoy. Los que quedan en O Cádavo. Córneas cerró
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Previsión de alumnos en el 2013 en Ribeira de Piquín.
Hoy hay 8.
Van al comedor todos los niños
de Baleira y el APA es muy activa