La Guardia Civil detuvo al constructor José Luis Mahía Pacín para su ingreso en prisión por orden de la Audiencia Provincial de Lugo. El empresario fue apresado sobre las seis de la tarde jueves y estaba previsto su traslado inmediato a la prisión de Bonxe para cumplir una condena de tres años y medio de prisión que le fue impuesta por el alto tribunal lucense por un delito contra los derechos de los trabajadores.
El empresario fue juzgado en marzo del año pasado y condenado semanas después como consecuencia de la acusación formulada por el fiscal en relación con la explotación de que fueron víctimas obreros uruguayos que trabajaron en una obra del constructor en A Piringalla.
Según la versión de la acusación, el constructor contrataba frecuentemente de forma verbal a inmigrantes sabiendo que carecían de los permisos de residencia y trabajo. Así eludía el cumplimiento de las formalidades legales. Sin embargo la Inspección de Trabajo le levantó diversas actas de infracción.
El fiscal también dijo que el constructor abusó de los trabajadores sabiendo que éstos estaban en situación de necesidad. Les imponía condiciones ilícitas contrarias al Estatuto de los Trabajadores.
En diciembre de 2006, en la obra ya citada fueron encontrados ocho obreros uruguayos en situación irregular. Uno de ellos trabajaba nueve horas y media, de lunes a viernes, a cambio de 780 euros. Además le dieron ordenes de dar un nombre falso en caso de que se presentara un inspector en la obra.
Otro de los explotados hacía 45 horas semanales por 600 euros y también tenía la instrucción de dar una identidad falsa. A otro le pagaban 800 y le descontaban 90 por cada día de ausencia.
El empresario declaró en la vista que estos trabajadores cobraban más de lo que merecían y que lo denunciaron porque algún sindicato les «endulzó la boca».