O Chucán será juzgado el martes, pero ya lleva tres años y tres meses en prisión
22 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El único acusado por la muerte a golpes de una mujer en Sober en septiembre del 2007 se enfrenta a una petición fiscal de condena de hasta diecisiete años de prisión. José Carnero será juzgado el martes en la audiencia provincial de Lugo. Tendrá que responder por la muerte de Pilar Palacios, una mujer que trabajaba como prostituta en el club ourensano Tosca y cuyo cadáver golpeado fue encontrado en la casa del procesado, en una aldea de la parroquia de Anllo.
José Carnero, conocido en Sober por el apodo de O Chucán, se enfrentará en el juicio a la acusación dirigida por la Fiscalía pero también a las que ejercen el viudo y la madre de la víctima. Las tres acusaciones han decidido calificar los hechos como asesinato, al apreciar ensañamiento en la agresión que acabó causándole la muerte a la fallecida. La Fiscalía defenderá una condena de diecisiete años para el procesado, mientras que la acusación que representa al viudo reclamará diecinueve y la de la madre veinte.
El hijo, los padres y el viudo
En caso de que sea hallado culpable, José Carnero tendrá que hacer frente también a importantes indemnizaciones para la familia de la mujer asesinada. En este caso, la Fiscalía propone que se le impongan compensaciones económicas que suman algo más de 102.000 euros para el hijo, que es menor de edad, la madre y el padre de Pilar Palacios. Por su parte, el viudo solicita que el acusado le pague con 109.145 euros.
El comienzo de la vista oral por este caso está fijado para las diez de la mañana. A esa hora deberían estar en sus puestos los integrantes del jurado que determinará si O Chucán es o no culpable de este crimen, que se descubrió varios después de ocurrido, cuando un vecino entró en la casa del acusado, preocupado por su ausencia del pueblo, y se encontró con el cadáver en la antigua cuadra de la vivienda.
Las fuerzas de seguridad comenzaron entonces una búsqueda que terminó dos días después en Pontevedra, cuando el acusado sufrió un accidente con su coche tras el que fue trasladado a un hospital, lo que reveló a la policía donde se encontraba. La instrucción judicial del caso se prolongó más de lo esperado, por la tardanza en completarse algunas pruebas periciales de ADN.