El cerebro de la trama de los burdeles creó empresas tapadera para legalizar mujeres

La Voz LUGO/LA VOZ.

LEMOS

24 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Controlar absolutamente todos los frentes para evitar problemas. Esa era una de las máximas de la red mafiosa que fue descabezada en la macroinvestigación de la denominada operación Carioca. A medida que avanzan las investigaciones, se conocen datos que revelan que los cabecillas de la trama trataban de tenerlo todo atado y bien atado. Así, José Manuel García Adán, uno de los presuntos cerebros de la organización, había creado algunas empresas tapadera para fingir contratos de trabajo de alguna de sus empleadas, que les permitieran obtener el permiso de residencia en España.

Adán tejió una extensa telaraña de colaboradores para llevar a cabo la presunta explotación sexual de mujeres. Quería que fueran brasileñas preferentemente, y de no ser así, de otro país sudamericano. El negocio estaba perfectamente montado y rendía excelentes beneficios a final de mes. Pero se presentaban complicaciones que era preciso solventar, como, por ejemplo, regularizar la situación de algunas empleadas, especialmente aquellas que atraían la atención de un mayor número de clientes en los clubes.

Las investigaciones revelan que los responsables de la trama no tenían razones para temer que la Guardia Civil o la Policía les complicaran el lucrativo negocio. También parece que a nivel de organismos encargados de cuestiones relacionadas con extranjería tenían buenos contactos. Sin embargo, por si algo fallaba, Adán y su equipo crearon alguna empresa tapadera. De acuerdo con algunas informaciones, una de las empresas fundadas se denominaba Adán Slogan Lugo. Al parecer, en las pesquisas llevadas a cabo pudo concretarse que al frente no figuraba el empresario de la noche, sino uno de sus colaboradores.

¿Para qué crearon esa firma? Entre otras razones, para hacer contratos ficticios a mujeres de los clubes para presentarlos ante las autoridades de extranjería y que estas los dieran como buenos a la hora de tramitar los permisos de residencia. Al parecer, en algunos momentos, departamentos de Extranjería en la capital lucense llegaron a ser algo así como una coladera, según diversas fuentes.

«Adán es una persona hábil. No se pilla los dedos con facilidad. De hecho, muchas de las empresas a las que estaba vinculado no se encontraban a su nombre aunque realmente eran de él. Su política pasaba por colocar a hombres de paja por si acaso había problemas con la policía o incluso con Hacienda», expresó una fuente que conoce bien a este hombre que actualmente se encuentra encarcelado.

En su momento, agentes de la investigación fueron a las secciones de extranjería de la comisaría y también de la Subdelegación del Gobierno para recabar documentación sobre permisos de residencia.