El castro de Castelo, en Taboada, acogerá esta noche una de sus celebraciones más tradicionales, la Queima das Fachas, que cuenta con más de dos mil años de antigüedad y que en el 2008 fue declarada fiesta de interés turístico por la Xunta. Este fin de semana se empezaron a recolectar en el monte las ramas de los agucios, los arbustos con los que se elaboran las fachas. Su tallo es recto y liso, y mide en torno a un metro de altura y un centímetro de diámetro. Al secarse durante el verano, se convierte en una mata muy combustible, que arde con mucha facilidad.
Una vez reunidos los agucios, en la tarde de ayer, diversos vecinos y miembros de la asociación cultural Os Fachos trabajaban en la confección de las antorchas. Para ello colocaban cuidadosamente las ramas en torno a un tronco de abedul, aunque habitualmente esta operación se ejecuta alrededor de un tronco de pino.
En la elaboración de los fachos tiene especial relevancia el hecho de entrelazar bien las ramas, de tal manera que se aumenta el período durante el que arde la antorcha, haciendo el espectáculo más vistoso. Del mismo modo, los dos extremos de los agucios deben quedar totalmente ocultos y las ramas empleadas deben estar también muy secas. Aunque su tamaño es variable, acostumbran medir entre tres y cuatro metros.
A medida que se va «engordando» la base de madera, se van asegurando los agucios, uniéndolos al palo a través de pequeñas varas de mimbre, conocidas como vimias, y alambres.
Una vez listos, el siguiente paso será colocarlos en la jornada de hoy siguiendo un círculo en torno al castro, para luego hacerlos arder. Será a las 23.30 horas, cuando los miembros de la comisión organizadora marquen el incio del espectáculo prendiendo fuego a las antorchas, para lo que echarán mano de pértigas.