Tesoros paleolíticos en Cova Eirós

Francisco Albo
Francisco Albo MONFORTE/LA VOZ.

LEMOS

La nueva campaña de excavaciones en el yacimiento de Triacastela ha proporcionado cerca de un millar de piezas arqueológicas y fósiles de animales

27 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El próximo martes se dará por cerrada la nueva campaña de excavaciones realizada a lo largo de este mes en el yacimiento paleolítico de Cova Eirós (Triacastela), el único de Galicia que contiene a la vez rastros del hombre de Neandertal y del Homo sapiens moderno u hombre de Cromañón. Aunque en esta ocasión no se realizaron hallazgos excepcionales, los arqueólogos han podido desenterrar una considerable cantidad de nuevos materiales -muestras de industrias líticas y restos fósiles de animales- que ofrecen un gran interés para el estudio de los poblamientos humanos y la evolución del medio ambiente y del clima de la montaña lucense en etapas muy diferentes de la prehistoria remota. Las piezas descubiertas en esta campaña rondan ya el millar.

La abundancia de la nueva cosecha arqueológica llama más la atención si se tiene en cuenta que las excavaciones se realizan en una reducida superficie de unos once metros cuadrados, situada a la entrada de esta gruta caliza. Una gran parte de estos materiales -cerca de la mitad- ha sido hallada en una pequeña porción de tres metros cuadrados, donde en el verano del 2008 se descubrió el primer yacimiento neandertal de Galicia ubicado en una cueva y acompañado de restos de fauna. Los nuevos materiales, entre los que hay numerosas piezas talladas en cuarzo y cuarcita, presentan un nivel tecnológico más simple que los encontrados en el mismo lugar hace dos años y corresponden supuestamente a un poblamiento neandertal más antiguo, algo que habrá que confirmar mediante dataciones radiométricas.

Los materiales que se están recuperando en los otros sectores de la excavación corresponden a diferentes etapas al Paleolítico Superior, época en la que los neandertales fueron reemplazados por ocupantes de nuestra especie. Los hallazgos en esta zona son menos abundantes, pero serán de gran ayuda para realizar estudios comparativos entre el desarrollo tecnológico y los modos de vida de las dos especies humanas representadas en el yacimiento.

Una vez termine la actual campaña, los nuevos materiales hallados en la cueva serán sometidos a un detallado análisis de laboratorio con el fin de extraerles toda la información posible, al igual que se está haciendo desde hace tiempo con las industrias líticas y los fósiles desenterrados en las campañas precedentes.

Perspectivas

Los responsables de las excavaciones -encuadradas en el proyecto de investigación de los yacimientos paleolíticos del sur lucense que coordina la Universidade de Santiago- confían en realizar nuevos e importantes hallazgos en Cova Eirós en los años próximos. Los sondeos efectuados con georradar en el subsuelo de la gruta indican que por debajo de lo que se ha excavado hasta ahora todavía quedan otros dos metros de sedimento, que podrían contener rastros de etapas todavía más antiguas.

La cavidad, por otra parte, tiene 104 metros de longitud y en las zonas más profundas -que están lejos de haber sido estudiadas a fondo- aún puede haber muchas cosas por descubrir. Fue en esa parte de la cueva donde la paleontóloga Aurora Grandal encontró a principios de pasada década un conjunto de valiosos fósiles de oso de las cavernas. Los investigadores no descartan tampoco que en el interior de la gruta se conserven muestras de arte rupestre del Paleolítico Superior, lo que habrá que comprobar más adelante con la ayuda de una iluminación adecuada.