El testimonio de una profesional lucense revela la precariedad de las «enfermeras eventuales» del Sergas, que rotan por unidades clínicas sin una formación especializada
26 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.«Cuando me enteré de la noticia, lo sentí mucho por el niñito y por su padre, pero en la primera que pensé fue en la enfermera. Lo que le pasó a ella me puede pasar a mí cualquier día. A esa niña se le fastidió la vida...». Con esta reflexión sobre el trágico desenlace en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid de Rayan, el bebé de Dalila, la primera víctima mortal de la gripe A en España, empieza su relato Carmen (nombre ficticio). Esta lucense de 29 años se diplomó en Enfermería hace ocho y desde entonces no ha parado de trabajar. Siempre en Galicia.
La joven denuncia las «condiciones de angustia y estrés» en que trabajan las llamadas «enfermeras eventuales». Son las profesionales sin plaza fija, en bastantes casos recién tituladas, que se inscriben en las listas del Sergas en las distintas áreas sanitarias de la comunidad. Una a una, sucesivamente, las van llamando para cubrir bajas, permisos o reforzar plantillas de manera temporal.
En cada llamada les ofrecen un contrato -generalmente de días, a veces de algunas semanas y en contadas ocasiones de más de un mes- para trabajar en un centro de salud, en la consulta de un especialista, en la planta de un hospital... Y aunque desde fuera parezca increíble, también puede ser para unidades que requieren un grado mucho mayor de especialización, como críticos, urgencias e incluso quirófanos.
Según Carmen, en Galicia «puedes estar un día como enfermera en planta, donde tienes que hacer sondajes, analíticas, curas, dar medicación... Y de repente puedes pasar a un servicio como críticos, urgencias o quirófano sin tener más experiencia». «Conozco gente a la que de un día para otro metieron en la UCI sin tener ni idea», agregó.
Ansiedad y preocupación
Con este panorama, en el Servizo Galego de Saúde las enfermeras acumulan experiencia a base de ansiedad y preocupación. «Cuando llevas un tiempo controlas más, pero al principio te mandan en bragas y si eres algo responsable se pasa muy mal», denuncia Carmen. «En momentos de urgencia sientes que la vida de alguien depende indirecta o directamente de ti».
El colectivo de enfermería lleva años demandando una especialización parecida a la que tienen los médicos. «Ya no digo que tengamos que hacer cinco años de residencia como tienen ellos -declara Carmen-, pero algo más de lo que tenemos ahora mismo sí. Las prácticas de la carrera están bien, pero en ellas aprendes técnicas, no la rutina de una unidad. Y apenas tienes responsabilidad». «Aquí tú puedes acabar hoy Enfermería y mañana estar trabajando en un servicio al cargo de veinte pacientes».
Solo dos especialidades aún
En Galicia sólo están desarrolladas en la actualidad dos especialidades de enfermería: salud mental y matrona. «Tienen dos años de prácticas tuteladas, tipo MIR», precisó Carmen. En cartera hay otras cinco -geriatría, pediatría, comunitaria o de familia, del trabajo y médico-quirúrgica-, pero todavía no han sido implantadas. «Si el caso de Rayan sirve para que se apliquen por fin las especialidades...», reflexionó Carmen.