Distribución estratégica en la ciudad de puntos para abastecerse de agua para consumo humano y animal

La Voz

LEMOS

19 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En A fonte da Porta Miñá e o pazo de Orbán , el historiador Adolfo de Abel señala que fuera del recinto amurallado había varias fuente entre los siglos XVI y XVIII. Hay referencias a dos en el barrio de San Roque: la de San Pedro, con pilón para dar de beber al ganado, y la de Os Ollos, cerca de la puerta de la Muralla en lo que hoy es el Carril das Flores.

Estaban también la de Paradai y la de A Madalena (Recatelo). Esta última estaba situada en las inmediaciones del tramo de calzada que subía desde el puente tomano hasta la puerta de Santiago; pudo desaparecer con la construcción del Hospital de San José. En cuanto a la de Paradai, los autores del citado trabajo destacan que estaba relacionada con la Porta Falsa, de modo que los vecinos protestaban cuando se cerraba dicho paso y no podían coger agua en el manantial.

Según se indica en la citada publicación de la Xunta, la única fuente importante dentro de la Muralla hasta la segunda mitad del siglo XVIII fue la de la Porta Miñá.

Adolfo de Abel Vilela indica que con la reconstrucción del acueducto en 1753, la ciudad dispuso de nuevas fuentes: la de la Fe, en la plaza Maior, y la de San Vicente, en la del campo.

En la introducción de A Fonte da Porta Miñá e o pazo de Orbán , se destaca la importancia que a lo largo de la historia tuvieron las fuentes en la vida de las ciudades. Dice a este respecto Adolfo de Abel Vilela: «A fonte é un edificio público que lles presta varios servizos moi importantes aos veciños e aos transeúntes. Os peregrinos de a pe e os viaxeiros que utilizaban unha cabalería, necesitan fornecerse de auga, para eles e para os seus animais, e por iso a fonte dispón, ademáis dos canos por onde sae a auga para o público, de pías que serven de bebedoiros. Pero estas pías son tamén unha reserva de agua para utilizar en caso de incendio, circunstancia moi frecuente noutras épocas debido ás características das cociñas e aos materiais cos que estaban construídas as casas, nas que predominaba a madeira».

También se refiere a la fuente de los leones (hoy reconstruida en la plaza de Avilés) de la plaza Maior, así como de la que hubo en Santo Domingo, conocida como la del obelisco (desaparecida). La construcción de ambas se gestó en 1852. Estuvieron en funcionamiento hasta la instalación de la red de abastecimiento de agua, a principios del siglo XX. Fueron demanteladas en el primer mandato del alcalde Ángel López Pérez.