La Escola Politécnica se ofrece para mantener la investigación forestal

Xavier Lombardero

LEMOS

23 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Nadie discute el peso de Galicia en los sectores forestal y ganadero o su importancia para la economía del país, pero distintos investigadores aseguran que la comunidad ha perdido peso en proyectos de I+D, o sigue sin contar con centros de investigación que respondan a la realidad del país.

Sobre la producción maderera y los montes, la Asociación Forestal de Galicia (AFG) lamenta el cierre del centro de investigación y tecnología de Ence en Campañó (Pontevedra), ocurrido tras los cambios accionariales. Recuerda que contribuyó a aumentar la productividad del monte con proyectos que además financiaron la UE, Xunta y Gobierno central. No convence el hecho de alguna recolocación en plantas de producción de Ence, pues estima que se perderán programas punteros relativos al eucalipto. La AFG considera ahora mermada la capacidad científica gallega y resalta que se perdieron puestos de trabajo y la costosa maquinaria se está deteriorando.

Por otra parte, señala que la reorientación del centro de la Xunta en Lourizán, por la Consellería de Medio Ambiente, parece olvidar un poso de investigación forestal con 60 años de trayectoria para dedicar recursos a otros proyectos medioambientales. «Deberían ampliar Lourizán, pero non cambialo», dicen.

Desde la Escola Politécnica Superior, su director Javier Bueno dice estar al tanto de las circunstancias que dejan huérfanos algunos proyectos de investigación forestal pero ofrece el centro del campus de Lugo para continuar esa labor científica. «Estamos en conversas coa Consellería de Medio Rural, poñéndoa en contacto cos grupos de investigación e vendo as liñas de traballo que interesen, aínda que polo de agora non hai convenio final», explica. La Politécnica mantiene hasta 30 líneas de investigación agraria y forestal, algunas de ellas centradas en la botánica, los sistemas silvopastorales, producción forestal, ordenación del monte e incendios. Ahora la EPS recibe financiación estatal, autonómica y europea para proyectos de tratamientos selvícolas en pinares, que desarrolla Roque Rodríguez Soalleiro; estrategias de control de insectos que atacan los árboles tras los incendios, que investiga María Josefa Lombardero Díaz. Juan Gabriel Álvarez González también realiza ensayos con coníferas gallegas, y Manuel Guaita evalúa la pérdida de resistencia que generan los defectos en las estructuras de madera.

Un problema también local

A la espera de saber si el Centro Tecnológico Agroalimentario arranca o se define -algunos expertos creen que hay ámbitos ya cubiertos por el Centro Tecnolóxico da Carne y por el Laboratorio Galego de Análisis do Leite-, la parcela de la sanidad animal en Galicia sigue sin potenciar. A pesar de la carga ganadera en vacuno y crisis con el mal de las vacas locas, todavía no se ha organizado un instituto de sanidad animal, algo que han venido reclamando desde la Facultade de Veterinaria de Lugo a los distintos gobiernos de la Xunta. Los laboratorios de referencia están en Algete (Madrid) y en Zaragoza y otras comunidades han organizado institutos propios como es el caso de Cataluña, con el Centre de Recerca en Sanitat Animal (Cresa) y el Laboratorio de Referencia en Diagnóstico y Confirmación de Encefalopatías Espongiformes Bovinas (Priocat); Navarra, con el Instituto de Agrobiotecnología; Castilla y León, con el Instituto de Sanidad Animal y Desarrollo Ganadero; o el instituto Neiker en el País Vasco.

Desde Cataluña y EE.UU.

Enric Vidal, investigador del Priocat, autor de un reciente estudio sobre test de detección, análisis de proteína priónica y caracterización de casos de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), señala que quizás Galicia ha dirigido más sus esfuerzos al diagnóstico y medidas para evitar la propagación del mal de las vacas locas. Galicia, a causa del gran número de rumiantes en su cabaña, es el lugar donde siguen apareciendo más casos de EEB, enfermedad neurológica de la que aún se sabe poco. Investigaciones como la secuenciación del prión bovino se realizan, por ejemplo, desde un centro en Nebraska (USA).