Manuel Rodríguez López, «Ferreiro», pone fin a 32 años como directivo del Club Lemos

La Voz LA VOZ | MONFORTE

LEMOS

ALBERTO LÓPEZ

21 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Manolo Ferreiro no podía imaginarse que tras 32 años ligado al Lemos como directivo recibiría en su adiós la insignia de oro y brillantes de la entidad. Lo asume con emoción: «Estoy muy alegre y orgulloso de haber defendido y trabajado para el Lemos. Creo que es un buen colofón a mi trayectoria, en la que aparte de ser presidente, actué como utillero, portero y 14 años como delegado». Este directivo omnipresente entró en la directiva en 1962, con 30 años. Apenas había tenido relación con el fútbol, aunque era socio desde los 15. Estaba volcado con su oficio, el de ferreiro, de ahí su apodo. Sólo jugó en un equipo de barrio, en O Casar. Fue fundador de la peña más longeva del club, que se denominó do Corno y do Casar. La componían 70 socios. Trabajó con varios presidentes: Manuel Barrientos, Antonio Rodríguez «O Páxaro», Ramón Toledo, José Martínez López, Antonio Varela y Juan Carlos Rodríguez, al que sustituyó hace siete temporadas. ¿Cuáles fueron sus mejores recuerdos? Ferreiro no lo duda, al señalarlos: «El play off de ascenso con Francis; la eliminatoria de Copa del Rey contra el Rayo Vallecano en el 62, con la presencia de Alfredo Di Stéfano en el Luis Bodegas; y la eliminatoria de ascenso a Segunda con el Torrelavega, a pesar de haberla perdido». Tampoco tiene dudas al enumerar sus peores instantes como dirigente lemista. «El descenso a Preferente, y la desaparición de personajes ilustres de la historia de la entidad». Ferreiro tiene un especial recuerdos para los técnicos, que según él, más dieron al Lemos. «Me quedo con Fuertes, con Francis, con Rafael Franco y con el Tigre. En el apartado de jugadores destacaría a Domínguez, Roberto González, Perla, Juanín, Cabiño y Lolín. Éstos tres últimos llegaron al Celta. No me extraña, porque nosotros éramos un trampolín para que los futbolistas llegaran a la elite», dijo el ex mandatario. Sobre la posibilidad de volver a ocupar algún día un cargo en el club, Ferreiro, a sus 71 años, no lo contempla: «Dejo el Lemos porque veo que la entidad queda en buenas manos. Eso sí siempre colaboraré como socio. Lo que pido es que la afición se vuelque con el equipo, porque creo que se ha producido cierta deserción de las gradas en los últimos años». El ex presidente dice que el ascenso a Tercera ha de ser el objetivo de la próxima campaña: «Empatar ante O Val supuso perder el 70% de las opciones. Creo que reforzando el equipo, el próximo año podremos luchar por el ascenso».