Merijn Van de Laar, investigador del sueño: «Las tribus modernas hacen siestas regularmente»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Merijn Van de Laar es investigador del sueño.
Merijn Van de Laar es investigador del sueño.

El experto ha analizado las conductas de sueño de las tribus modernas, que nos dan una pista para entender cómo dormían nuestros antepasados hace miles de años

08 jun 2025 . Actualizado a las 09:14 h.

El sueño ha sido desde siempre uno de los fenómenos fisiológicos que más cuesta explicar a los investigadores. Por qué hemos evolucionado para tener la necesidad de dormir, cuando hacerlo nos deja vulnerables frente a los depredadores durante toda la noche, es una de las grandes preguntas del campo de la neurofisiología. Aunque esa incógnita aún está pendiente de resolverse, la ciencia sí ha podido dar respuesta a otras cuestiones relacionadas con nuestro descanso: qué procesos ocurren cuando dormimos, cuántas horas debemos dedicarle al sueño cada día y cómo hacer que despertar por la mañana sea más fácil y ameno que usando el despertador.

El doctor Merijn Van de Laar, investigador y terapeuta del sueño, director adjunto del programa de Medicina Familiar de la Universidad de Maastricht (Países Bajos) se ha dedicado durante años a estudiar la evolución del sueño en los humanos. En su nuevo libro, Cómo dormir como un cavernícola (VR editores, 2025), revela algunas técnicas ancestrales que pueden ayudarnos a dormir mejor.

—¿Cómo dormían nuestros antepasados en las cavernas hace decenas de miles de años?

—Sabemos que dormían en colchones hechos de hierbas y hojas e incluso utilizaban plantas repelentes de insectos para que estas criaturas no les perturbaran durante el sueño con sus zumbidos o subiéndoseles encima. Hay que entender que las conductas en torno al sueño son difíciles de estudiar, porque es necesario observar a una población viva para poder hacerlo correctamente. Lo que sabemos sobre nuestros ancestros se basa en investigaciones que se han realizado observando a tribus modernas que a día de hoy aún viven como lo hacíamos nosotros entonces. Lo que han concluido es que estas personas duermen en grupos y que suele ser normal que muchos de ellos estén despiertos durante la noche, por ejemplo. La capacidad de estar despierto o desvelarse por la noche probablemente cumpla una función a nivel evolutivo, ya que implica estar alerta de cualquier posible peligro.

—¿Cuál es el rol del sueño en nuestra salud?

—La etapa de sueño profundo es especialmente importante para nuestra recuperación física, mientras que la fase REM es clave para los procesos de reparación emocional. Por otro lado la etapa de sueño ligero puede aumentar nuestro nivel de atención y alerta, mejorando nuestra función cognitiva. Dormir bien es importante a su vez para el sistema inmunitario, para la reparación de los tejidos, para el crecimiento muscular, para la memoria y para el estado de ánimo.

—¿Cómo cambian nuestras necesidades de sueño a lo largo de la vida?

—A medida que envejecemos, la cantidad de sueño que necesitamos no decrece, aunque esto es lo que solemos pensar. Sí que es cierto que dormimos de una manera diferente. Conforme vamos envejeciendo, la proporción de sueño profundo con respecto a sueño REM cambia. Una hipótesis sobre esto a nivel evolutivo dice que las personas mayores tienen un sueño más ligero porque esto les permitiría estar alerta para proteger al resto de la tribu durante la noche.

—¿Cómo se vincula el insomnio con otras patologías como la diabetes?

—Muchas veces circula el mensaje de que dormir menos de lo necesario podría llevar a una muerte prematura. Sin embargo, en estudios poblacionales amplios, lo que vemos es que la mortalidad de alguien que duerme cinco horas y media es igual de alta que la de quien duerme ocho horas. Lo mismo sucede con las enfermedades crónicas. Aunque a menudo se habla de una conexión clara entre el insomnio y ciertas patologías, la literatura científica muestra que esa conexión no es tan clara realmente. Lo peor de todo es que estos mensajes llevan a la gente a dormir peor, porque se empiezan a preocupar excesivamente por su sueño.

—Explica en el libro que no se sabe si los cavernícolas dormían siestas. ¿Existe la siesta perfecta? 

—Sabemos que las tribus modernas hacen siestas regularmente y nuestros estudios han hallado que una siesta corta, de entre 20 y 30 minutos, puede contribuir a estar más alerta el resto del día y ser más productivo. De hecho, una siesta diurna puede ayudar en aquellos momentos en los que has podido dormir poco por la noche. No obstante, la siesta está desaconsejada en aquellos que tienen insomnio, ya que podría agravar los síntomas.

—¿Qué sabe la ciencia acerca de por qué soñamos?

—Los sueños probablemente tengan varias funciones diferentes. Una de ellas es ayudarnos a procesar mejor las emociones del día. Otra función es aumentar nuestra creatividad para que después seamos capaces de adaptarnos más fácilmente a los cambios de circunstancias durante el día.

—¿Deberíamos evitar usar el despertador?

—Usar un despertador no es necesariamente algo malo, sobre todo para quienes se tienen que levantar temprano por la mañana. En estos casos, puede causar más estrés el estar pendiente de no quedarse dormido y no llegar tarde que el hecho de usar el despertador. Pero sí que es importante evitar posponer la alarma varias veces, porque eso puede hacer que tengamos más somnolencia durante la mañana.

—Explica que la exposición a luz solar regula nuestro sueño. En un país como España, que en algunas regiones por su huso horario se mantiene con luz natural en verano hasta casi las 23 horas, ¿qué recomendaría para evitar que esto impacte en la salud y el descanso?

—La luz natural es un factor importante a la hora de regular nuestro ritmo circadiano. Es clave disminuir el nivel de luz por la noche bajando las persianas y, si estamos al aire libre, usar gafas de sol para que menos luz llegue a nuestra retina. Justo antes de dormir, la regla de oro es no estar con mucha luz encendida. Sobre todo en las últimas dos horas antes de acostarse.

—Recientemente se ha popularizado el término «divorcio de sueño», ¿qué efectos tiene dormir en pareja?

Dormir en camas separadas puede ser una decisión correcta en muchos casos. Por ejemplo, si uno de los dos ronca y al otro le cuesta conciliar el sueño, puede ser mejor dormir separados.

—¿Qué hábitos deberíamos evitar para dormir mejor?

—La nicotina tiene un impacto negativo en el sueño y lo mismo ocurre con el café. Si bebes tres tazas o más al día, te podrías volver menos sensible a los efectos del café en el sueño, pero es importante saber que esto no le sucede a todo el mundo.

—Explica que no siempre es perjudicial usar el móvil antes de dormir. ¿En qué casos puede ser útil?

—Estar con el móvil puede causar problemas para conciliar el sueño, pero esto no le ocurre a todos por igual. Algunas personas tienen ansiedad antes de dormir y estar con el móvil durante unos minutos puede ayudarles a dormirse más fácilmente, porque genera una distracción beneficiosa en ese momento. La luz azul del móvil podía llegar a perturbar el reloj biológico, pero en general, esa luz no es suficientemente brillante como para afectar al sueño.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.