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En los últimos años, la liposucción y la abdominoplastia se han consolidado como dos de los procedimientos estéticos más solicitados, especialmente entre quienes buscan redefinir su silueta y esculpir la forma del abdomen. Aunque ambas cirugías se utilizan para modelar la zona abdominal y pueden realizarse de manera complementaria y conjunta, son tratamientos que difieren en cuanto a la técnica y los resultados conseguidos. Exploramos todas las opciones para lograr la mejor silueta con el doctor Jorge Novoa, cirujano especializado en estética. En su centro, la Clínica Novoa, con establecimientos en Santiago de Compostela, Vigo y A Coruña, realiza estos tratamientos con resultados rápidos y satisfactorios, permitiendo volver a hacer vida normal en cuestión de días.

—¿En qué consiste la abdominoplastia?

—La abdominoplastia es una técnica para controlar la flacidez de la piel en el abdomen y la distensión, sobre todo de los músculos rectos del abdomen. Se suele realizar después de un embarazo, pero también la podemos hacer en hombres que pierden peso. En estos casos, no está tan enfocado a los músculos rectos, sino al faldón.

—¿En qué se diferencia de la liposucción?

—Hay dos tipos de grasa: una es la que puedes acumular bajo la piel y se modifica a medida que engordas o adelgazas. Esta se puede eliminar. Pero hay otro tipo de grasa que no se quita con ningún tipo de dieta y esto hace que cuando has adelgazado sea más prominente y visible. En esos casos se puede trabajar directamente con liposucción para moldear el cuerpo. Hay que tener en cuenta que la abdominoplastia siempre implica una liposucción, porque hay zonas de las que se quita volumen a través de ella. Cuando buscamos eliminar la grasa del abdomen, podemos hacerlo a través de la liposucción y finalmente ajustar la piel o el músculo mediante la abdominoplastia para conseguir el mejor resultado. Ambos procedimientos son pasos dentro de la abdominoplastia.

—¿En qué casos se realiza cada una?

—Si la persona tiene grasa pero no flacidez, pautamos una liposucción. Cuando hay flaccidez, hacemos una abdominoplastia para tensar también la piel, pero siempre va a haber alguna zona en la que actuemos mediante liposucción, porque es parte de la abdominoplastia.

—¿Cuánto puede durar el proceso de recuperación de un paciente típico?

—Tras la cirugía, los pacientes deben llevar una faja durante 21 días, todo el día, y después una semana más durante la noche. Pero les mandamos caminar ya el mismo día de la intervención, en muchos casos, y pueden hacer una vida normal, de descanso, al día siguiente. Pueden reincorporarse al trabajo a los 15 días. Si son tareas pesadas que requieren hacer fuerza, recomendamos esperar un mes. Sentarse o ir en coche de acompañante no es ningún problema, pero bajar escaleras puede ser más difícil al principio, dado que requiere fuerza abdominal.

—¿Qué cuidados debe tener el paciente durante la recuperación?

—Durante unos cuatro días tiene que cuidar su postura para evitar que haya demasiada presión en el abdomen. Un poco de movimiento es importante, pero no en cualquier postura. Lo que siempre es requisito es caminar durante esas primeras dos semanas, para evitar los embolismos. No se puede realizar ejercicios de estiramiento durante esos primeros 15 días y para ir al gimnasio hay que esperar un mes.

—¿Cuándo se ve el resultado final del procedimiento?

—En todas estas cirugías se ve el resultado final a los seis meses. Las cicatrices acaban de curar en un año. Pero con la abdominoplastia escondemos la cicatriz de modo que queda por debajo de la línea de la ropa interior o el traje de baño. El único punto visible de esa cicatriz está en el ombligo. Y en el post operatorio podemos hacer tratamientos con luz pulsada o láser diodo para disminuirla aún más y que la parte visible sea la mínima posible.

—¿Qué debe tener en cuenta un paciente que esté considerando este tipo de procedimientos?

—Es importante que el paciente se levante y empiece a caminar cuanto antes después de estas cirugías para no tener riesgo de embolias. Lo mejor es deambular lo máximo posible. Después, casi todas las otras complicaciones con este tipo de procedimientos vienen por el hábito de fumar. Por eso, quienes son fumadores deben retirar este hábito al menos diez días antes de la operación y no fumar durante los 15 días siguientes ni tener contacto con una persona que fume.

—¿Por qué es tan importante no fumar en el pre y post operatorio?

—El tabaco reduce en un 50 % la circulación dérmica, durante un período que va desde unos tres minutos hasta una hora. Esta pérdida de irrigación sanguínea en la piel puede comprometer el tejido e impedir que la cicatrización sea correcta. Es tan perjudicial el tabaco consumido de primera mano como, por ejemplo, el estar al lado de una persona que fume en una terraza. Por eso es importante evitarlo.

—¿Qué puede hacer un paciente para que los resultados de la liposucción de mantengan durante más tiempo?

—Es importante saber que la liposucción no es para perder peso, es para dar forma. En general, se realiza en pacientes con normopeso. Una vez que hemos conseguido modificar la forma corporal, se requiere un estilo de vida saludable en cuanto a dieta y actividad física para mantenerla. Pero en esto también influye la genética. 

—¿Cuál es la mejor época para hacer una liposucción?

—Dado que es necesario tomarse unos 20 días de descanso post operatorio y en ese período no se recomienda exponer la piel al sol, mucha gente decide hacerlo al final del invierno, antes de las vacaciones de verano, para poder aprovecharlas después con la cirugía ya hecha.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.