Menos empáticos y más irritables: por qué dormir poco nos hace peores personas

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Con tan solo una noche no durmiendo lo suficiente, ya se aprecian cambios emocionales.
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Una de las partes de nuestro cerebro que más se ve afectada con la falta de sueño es la corteza prefrontal, responsable de habilidades como planificar o tomar buenas decisiones

09 dic 2024 . Actualizado a las 17:53 h.

Todos conocemos las consecuencias de no pegar ojo en una noche. El día se hace cuesta arriba, sentimos somnolencia, estamos cansados y nos cuesta concentrarnos. Pero cuando la privación del sueño se da de forma crónica, los efectos adquieren mayor gravedad. Además de una menor productividad y creatividad, también sufrimos mayor ansiedad e irritabilidad, baja autoestima y las emociones están a flor de piel. Cometemos más errores, tomamos peores decisiones y aumentan los conflictos personales. 

Dormir poco nos hace menos empáticos 

Un estudio publicado en Journal of Sleep Research, coordinado por la doctora Victoria Guadagni, confirmó que una noche de privación total de sueño tiene un efecto sobre la capacidad de los individuos para compartir las emociones de otros. Es decir, repercutía en su capacidad emocional. Además, no era necesario que la falta de sueño fuese crónica. Demostraron que una única noche sin dormir bien ya perjudicaba a esta habilidad.

De esta forma, a los participantes que fueron privados de sueño se les pidió que evaluaran la emoción mostrada en una fotografía de un sujeto triste, feliz o enfadado. Y se confirmó que se alteraba esa tarea de reconocimiento, por lo que los autores defendieron la susceptibilidad del lóbulo prefrontal (clave en el control de la conducta, la personalidad, la memoria de trabajo, y en funciones cognitivas superiores) al sueño. 

Justo esa parte del cerebro detrás de la frente, la corteza prefrontal, es una de las últimas partes en desarrollarse. Se calcula que acaba de madurar entre los 25 y los 30 años, y es la responsable de habilidades como planificar, establecer prioridades y tomar buenas decisiones. Por lo que, en cierta parte, no dormir nos devuelve a la adolescencia. 

Pablo Barrecheguren, bioquímico, nos explicó esta idea en una entrevista: «Si hay privación de sueño tomarás peores decisiones, porque nuestro cerebro siempre equilibra riesgo y recompensa. Este equilibrio, por ejemplo, en los adolescentes todavía se está desarrollando, y por eso tienen un comportamiento más arriesgado y exploratorio. Cuando un adulto no duerme bien se vuelve un poco adolescente cognitivamente hablando, porque las redes que hacen un control racional de la información funcionan peor». 

Los problemas con nuestros seres queridos se incrementan si no dormimos lo suficiente

Otra investigación, esta vez realizada por la Universidad de Míchigan y dirigida por la doctora Amie M. Gordon, demostró que cuando los participantes de un experimento dormían pocas horas de forma crónica, tenían más problemas con su pareja.

Lo hizo a través de dos estudios. En el primero descubrió que, cuando los participantes en el experimento dormían peor, confesaban haber tenido más conflictos con la pareja al día siguiente. Queriendo indagar más sobre el tema, en otro análisis posterior buscaron algunas que estuvieran dispuestas a acudir al laboratorio para participar en una actividad que se centrara en un conflicto concreto que estuviera minando su relación. Trabajaban esa situación y luego rellenaban unos cuestionarios para plasmar cómo se habían sentido, cómo creían que debía haberse sentido su pareja y si pensaban que el problema había quedado solucionado. 

Pudieron comprobar que aquel miembro de la pareja que había dormido peor la noche anterior había experimentado más emociones negativas que positivas durante la discusión. Además, coincidiendo con los resultados sobre la empatía emocional que también definió la investigación de Guadagni, aquel que dormía peor de los dos gestionaba peor las emociones del otro durante la discusión que hubieran mantenido. Es decir, mostraba menos empatía a la hora de ponerse en el lugar del otro. Y por si todo esto fuese poco, también disminuían las probabilidades de resolver el conflicto. 

No dormir también afecta en el ámbito profesional

Hasta ahora se han mencionado estudios que querían medir cómo afectaba la falta de sueño a nuestras relaciones personales, pero este hecho traspasa esas fronteras. Por ejemplo, se ha demostrado que aquellos agentes de policía que padecen trastornos del sueño son más propensos a dejarse llevar por la rabia en presencia de un sospechoso. Los jueces soñolientos dictan sentencias de cárcel más severas y, en organizaciones jerarquizadas, los supervisores que no duermen bien /andan escasos de sueño son más propensos a tratar mal a sus subordinados. 

En definitiva, las personas que han dormido mal terminan actuando de una manera más introvertida y se centran mucho más en sus propias necesidades que en las necesidades del grupo o de la comunidad. Asimismo, esta falta de regulación emocional se cree que es la que tiene que ver con que las personas que van escasas de sueño sean más propensas a sufrir estrés. 

10 consejos para una buena higiene del sueño (y un mejor humor al día siguiente):

  1. Realizar ejercicio físico diarioe vitando las horas previas a acostarse.
  2. Mantener una dieta saludable, con cenas ligeras y suaves.
  3. Evitar la ingesta excesiva de alcohol al menos cuatro horas antes de acostarse y no fumar.
  4. Evitar el consumo de cafeína, té o bebidas energéticas al menos seis horas antes de dormir.
  5. Procurar mantener bajos los niveles de ansiedad durante el día.
  6. Es muy importante mantener un horario regular y estable de sueño, procurando acostarse y levantarse a la misma hora.
  7. Hay que relacionar la cama con el sueño. No debemos comer, ver la televisión o trabajar en ella.
  8. Evitar el uso de pantallas iluminadas en las horas previas al sueño.
  9. No permanecer en la cama si estamos muy despiertos para asociar la cama únicamente al sueño.
  10. Si no podemos dormirnos, debemos levantarnos y promover una actividad relajada, que pueda bloquear la ansiedad derivada de esa falta de sueño. La lectura, escuchar la radio, tomar una infusión relajante o realizar ejercicios de atención plena o relajación pueden ayudar para volver a presentar somnolencia o sueño.

Fuente: Sociedad Española del Sueño (SES)

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.