Andrea Aguilar, terapeuta sexual: «Por desgracia, es muy habitual fingir»
VIDA SALUDABLE
Según sus palabras, una mujer que tiene orgasmos con facilidad tiene una mayor autoestima sexual, pero también personal
29 nov 2024 . Actualizado a las 15:31 h.Andrea Aguilar considera que, aunque tener orgasmos no es el objetivo del sexo, sí que es nuestro derecho disfrutar de ellos con facilidad. Pero además, añade que todas somos multiorgásmicas y «una fuente inagotable de placer». De ahí parte la publicación de su libro Mujer orgásmica (Lunwerg, 2024), escrito por y para mujeres que deseen explorar su sexualidad. Graduada en Psicología y terapeuta sexual, Aguilar está especializada en placer femenino.
—¿Qué es el orgasmo?
—El orgasmo es una respuesta refleja e involuntaria del cuerpo a una excitación, una liberación energética que se da de forma espontánea.
—¿Todas somos multiorgásmicas?
—Sí, de hecho ese iba a ser el título del libro. Y no lo digo como una provocación o en plan totalitarismo, lo digo desde un lugar muy tranquilo y desde una certeza interna muy grande de que todas somos multiorgásmicas, porque en el cuerpo de la mujer la energía se eleva y es natural para nosotras serlo. La razón por la que esto no es lo que muchas experimentan es porque no sabemos cómo funciona nuestro cuerpo y no nos han enseñado una sexualidad que nos permita que se dé.
—Comentas que en el cuerpo de la mujer la energía se eleva, ¿en el hombre no?
—Cuando un hombre se excita, la energía en su cuerpo tiende a ser expulsada con la eyaculación. Ellos, para tener orgasmos expandidos de cuerpo entero con los que la energía se eleva, tienen que aprender a no expulsar la energía, que es su dirección natural. Deben hacer un aprendizaje y hay un poco de técnica.
En cambio, en las mujeres, la energía no se expulsa. Se eleva de forma tan natural como cuando en una habitación pones la calefacción y el calor sube para arriba. No haces nada para que ocurra, simplemente sucede. En nosotras es lo mismo. Pero nos han enseñado una sexualidad que se fundamenta mucho en la descarga, muy basada en lo masculino.
—¿A qué te refieres, entonces?
—No me refiero a encadenar orgasmos, que también está muy bien y es muy divertido; todo lo que es placer es bienvenido. Lo que digo es que además de eso podemos entrar en unos estados orgásmicos en los que hay todo un oleaje, todo el estado es placentero. Además, va habiendo subidas y bajadas en un estado que ya en sí mismo es orgásmico todo.
—Dices en el libro que «cuanto más sexo y placer tienes y más lo disfrutas, más deseo y ganas tienes». ¿Si no se tiene sexo se pierde el deseo?
—Muchas mujeres que dicen no tener deseo es porque llevan demasiado tiempo teniendo un sexo que no les da satisfacción. Si tú te pones a tener sexo pero no lo estás gozando, finges o no conectas con el placer, el cuerpo siempre te va a pedir menos de eso que no le está gustando. En cambio, cuanto más te gozas, de forma natural siempre te va a pedir más de eso que sí has disfrutado. Es como una bola de nieve que se va haciendo grande. Hay demasiadas mujeres teniendo un sexo que no disfrutan y eso hace que el deseo disminuya.
—Si tuvieras que dar unas claves para llegar al orgasmo, ¿cuáles serían?
—Por un lado, necesitamos que nuestro cuerpo esté relajado, abierto. La sexualidad que hemos visto es demasiado tensa, nos genera contracción interna y para relajarnos necesitamos sentirnos seguras en nuestro cuerpo, seguras físicamente por supuesto, pero también emocionalmente en el vínculo. Y que nuestro sistema nervioso esté regulado. Cuando este entra en alerta, si hay algún peligro, sea emocional o sea del tipo que sea, el sistema entra en modo de protección y te contrae para protegerte de eso que es peligroso. Y entonces es muy difícil que lleguen los orgasmos.
—En el libro utilizas la frase «estar a salvo» como si nos encontramos en la selva, en peligro.
—Es que creo que es tal cual así. Durante demasiadas generaciones y décadas ha existido mucho abuso sobre el cuerpo de la mujer. No quiere decir que nadie haya abusado de nosotras, sino que en muchas de nosotras, a nivel muy inconsciente, el sexo puede estar grabado como algo peligroso. Explicarle al cuerpo que estás a salvo, porque también el orgasmo es soltar el control y dejarse caer en lo desconocido, ayuda a que este se abra con más facilidad.
De la misma forma, si estás en una pareja en la que el vínculo no es seguro, ha habido una discusión o hay temas emocionales que te provocan inestabilidad, eso también puede hacer que el entregarte a esa persona se pueda sentir como peligroso. No es un discurso que se escuche muy a menudo, pero para mí es imprescindible. Necesitamos podernos relajar y sentirnos completamente seguras para que el cuerpo se abra y poderlo sentir todo.
—¿Qué importancia tiene el placer con una misma?
—El placer en la vida nos hace estar vivas, nos enciende, hace que nuestra energía se mueva y eso nos hace estar en la vida con ganas, deseantes y vivas. Una mujer que tiene orgasmos con facilidad tiene una mayor autoestima sexual, pero también personal. Entonces, cuando hay dificultad para tener orgasmos, eso no solo genera una frustración en la cama y te puede disminuir la seguridad que sientes tú sexualmente, es decir, tu autoestima sexual, sino que la dificultad para sentir placer y dejarte llevar también afecta tu autoestima personal, genera más dificultad para estar segura en la vida.
—¿Es habitual fingir?
—Por desgracia, sí, es muy habitual. Creo que la mayoría de mujeres lo han hecho, yo incluida. También hay que entender que normalmente se finge con buena intención, que es que la otra persona no se preocupe. O porque necesitas que se acabe y no sabes cómo hacerlo y no quieres ofender a la otra persona. Hay tanta presión puesta en que tiene que haber un orgasmo que existen muchas mujeres fingiendo para que no les pregunten, porque si te preguntan si lo has tenido y dices que no, parece que no te ha gustado, cuando no tiene por qué ser así. En mi opinión, en vez de fingir lo que hay que hacer es exagerar. Porque si exageras las sensaciones que sí te están dando placer, eso te coloca en una sensación de disfrute. Subes de tono algo que sí te está dando placer. Al contrario que una mentira, es una verdad a la que le estás poniendo actitud.
—Defiendes que debemos dejar de poner el foco en la vagina.
—Sí. Creo que debemos pasar de una sexualidad genital a una energética. Dejar de poner el foco en lo que está pasando en tu vagina y clítoris, porque todas estamos diseñadas para sentir placer. En lugar de poner el foco ahí, ponerlo en la energía y excitación. Todo el calor que se siente, es energía sexual que se está queriendo mover por tu cuerpo. Si pones la atención ahí, los orgasmos se expanden con más facilidad. Cuando uno está teniendo sexo y estás excitado y de repente piensa «estaba excitado hace un momento y ahora no siento nada», que es algo que sucede muchas veces, quiere decir que la energía, tu excitación, ha dejado de circular. Tu cuerpo en algún momento se ha cortado, en algún sitio. Saca la voz, porque es vibración, y respira. Eso ayuda a que la energía sexual y la excitación se expanda y se mueva por el cuerpo. Respirar, moverse y alzar la voz. Es súper sencillo y funciona siempre.