Crece la intolerancia al sorbitol: «Quienes consumen mucho chicle sin azúcar suelen quejarse de trastornos intestinales»

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El sorbitol se encuentra de forma natural en muchas frutas como ciruelas y cerezas, y se utiliza en la fabricación de mermeladas, caramelos, turrones sin azúcar y chocolates sin azúcar
El sorbitol se encuentra de forma natural en muchas frutas como ciruelas y cerezas, y se utiliza en la fabricación de mermeladas, caramelos, turrones sin azúcar y chocolates sin azúcar La Voz de la Salud

Este popular edulcorante, en proceso de reevaluación por Europa, no genera picos de glucemia, puede tener efectos laxantes y generar intolerancia

20 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El sorbitol es un polialcohol (alcohol de azúcar) empleado como edulcorante de sustitución en diversos productos alimentarios. Está presente en chicles y dulces libres de azúcar aunque también es utilizado en la industria cosmética y farmacéutica. 

Su popularidad se debe a que proporciona dulzor sin contribuir a la formación de caries dentales y a su capacidad para retener la humedad, lo que ayuda a mantener la frescura y la textura de los productos procesados. Dentro de sus características destaca que es un edulcorante útil para personas con diabetes y aquellas que buscan reducir su ingesta calórica.

A nivel Mundial se aprobó en 1982 y desde entonces se utiliza en todo el mundo. Sin embargo, y aun estando aprobada por el Reglamento de aditivos de la Comisión Europea, en la Unión Europea está en proceso de reevaluación por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).  

Este edulcorante no genera picos de glucemia, pero puede generar intolerancia y tener efectos laxantes. El sorbitol es aproximadamente un 60% tan dulce como la sacarosa y tiene un tercio menos de calorías, aportando 2.5 kilocalorías por gramo en comparación con las 4 kilocalorías por gramo de azúcar. «Este edulcorante es habitual en productos aptos para diabéticos o para personas que quieren perder peso debido a que no genera picos de glucemia. Además, se encuentra de forma natural en muchas frutas como ciruelas y cerezas, y se utiliza en la fabricación de mermeladas, caramelos, turrones sin azúcar y chocolates sin azúcar», explica José María Capitán Gutiérrez, dietista-nutricionista y presidente del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía. 

El sorbitol no solo proporciona dulzor con menos calorías que el azúcar, explica Capitán, sino que también «prolonga la frescura de los productos y mejora su textura. Además, sirve como sustrato para las bacterias cariogénicas, razón por la cual se utiliza en los chicles sin azúcar».

En la industria farmacéutica, se emplea como excipiente debido a su capacidad para mejorar el sabor de los medicamentos. Rafael Urrialde, profesor de la Unidad Docente de Fisiología Vegetal del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid, resume las utilidades: «En algunos casos, en vez de utilizarse con la propiedad de edulcorante, se utiliza como humectante, por su capacidad de retener agua. En el caso de la farmacéutica y cosmética en productos que no se ingieren como lociones, cremas y champús».

Efectos adversos e intolerancia al sorbitol

A pesar de sus beneficios, el sorbitol puede tener efectos gastrointestinales indeseables, como exceso de gases, hinchazón abdominal y, en algunos casos, intolerancia. «Estos problemas suelen ocurrir cuando se consume en grandes cantidades, generalmente por encima de 10 gramos diarios. Las personas que consumen muchos chicles sin azúcar, que a menudo están endulzados con sorbitol, suelen quejarse de trastornos intestinales», asegura Capitán Gutiérrez.

Detección de la intolerancia

La intolerancia al sorbitol puede ser detectada mediante la prueba del hidrógeno espirado, que mide la incapacidad del organismo para absorber el sorbitol midiendo la cantidad de hidrógeno libre en el aliento. 

Aunque no existen cifras exactas sobre la prevalencia de la intolerancia al sorbitol, se observa un aumento en los casos debido a su uso creciente en la industria alimentaria. «Existe población que es intolerante a la fructosa y al sorbitol. Es un polialcohol de origen natural, que la parte que no se absorbe es fermentada por la flora bacteriana, lo que le convierte como el resto de polioles (o polialcoholes) en prebióticos», sostiene Urrialde. 

La clave para evitar esto está en tener una microbiota intestinal sana que pueda deshacer el sorbitol. Muchos pacientes se percatan de esta intolerancia al sorbitol porque, por ejemplo, si hemos ingerido antibióticos y tenemos una dieta alta en grasas, los microbios —específicamente las clostridias— que se encargan de descomponer productos como el sorbitol, no pueden protegernos. 

«En altas cantidades, por aumentar peristaltismo intestinal y tener una gran carga osmótica, tiene efectos laxantes, por eso en el Reglamento de aditivos (R 1169/2001) se recoge que: cuando en un producto alimenticio hay más de un 10% de polioles añadidos, hay que incluir en el etiquetado la siguiente leyenda: “un consumo excesivo puede producir efectos laxantes”», expresa Urrialde acerca de los efectos, y concluye que aunque «tiene menor poder endulzante que la sacarosa y su aporte calórico es de 2,3 cal/g”, lo que ocurre es que el tanto por ciento de absorción a través del intestino es inferior al 25%», y por eso puede afectar de esta manera al organismo.