El secreto de la longevidad: «La primera persona que se va a tomar una pastilla antienvejecimiento ya ha nacido»
VIDA SALUDABLE
Cada vez más personas traspasan la barrera de los cien años, un grupo que seguirá multiplicándose al mismo ritmo que lo hacen los esfuerzos y las inversiones para frenar el envejecimiento. Hacemos un repaso por los últimos datos, los últimos avances científicos y los consejos de nuestros centenarios para vivir más y mejor
17 abr 2024 . Actualizado a las 10:39 h.¿Por qué envejecemos?, ¿por qué unas personas lo hacen mejor que otras?, ¿qué podemos hacer en nuestro día a día para ser jóvenes durante más tiempo?, ¿en qué punto se encuentra la ciencia?, ¿podremos tomarnos algún día (nosotros, nuestros hijos o nuestros nietos) una pastilla antienvejecimiento? Abordamos este tema desde tres perspectivas diferentes: los avances en la investigación, el futuro que dibujan los datos y la mirada de aquellos que han soplado ya más de cien velas.
Galicia es uno de esos puntos que se denominan «santuarios azules» (así se conocen los lugares donde vive mucha gente longeva). Lo cierto es que, en estos momentos, España es el cuarto país más longevo del mundo tras Japón, Suiza y Singapur, con una esperanza de vida media de 83 años —80,2 años para los hombres y 85,8 para las mujeres—, pero todas las proyecciones apuntan a que se situará, en los próximos años, en el primer puesto y que los españoles desbancarán, incluso, a los nipones.
De longevidad sabe mucho Luis Torras, con 110 años es el abuelo de Galicia. Este pintor, y cuando decimos pintor lo decimos en tiempo presente, no pasa ni un día sin un pincel en la mano. Hace unos meses, el pasado diciembre, entró en otro club todavía más exclusivo, el de los denominados superlongevos (las personas que logran superar los 110 años). ¿Su secreto? «No hay fórmula ni caralladas», dice. Pero lo cierto es que lo suyo es un no parar, se pasa prácticamente todo el día de pie. «Tengo tanto que hacer, que no me llega el día. Desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde trabajo en mi profesión», asegura. Además, cuida mucho su dieta en la que no incluye carne y que se basa en comer mucho pescado y verduras. Tampoco prueba el alcohol. Su mujer, María Jesús Incera, ha soplado las cien velas y su madre también vivió más de cien años.
Y de Vigo, donde vive este matrimonio centenario, a Ourense. Esperanza Cortiñas tiene prisa porque a las cuatro y media coge el autobús para ir al centro de mayores a pasar la tarde y jugar la partida. Son 106 años que no le impiden bailar, es más, «el día que no bailo, parece que los huesos me están encogidos, pero en cuanto bailo dos o tres piezas ya me encuentro mucho mejor», cuenta. Mantenerse activa es clave en su buen estado de salud.
Hace unos años, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) puso en marcha el proyecto Renace, un Registro Nacional de Centenarios de España con el objetivo de investigar epidemiológica, bioquímica y genéticamente los determinantes de la longevidad. La doctora Pilar Rodríguez Ledo recuerda algunas de las principales conclusiones, «aparte de la genética, que está ahí, los estilos de vida saludables son los que nos hacen llegar a edades avanzadas en buen estado, con buena funcionalidad. Cuando hicimos el registro, lo que tenían en común los centenarios, es que llevaban un estilo de vida saludable en cuanto a alimentación y ejercicio. Vida activa. Comprobamos que la mayoría de los centenarios tenían mejor calidad de vida que los de 65 años. Porque ese grupo lo constituían supervivientes». El estudio Renace determinó que, tanto en estado de salud objetiva como subjetiva, las personas capaces de llegar al menos a cien años están con frecuencia en un mejor estado general que muchos de los pacientes de menor edad. Otro punto interesante fue que, algo más de un tercio de los analizados, tuvieron un padre o una madre que vivió más de 90 años. También se destaca que había una llamativa ausencia de obesos o de personas con bajo peso. En el 91 % de los casos nunca habían fumado y la gran mayoría seguían leyendo, viendo la tele y saliendo a pasear en el momento de la encuesta.
El número de centenarios se ha multiplicado por cinco en España en los últimos veinte años hasta llegar a los 18.000 actuales y hay estimaciones que calculan que en el 2072 podríamos tener 227.000 personas de más de cien años.
¿Por qué envejecemos?
El envejecimiento es un complejo proceso biológico que está definido por varios factores, no hay una sola cosa de la que dependa. «Hay dos visiones principales del envejecimiento. Una es que envejecemos porque está escrito en nuestros genes, hay una información en nuestro genoma, en nuestro ADN. Es decir, hay algo en los genes que determina cuánto tiempo vamos a vivir. Pero por otro lado, hay un segundo grupo de factores, y aquí podríamos discutir cuál tiene más peso, que son los relacionados con el desgaste que viene del entorno, de nuestras propias células, de nuestro propio metabolismo, hay muchos diferentes. La suma de la predisposición genética más todos los factores de desgaste es lo que define por qué envejecemos», explica Salvador Macip, catedrático de biología molecular de la Universidad de Leicester (Reino Unido).
12 elementos claves del envejecimiento:
- Inestabilidad genómica
- Acortamiento de los telómeros
- Alteraciones epigenéticas
- Pérdida de la proteostasis
- Desregulación de los sensores nutricionales
- Senescencia celular
- Disfunción mitocondrial
- Agotamiento de las reservas de células progenitoras
- Alteraciones en los mecanismos de comunicación intercelular
Las últimas tres claves consideradas esenciales:
- Alteraciones en la autofagia (eficiente proceso de reciclado celular y molecular)
- Inflamación crónica (de baja intensidad, pero de notables consecuencias para el organismo)
- Disbiosis (la pérdida del diálogo adecuado entre el genoma humano y el de todos los microorganismos que nos cohabitan)
«Como ocurre en todo proceso biológico, hay una parte ambiental y una parte genética. Siempre se estima que lo que determina que uno alcance una edad longeva, dentro del promedio de la población, es una serie de cuidados, es decir, la proporción del ambiente pesa más que la genética. Comer sano, descansar, estar activos física y mentalmente. Cuando hablamos ya de longevidades extremas, de centenarios o supercentenarios, ahí la genética tiene un papel muy importante. De hecho, suelen ser familias con varios miembros que fallecen a una edad avanzada. Ahí no nos queda más remedio que pensar si hemos tenido o no suerte al nacer y nos ha tocado una combinación de genes ganadores, pero como casi ninguno vamos a tener esa opción, lo que tenemos que hacer es cuidar más la parte que sí está en nuestra mano. Es decir, someter a nuestro organismo al menor daño posible para que aguante el máximo tiempo en buenas condiciones», resume Manuel Collado, jefe del laboratorio de Envejecimiento, Cáncer y Células Madre en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (Idis).
¿Por qué unas personas envejecen mejor que otras? «Esa es la gran pregunta y en eso estamos trabajando. Obviamente está el factor enfermedad, con ese factor suerte, pero hay algo más a nivel genético que también tiene que explicar esto. Todos los que trabajamos en este campo buscamos encontrar algún tipo de estrategia farmacológica o biológica que permita que todos envejezcamos bien», responde Masip.
Lo que está en nuestra mano
«Como de todo, lo mismo que mi hija», resume Esperanza Cortiñas a sus 106 años. Pero su «de todo» no es el mismo que el general. Hoy mismo (el día de la entrevista) comió churrasco, el día anterior había sido coliflor con huevos y el menú de mañana llevará pescado. «De las trapalladas esas de los jóvenes de hoy nada». ¿Se refiere a ultraprocesados? «Sí, sí, eso que viene ya hecho». A una comida real se suma una vida tan activa que la lleva a jugar al tute (o la brisca ) toda la tarde, a baile, a misa por las mañanas, a ver el telediario después de la Ruleta de la Suerte. Esa vitalidad la ha acompañado toda su vida: «a los seis años ya cuidaba a las vacas. Tenías que andar kilómetros y kilómetros. He trabajado mucho limpiando casas y fregando. Aquí en Ourense y también dieciseis años en París», recuerda. Ahora presume de tener más amigos que nunca. De hecho, este año fue la encargda de encender las luces de Navidad en el concello y, desde entonces, «soy tan famosa que hasta me saluda gente que no conozco por la calle».
Alimentación, actividad, cuidado, vida saludable. Claves en la práctica real y en la médica e investigadora. «Hablamos siempre de cosas sensatas que conocemos, comer de una manera moderada y equilibrada, ser activo físicamente, mantener una red social potente, tener hobbies. Tendemos a pensar que no hacer nada y estar totalmente relajado es buenísimo, pero los estudios apuntan a que es más beneficioso tener actividad sin llegar al extremo de vivir estresados» apunta Collado, que se centra en la «charlatanería que rodea a la dieta y que muchas veces tiene poca base científica. Lo cierto es que la restricción calórica figura en el primer puesto del tipo de intervenciones que podemos realizar fácilmente para prolongar la longevidad en un buen estado de salud. Existen múltiples datos que apuntan a que, en muy distintas especies, reducir la ingesta calórica conduce a una mayor longevidad».
Un tema sobre el que ahonda Salvador Macip. De hecho, su grupo de investigación está realizando un estudio sobre el impacto del ayuno intermitente en mujeres que han superado la menopausia. «La restricción calórica es la intervención más antigua que se conoce, desde principios del siglo pasado se sabe ya que esto alarga la vida de los animales y ahora estamos tratando de comprobarlo en humanos. La dieta no te va a hacer vivir doscientos años, pero tiene un impacto muy importante. Hay que decir que la restricción calórica que vemos en animales que funciona es muy severa, por lo tanto, en humanos no podemos llegar a ese límite».
Células viejas
La senescencia celular es una de las claves del envejecimiento y uno de procesos en los que se están invirtiendo más recursos de investigación. Explicado de una forma simple, pero accesible, podemos hablar de las células senescentes como células «súper viejas». A medida que envejecemos nuestras células también lo hacen, pero no todas a la vez. Cuando las células llegan a ese estado de senescencia dejan de cumplir su función. El sistema inmune debería eliminarlas, pero no es capaz de hacerlo. Así que estas células senescentes se vuelven muy inflamatorias y tienen un efecto muy nocivo en el tejido en el que se alojan. «Es muy importante este acúmulo de células senescentes porque es fácil de atacar. Sabemos que eliminarlas, al menos en animales, funciona muy bien. En nuestro laboratorio hemos conseguido con un fármaco eliminar células senescentes y los animales viven un 30 % más. Es mucho, trasladado a humanos sería vivir 20 o 25 años más. Y lo más importante, vemos que mejora mucho la calidad de vida de los últimos años del animal, hasta un 400 %. Los ratones viven esos últimos años con una fuerza y una vitalidad equivalentes al ratón joven», explica el investigador de la Universidad de Leicester.
Hay varios laboratorios, con distintos fármaco senescentes, que han logrado «limpiar» los tejidos de estas células viejas y, por lo tanto, reducir mucho los efectos del envejecimiento. «Lo primero que veremos es este tipo de fármacos usados en enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como alzhéimer, diabetes, párkinson o cáncer, no para el envejecimiento en sí. Veremos cómo sin atacar la propia patología, sino actuando sobre el envejecimiento, conseguiremos frenar estas enfermedades o mejorarlas mucho. Esto lo tendremos, casi seguro, en la próxima década. Después de este paso, vendrá otro. Fármacos antienvejecimiento para personas sanas, pero esto requiere más tiempo porque necesitamos que no tengan efectos secundarios. No lo veo imposible ni mucho menos, tal como estamos avanzando. De hecho, creo que la primera persona que se va a tomar una pastilla antienvejecimiento ya ha nacido. Esto quiere decir que, quizás un niño que ahora tiene un año, con ochenta se estará tomando pastillas antienvejecimiento», augura Salvador Macip.
A esta línea de investigación que trata de eliminar de manera artificial las células senescentes, se suma otra que también está acaparando mucha inversión y esfuerzo: la reprogramación celular. Manuel Collado lo explica así: «No hay organismo joven que no proceda de uno viejo, esto implica que de generación a generación hay un rejuvenecimiento total. Es decir, que de una célula vieja, subyace una nueva. De ahí parte la teoría de que podríamos intentar rejuvenecer una célula y ahí tuvimos un descubrimiento fundamental, del japonés Yamanaka, hablamos del proceso denominado reprogramación celular. Hay otro boom tremendo de compañías de biotecnología que buscan cómo derivar de ahí, de un conocimiento básico todavía, una aplicación terapéutica a base de fármacos que sean capaces de, de manera parcial y controlada, someter a un proceso de reprogramación que conlleve un rejuvenecimiento de nuestra células. Algunos hemos empezado a aplicarlo para rejuvenecer enfermedades, nosotros lo hemos aplicado a cáncer para ver si podemos, de alguna forma, revertir el estado tumoral de un cáncer y lo estamos aplicando ahora mismo para obesidad y el síndrome metabólico». Lo cierto es que, para Collado, esta línea de investigación es a más largo plazo, aunque se está invirtiendo mucho en esto.
El futuro
¿Cuánto viviremos? Ninguno de los investigadores pone número ni fecha. «Primero se trata de frenar, luego ralentizar y quizás en un futuro revertir el envejecimiento. Una vez entendemos las bases de un proceso biológico podemos modificarlo», dice Salvador Macip. A lo que Manuel Collado añade: «El crecimiento de la longevidad no se ha detenido, solo hay que mirar la serie histórica. Mientras estamos viviendo, estamos aumentando nuestra longevidad. Es decir, probablemente viviremos más tiempo del que ahora mismo esperamos vivir».
Y, de nuevo, de la teoría a la práctica y del laboratorio a la calle. ¿Un mensaje de nuestros centenarios a los jóvenes de hoy para vivir más y mejor? Esperanza Cortiñas lo tiene claro «que sean buenas personas porque hay que vivir sin hacer daño a los demás. Y que coman de todo, pero nada de porquerías. También les diría que no se olviden de bailar». Luis Torras, una persona completamente activa, se queja de la pérdida de facultades que se va incrementando con los años, aún manteniendo un buen estado de salud a sus 110 años, «lo peor es que vas perdiendo facultades, así que casi es mejor morir joven en plena forma», dice con ese tono de quien lucha contra el tiempo. Y ahí está la clave de la investigación y la medicina antienvejecimiento, lograr que podamos morir con muchos años, pero siendo jóvenes.
Está información fue elaborada antes del fallecimiento de Luis Torras, el 14 de enero del 2024.