Claudia Bernárdez, tricóloga: «No podemos pretender tener un pelo muy sano si llevamos una vida que no lo es»

VIDA SALUDABLE

La experta recalca que «no es necesario comprar champús ni de farmacia ni de clínica para cuidar el pelo en condiciones normales»
25 abr 2023 . Actualizado a las 14:22 h.Nuestro pelo habla mucho de cada uno de nosotros. Nos gusta cuidarlo, pero no siempre tenemos claro qué es lo mejor. Como en otros ámbitos de la vida, son numerosas las opiniones y corrientes que dan consejos sobre cómo debemos hacerlo: ¿debemos lavar el pelo con uno o dos champús?, ¿con agua fría o caliente?, ¿es necesario aplicar una mascarilla o un acondicionador?
Todas estas dudas se las hemos planteado a Claudia Bernárdez, doctora especializada en dermatología, tricología y trasplante capilar. Realizó un máster en Tricología y Trasplante Capilar de la Universidad de Alcalá de Henares y obtuvo sobresaliente cum laude en su tesis doctoral. Acaba de publicar su primer libro La biblia del cuidado del cabello. Claves para tener un pelo sano y bonito (Zenith, 2023).
—¿Cree que nos preocupa lo suficiente nuestro pelo?
—En general, creo que nos preocupa bastante. Porque al final, nos enmarca la cara y nos cambia mucho el aspecto. Lo que pasa es que no siempre tenemos el conocimiento de qué cosas nos pueden ayudar a cuidarlo o cómo se debe tratar. Le preocupa, sobre todo, a la gente que tiene algún problema. Pero sí que falta un poco de conocimiento, a nivel general, en las formas en las que habría que cuidarlo y tratarlo adecuadamente.
—¿También piensa que la gente no es muy consciente de que uno de los factores que influye en el pelo es la dieta?
—Creo que no lo suficiente. La gente no entiende que el pelo es una estructura que responde a cómo está nuestra salud. La dieta es muy importante, pero también cómo nos cuidamos del estrés, si hacemos o no ejercicio… Todo eso no está tan claro. No podemos pretender tener un pelo muy sano si llevamos una vida completamente insana.
—¿Cuándo debemos recurrir a la suplementación con vitaminas?
—Hay un tipo de caída que, inicialmente, no nos tiene que preocupar si tenemos un pelo que está sano. Por ejemplo, una época del año en la que notamos más caída. Ahí es una buena opción ir al farmacéutico de confianza, coger unas vitaminas y ver si con eso el problema se soluciona. Cuando no hay que hacerlo es si se empieza a notar bajada de densidad, hay mucho picor en la cabeza o existen zonas donde se cae el pelo de golpe. Si se notan este tipo de cosas que son más llamativas, pueden ir a por las vitaminas, pero tienen que consultar a un especialista.
—¿Existe el champú perfecto?
—No, no existe el champú perfecto. Nos sirve para lavar el pelo, el cuero cabelludo hay que tenerlo limpio. Y lo que sería perfecto, en la rutina de higiene, es que adaptemos el champú a nuestro caso y momento particular. No es tanto que exista uno perfecto que le sirva a cualquiera, sino que tenemos que escuchar a nuestro pelo y cuero cabelludo. Según como estén, usar un champú u otro. Incluso hay gente que tiene que tener dos y unos días lo lava con uno y otro con otro. Lo que sería perfecto serían las rutinas, al igual que pasa con la piel. No existe la crema perfecta, pero si haces una rutina adecuada a tu piel en cada momento, ahí el resultado es mejor.
—Se habla mucho de ellos, ¿qué son los sulfatos?
—Son el componente limpiador de los champús. Ahora bien, sulfatos es un nombre genérico, en realidad existen muchos tipos. Los hay muy agresivos, como los que puede llevar también un detergente de platos. Hace cien años, los jabones y los champús eran muy agresivos. Hoy en día, es cierto que los sulfatos tienen muy mala fama, pero es un tema de márketing. Los champús, cada vez más, usan los sulfatos más adaptados a lo que quieren conseguir. Por eso, no son malos, de hecho, todo lo contrario. Hay que lavar con sulfatos. Luego ya depende, según la persona, la frecuencia.
—¿Y las siliconas?
—Pasa un poco lo mismo. El tema del «no a las siliconas» es muy de márketing. El pelo, el que ya está fuera del cuero cabelludo, ya no estamos hablando de la base, es una estructura de células muertas y se va estropeando con el día a día. Esa estructura lleva como una capa de grasa que lo que hace es proteger el pelo, que se vea brillante y no se rompa. Esa estructura, una vez se va perdiendo, no se puede regenerar. No se puede hacer nada para que reaparezca, es necesario rellenar los huecos que se han perdido para que el pelo se proteja más. Las siliconas es una de las moléculas que se pueden utilizar para hacer eso. De nuevo, al igual que los sulfatos, siliconas hay muchísimas. Las hay súper gordas que pesan un montón y que dejan el pelo muy graso, al igual que también existen aquellas que te dejan el pelo súper liso, con volumen y que está mucho más nutrido. Lo que tiene que quedar claro es que no son malas, aunque sí hay que saber cómo incluirlas en la rutina. Es decir, no todo el mundo necesita siliconas ni el mismo tipo.
—¿Recomendarías que todo el mundo usase un acondicionador?
—Sí, todo el mundo que tenga el pelo más largo de cinco o seis centímetros. Aquel que lo tenga más cortito, la propia grasa del cuero cabelludo ya actúa como acondicionador. Pero en cuanto lo tengas un poco largo, no pegado al cuero cabelludo, pero en el resto del pelo, sí que se recomienda. Porque el daño al pelo, por mucho que lo cuidemos pasa por cosas muy rutinarias: el propio roce con la almohada, roce con la silla, roce con la ropa, cepillar… Todo eso lo daña, por lo que debemos contrarrestar esos daños.
—¿Cómo actúa, en este caso, el acondicionador?
—Acondicionador llamamos al suavizante. En cosmética capilar, se consideraría todo aquello que vaya nutrir la fibra capilar, que es la parte del pelo que ya estaba muerta. Cualquier acondicionador, sérum, aceite, mascarilla, lo que va a hacer es la función que comentaba de las siliconas. Una capita externa en la fibra capilar, para intentar disminuir el daño que hacen las agresiones y que el pelo tenga mejor aspecto. Nos facilita el peinado, disminuye la electricidad estática, evitan que el agua o la sal penetren. Protegen un poco lo que es la fibra capilar.
—¿Cómo sería una buena rutina de lavado?
—La rutina más aconsejable es aquella que se adapta a las necesidades de cada persona. Hay gente con cuero cabelludo muy graso, seco, gordo, fino, etcétera. Adaptar es el concepto más importante y que no solemos tener. Existe gente que dice: «Hay que lavarlo una vez a la semana». No, hombre, depende. Creo que eso es la idea más importante.
Cuando nos metemos en la ducha, lo recomendable es cepillar el pelo antes de entrar, porque el pelo es más fuerte cuando está seco. Luego, ya dentro, iniciar con agua templada tirando a caliente, porque ayuda a eliminar la grasa en la primera jabonada. En principio, si no lo tienes muy sucio, con un champú es suficiente. Si ves que no sale espuma o te lo sigues viendo sucio, te puedes dar otro, no pasa nada. Retiras con agua templada ese champú y es interesante masajear mientras lo haces para que se quede bien limpio y salga todo. Luego ya, cuando lo aclaras y has quitado ese jabón puedes hacer un poco de agua más fresca cuando pongas el acondicionador porque facilita que se pegue, que el pelo se quede más brillante. El agua caliente da más grasa y la fría da más brillo, por eso suelen ser rutinas que requieren un poco de combinar, incluso de adaptarse al día del mes en el caso de las mujeres, porque cambia con el ciclo.
—¿Con la menstruación tenemos peor pelo?
—El pelo en sí es el mismo, pero en el cuero cabelludo se forma más grasa y se nos ensucia más. Además, como no solemos cambiar la rutina, el lavado no es tan eficaz y, entonces, nos vemos el pelo peor.
—A la hora de secarlo, ¿es mejor al aire o con calor?
—Ahí lo importante es que el pelo mojado es más frágil y se rompe con más facilidad que cuando está seco. La recomendación, lo más beneficioso sería secar con el secador a temperatura media y sin acercarlo mucho al cuero cabelludo, como a unos quince centímetros.
—Irse a dormir con el pelo mojado, interpreto que no es bueno...
—No, porque ahí rozamos mucho con la almohada, entonces el pelo se va a romper con más facilidad. Y si además, te queda muy húmeda la zona del cuero cabelludo, como ahí viven hongos, con la humedad pueden crecer un poco más e irritar.
—Sobre el pelo de las pestañas, ¿este nos puede crecer con a utilización de un sérum?
—Hay diferentes tipos. Sí que se ha demostrado científicamente que hay algunos ingredientes como las prostaglandinas que estimulan la fase del crecimiento del pelo y que aumentarían el crecimiento de tus pestañas. No es infinito, eso hay que tenerlo en cuenta. No es que cada uno pueda decidir hasta dónde llega, pero sí que pueden crecer. Pero claro, es como todo, hay algunos sérums que funcionan, otros que no tanto y alguno que simplemente lleva un poco de vitaminas y si estás bajo de estas, te puede ayudar a que te crezcan. Hay que ver los ingredientes, no podemos creer que todos los sérums hacen que nos crezcan las pestañas. Pero sí que existen componentes que ayudan.
—Un tema que preocupa es la caspa. ¿Cuándo se debería de consultar por este tipo de problema?
—La caspa, efectivamente, es muy frecuente. Es un acúmulo de grasa, crecimiento de hongos y el tratamiento inicial siempre va a ser mejorar la higiene del cuero cabelludo. Primero, con nuestro propio champú, lavar más a fondo nuestro cuero cabelludo con más frecuencia y asegurándonos que retiramos bien todo el champú. Si con eso sigue sin ser suficiente, podemos acudir a una farmacia para que nos den un champú un poco más específico anticaspa. Si en una o dos semanas vemos que sigue sin desaparecer, es mejor consultar. También si se asocia a caída de pelo, ahí sí que se debe ir a un especialista.
—Mencionas champús de farmacia. ¿Son mejores estos que los de supermercado?
—En condiciones normales el champú hay que adaptarlo al presupuesto de cada uno y a cómo tiene el pelo. Obviamente, en cosmética capilar pasa como en cualquier otra, si se sube de calidad, la formulación suele ser más especial, etcétera. Pero no es necesario comprar champús ni de farmacia ni de clínica para cuidar el pelo en condiciones normales. Ahí puede ser a elección de la persona. Cuando sí que cien por cien hay que probar champús más de farmacia, porque son más médicos, es cuando hay un problema. Ahí hay unos champús más determinados con componentes tratantes.
—¿Qué tener en cuenta a la hora de someternos a un tratamiento, como un tinte o un alisado, en un salón?
—Creo que básicamente hay que valorar lo que uno quiere. Si le apetece ponerse el pelo de otro color, o facilitar el peinado, pues adelante. Lo que siempre hay que tener en cuenta es que acudamos a un centro donde confiemos en el esteticista, porque al final son procesos que son dependientes de la persona que te los hace y que hay que tener en cuenta que si estamos agrediendo más el pelo con alguno de estos tratamientos, tenemos que cuidarlo más. Equilibrar la balanza, nada más.
—Por último, un consejo que darías a todo el mundo para cuidar su cabello.
—Creo que la clave es entender que el pelo lo crean células del cuerpo y que, por tanto, cuanto más sanos estemos, vamos a conseguir que el pelo crezca mejor. Ese sería un poco el consejo que se podría dar a todo el mundo. Luego también añadir que el daño externo al pelo es frecuente del día a día y que si queremos que este se vea bonito, no nos podemos limitar a cuidarlo desde dentro, sino que hay que combinar: desde dentro y acostumbrarnos también a cuidar la cosmética del pelo.