De la canela y sus posibles efectos antidiabéticos, al orégano como aliado contra el cáncer: ¿tienen las especias beneficios para nuestra salud?

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Especias como la canela o el jengibre tienen beneficios para nuestra salud.
Especias como la canela o el jengibre tienen beneficios para nuestra salud. iStock

Aunque existen estudios que indican que pueden ser un aliado en múltiples patologías, muchos tienen letra pequeña que conviene tener en cuenta

21 abr 2023 . Actualizado a las 15:20 h.

Tanto las especias como las hierbas aromáticas se han convertido en un indispensable de nuestras despensas. De hecho, más allá de sus propiedades nutricionales y de lo que pueden llegar a aportar a nuestras comidas, a algunas se las relaciona con grandes propiedades beneficiosas para nuestra salud.

En este sentido, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) remarca que «a pesar de que el uso de todas estas especias se ha evidenciado como seguro, no se debe confundir seguridad con eficacia o uso medicinal; su empleo como condimento dista mucho de su utilidad como tratamiento, siendo su principal peligro la interacción con los fármacos o la sustitución de los mismos por un remedio por considerarse “más natural”». Por eso, advierten de algunas falsas creencias que existen sobre ellas. 

El romero, ¿aliado contra la caída del pelo?

El romero es una hierba aromática de hoja perenne originaria del Mediterráneo. Se utiliza como condimento culinario, para hacer perfumes corporales o por sus posibles beneficios para la salud. Es miembro de la familia de Lamiaceae, junto con otras hierbas como el orégano, el tomillo, la albahaca o la lavanda. 

Las propiedades nutricionales que más destacan de esta planta son el calcio y el potasio. Además, según indican desde la Fundación Española de Nutrición (FEN), sus hojas contienen taninos (un principio amargo), vitamina C, ácido rosmarínico, una saponina y el alcaloide rosmaricina (responsable del efecto estimulante). 

Esta hierba ha sido aclamada desde la antigüedad por sus supuestas propiedades medicinales. Se utilizaba tradicionalmente para ayudar a aliviar el dolor muscular, mejorar la memoria, estimular el sistema inmunológico y circulatorio y promover el crecimiento del cabello. Concretamente sobre esta última aplicación, en el 2020 se publicaba una revisión sistemática sobre formulaciones tópicas comercializadas, productos naturales y suplementos orales para prevenir la alopecia androgénica. En ella se apuntaba a la posible utilización de romero (concretamente, en aceite), para prevenir la caída del cabello. Pero el propio estudio confirma que no se presentaron diferencias a partir del sexto mes de tratamiento. Por lo que, aunque su aplicación puede llegar a reportar beneficios, estos son limitados y nunca tan eficaces como un fármaco. 

Además, aunque su uso en aceite es seguro en dosis pequeñas, cuando estas se exceden puede llegar a provocar efectos secundarios como vómitos o espasmos. También pueden causar un aborto espontáneo, por lo que no es recomendable para mujeres embarazadas.

La canela y sus posibles efectos contra la diabetes

La canela ya era utilizada por los árabes para aromatizar sus carnes, ya que contiene un aceite esencial rico en fenol que inhibe las bacterias de su putrefacción. A día de hoy se utiliza tanto en rama, como molida. La ración media de canela que podemos llegar a incluir en nuestra dieta (por ejemplo, una cucharilla pequeña en el café) no aporta a nuestra dieta nutriente alguno. Sin embargo, en otras cantidades, sí destaca su contenido en hierro, calcio, zinc, potasio, selenio, vitamina B6 y C. 

Una de las propiedades que se le ha atribuido es su posible efecto beneficioso en los pacientes con diabetes tipo II. Una revisión sistemática actualizada de investigadores de la Western University of Health Sciences en California evaluó el efecto de la canela en la glucemia y los niveles de lípidos. Así, concluyeron que el consumo de canela se podía asociar con una disminución significativa de los niveles de glucosa plasmática en ayunas, colesterol total, LDL-C y triglicéridos, así como un aumento de los niveles de HDL-C.

En este sentido, la SEEN destaca que los efectos de la canela sobre la diabetes no están bien establecidos, «dado que existen resultados tanto a favor de sus beneficios como de ausencia de los mismos» y consideran que «los estudios realizados sobre esta planta aromática difieren mucho entre ellos, en el número de muestra de pacientes, lo que reduce la validez de estos hallazgos». 

El jengibre y sus múltiples propiedades

La raíz de jengibre proviene de la planta Zingiber officinale y se ha utilizado en la medicina china e india desde hace miles de años. Roi Ribera, médico digestivo del Hospital Son Llátzer de Mallorca, explica: «En aplicaciones clínicas demostradas en humanos se ha visto que el jengibre resulta beneficioso para la prevención de náuseas y vómitos, como antiemético, sobre todo en pacientes que reciben quimioterapia. También se le atribuyen propiedades como mejora de síntomas digestivos: hinchazón abdominal, pesadez postprandial, molestias, incluso reflujo. Es una de las plantas sobre las que más evidencia hay al respecto, ya sea en infusión o en otro tipo de presentaciones». 

Según la SEEN, también se le ha atribuido un poder adelgazante o un posible remedio contra la gripe. Y sobre esto, amplían: «Una revisión sistemática de 109 ensayos clínicos realizados en humanos en relación con los efectos del jengibre sobre la salud humana publicada por la prestigiosa revista Nutrients concluye que se encontraron efectos beneficiosos en varios estudios sobre las náuseas y vómitos, función gastrointestinal, dolor, inflamación, síndromes metabólicos y otros síntomas, pero en otros resultados fueron contradictorios. Es por eso que no refiere ningún beneficio en obesidad o contra infecciones virales ya que, cuando se han evidenciado, ha sido en estudios in vitro o en ratones». 

Este tipo de estudios in vitro o en ratones son, en realidad, los que abundan a la hora de hablar de investigaciones sobre todas estas plantas o hierbas aromáticas. «Sí, es cierto que hay muchos estudios, pero casi todos son en animales. La mayoría de estas sustancias tienen un recorrido de siglos, donde hay un uso tradicional que la gente lo asocia como beneficioso. Y probablemente lo tenga, porque si no, no se sostiene que se mantenga su empleo durante tanto tiempo. Lo que sucede es que no hay evidencia científica, en parte, porque a las farmacéuticas no les interesa hacer estudios de este tipo. Son plantas generalmente baratas, los estudios son caros de hacer y probablemente el beneficio que van a obtener comercializándolas en el futuro, no va a ser muy alto». 

Orégano, ¿un aliado contra el cáncer?

El orégano también es una hierba de la familia de Lamiaceae. Los griegos y los romanos lo asociaban con la alegría y la felicidad. De hecho. su nombre proviene de las palabras griegas «oros», que significa montaña, y «ganos», alegría. 

Existen diferentes tipos. El más común es el Oregano vulgare y la gente lo utiliza tanto para dar sabor a sus pizzas y pastas, como a través de aceites esenciales. Contiene vitaminas A, C E y K, así como fibra, folato, hierro, magnesio, vitamina B6, calcio y potasio. «Sus propiedades han sido ampliamente estudiadas, siendo las más importantes: la actividad antioxidante, antimicrobiana y, en estudios bastante primarios, la antitumoral y antiséptica. También se le considera tónico y digestivo, y se sabe que actúa sobre el sistema respiratorio, aliviando la tos y las secreciones bronquiales», apuntan desde la FEN.

Además, «al consumo de aceite esencial de orégano se le atribuyen efectos antiinflamatorios y antiproliferativos en modelos de células tumorales, aunque solo se ha evidenciado in vitro y en ratones», confirman desde la SEEN. «Esto es debido, entre otras cosas, a que la composición del aceite esencial de orégano varía mucho entre las distintas especies y según la procedencia dentro de la misma, ya que puede ser salvaje o de cultivo». 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.