Lorena Serrano, ginecóloga: «Si tienes anemia y estás cansada, tu regla posiblemente sea demasiado abundante»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

La ginecóloga Lorena Serrano acaba de lanzar el libro Conócete bien, cuídate mejor.
La ginecóloga Lorena Serrano acaba de lanzar el libro Conócete bien, cuídate mejor.

Conocida en redes como @hello.gyn, la epecialista se dedica a divulgar información útil y consejos basados en la última evidencia científica

14 mar 2023 . Actualizado a las 09:42 h.

¿Cómo es una regla normal?, ¿por qué tengo dolor en las relaciones sexuales?, ¿qué efectos adversos pueden tener los anticonceptivos orales? Estas son algunas de las consultas más frecuentes que recibe la ginecóloga Lorena Serrano. Su especialidad es una en la que, aún hoy, predominan mitos y tabús. Por eso es tan importante el trabajo de divulgación que realiza Serrano a través de Instagram, donde se la conoce como @hello.gyn. «Para poder tratar los trastornos ginecológicos con normalidad, tenemos que conocer cada una de las partes de nuestros genitales», afirma en uno de los primeros párrafos de su nuevo libro, Conócete bien, cuídate mejor (Planeta). Estructurado como un manual práctico que aborda todos los aspectos de la ginecología desde la mirada didáctica y científica que caracteriza a Serrano, el libro da las claves para cuidarse y evitar problemas y molestias.

—¿Cuáles son las consultas más frecuentes que recibes de forma presencial y a través de las redes?

—En el top tres estaría, primero, todo lo relacionado con anticonceptivos, las dudas acerca de los efectos secundarios de la píldora, cuál es el mejor método, las opciones que hay. Luego, todo lo relacionado con la regla y el sangrado menstrual, las alteraciones en el ciclo, por qué no me viene. Y por último, el virus del papiloma humano y todo el tema de las infecciones de transmisión sexual. Eso también genera muchas dudas, seguramente por el desconocimiento que hay al respecto.

—Empecemos por los anticonceptivos. ¿Por qué hay tantas dudas con respecto a cuál elegir?

—Las dudas sobre todo son con respecto a los anticonceptivos orales combinados, por todo lo que se escucha en internet sobre sus efectos secundarios. Todo esto siempre nos lleva a hablar de los miedos que tiene cada paciente, intentando arrojar evidencia científica sobre qué es verdad y qué no. Sobre el DIU, hay muchas consultas sobre el dolor de la inserción y las consecuencias a largo plazo de su uso.

—¿Qué debemos tener en cuenta al tomar esta decisión del método que vamos a usar?

—Es algo muy personal. Lo que siempre intento hacer en consulta es, primero, informar sobre las opciones. Porque hay muchas más de las que conocemos de entrada. Y obviamente, si vamos a pensar en dar como opción anticonceptivos orales, hay que hacer estudios previos. No cualquier mujer es candidata a tomar este tipo de tratamiento, entonces, hay que valorar los antecedentes médicos, familiares y personales, los tratamientos que está tomando a la vez, los hábitos tóxicos, si fuma o no, la tensión, pedimos también una analítica para ver cómo está funcionando el hígado y descartar que haya problemas de colesterol. Si la persona no tiene contraindicaciones para tomar tratamientos hormonales, esa es una de las opciones que vamos a poner sobre la mesa. Vamos a explicar qué podemos esperar de cada una de las opciones en cuanto a sus beneficios, y vamos a adaptarlo de forma individual. Porque, al final, la decisión tiene que ser de cada una de nosotras en base a su preferencia y entendiendo que es un poco de prueba y error. Muchas veces, vamos a empezar con un anticonceptivo que igual no nos va a ir bien, no nos va a gustar o no se va a adaptar a nosotras y vamos a cambiar por otro que nos funcione mejor. Lo mejor es informar para ir probando hasta que encontremos el que nos interesa.

—Muchas personas consultan por alteraciones en el ciclo menstrual. ¿Cómo es una regla normal?

—La normalidad hay que ponerla un poco entre comillas, porque hay tantos ciclos menstruales como mujeres. Nuestros ciclos también van evolucionando con el tiempo. Quizás al principio nos viene la regla cada 32 días y con los años se va acortando. Eso forma parte de lo esperable. Yo siempre digo que la regla tiene que ser algo previsible. Tiene que llegar cuando más o menos la esperas. Cuando no tienes ni idea de cuándo te va a venir, ahí podemos empezar a pensar que hay algo que no está funcionando bien. Obviamente, hay otras cosas que hay que tener en cuenta, como que la regla no duela en exceso. Puedes tener cierto malestar, pesadez, incomodidad. Pero tiene que ser algo que te tomes un analgésico habitual y se te pase, que no te impida hacer vida normal. En cuanto a duración, normalmente, decimos que, como mucho, tienen que ser siete u ocho días. Un ciclo de entre 24 y 38 días se considera normal. Lo que se sale de lo normal es que no te venga la regla en dos o tres meses. Y las pérdidas, en cuanto a la cantidad, son algo más difícil de valorar, porque es algo muy personal. Sí que hay unos parámetros que sabemos que son de unos 30 mililitros por ciclo, pero es muy difícil de calcular con tanta precisión. Pero si la paciente tiene anemia y está cansada, la regla posiblemente sea más abundante de lo normal.

La ginecóloga Lorena Serrano acaba de lanzar el libro Conócete bien, cuídate mejor.
La ginecóloga Lorena Serrano acaba de lanzar el libro Conócete bien, cuídate mejor.

—Cuando hay una alteración en alguno de esos parámetros, ¿cómo es el abordaje en la clínica?

—Primero hay que ver: ¿es que no te viene la regla?, ¿es que tienes sangrados abundantes?, ¿es que te duele?, ¿es que las tienes irregulares? En función de eso, hacemos un estudio. En ginecología, hacemos muchas ecografías ginecológicas, porque hay que descartar que no haya alguna causa orgánica, algún pólipo que genere un sangrado entre regla y regla, o algún quiste en el ovario. Luego, valoramos cómo está funcionando el eje hormonal, hacemos analíticas que nos sirven para descartar problemas. Sabemos que las alteraciones tiroideas influyen en cómo funcionan los ciclos menstruales. Entonces, vamos a descartar que no sea esa la causa. También valoramos que no haya un síndrome de ovarios poliquísticos o una amenorrea hipotalámica, o una elevación de la testosterona que nos diga que los ovarios no están trabajando bien, o que hay un estrés tal que el eje está inhibido porque el cuerpo interpreta que no es el momento para la reproducción y apaga todo. Al final, es un proceso de descarte con varias pruebas hasta que llegamos al diagnóstico.

—¿Cómo se pueden aliviar los síntomas premenstruales?

—Cuando hablamos de síndrome premenstrual, estamos hablando de una serie de síntomas importantes que nos están afectando en nuestro día a día. No podemos asumir que eso es algo normal. Lo recomendable sería acudir al médico para ver que todo esté correcto. Porque cuando hay una sintomatología tan limitante en tu día a día, habrá que descartar, por ejemplo, un trastorno disfórico premenstrual, que es una patología que requiere tratamiento psiquiátrico. Más allá de eso, lo importante es mantener un estilo de vida saludable. Hacer ejercicio de manera regular ayuda, aunque no nos apetezca, también limitar el alcohol, limitar la cafeína, llevar una dieta basada en frutas y verduras frescas, con muchos antioxidantes. Intentar evitar todos los alimentos inflamatorios, el exceso de grasas saturadas. Y luego, también hay algunos suplementos que nos pueden ayudar. No hay tanta evidencia en este tema, pero se recomienda el aceite de onagra. También depende de la sintomatología. Si lo que notas es molestia en las mamas porque se te hincha el pecho y te duele, se ha demostrado que el sauzgatillo, que es una planta, puede ir bien para estos aliviarlo.

—¿Qué consultas son las más frecuentes con respecto a las relaciones sexuales?

—Es un tema que realmente sigue siendo bastante tabú. Es difícil que las pacientes vengan para hablar de esto. Muchas veces, tienes que ir tirando tú del hilo y aprovechar cuando vienen para preguntar un poquito de todo y ver si hay algún problema en la esfera sexual. Lo que solemos ver es dolor en las relaciones sexuales y alguna paciente puede comentar la falta de deseo, sobre todo esto es algo que vemos más en la menopausia. También vemos chicas jóvenes preocupadas porque igual no consiguen el orgasmo con la penetración vaginal.

—¿Qué se recomienda en estos casos para mejorar las relaciones sexuales?

—Lo primero de todo es que las relaciones no tienen que doler, entonces, si en algún momento aparece dolor, hay que consultar. Muchas veces, una de las principales causas de dolor es que no hay suficiente lubricación. Eso es lo primero que tenemos que intentar arreglar, utilizando lubricantes. Pero la sexualidad es muy amplia. A nivel ginecológico, vamos a descartar patologías a nivel anatómico, que no haya alguna secuela quirúrgica o una infección que esté causando el dolor, o algún problema inflamatorio. La endometriosis también puede causar dolor. Si descartamos eso, muchas veces, recomendamos hacer un seguimiento con sexólogos porque, al final, la esfera psicológica y emocional de cada persona interfiere muchísimo en la sexualidad.

—¿El dolor puede estar relacionado con problemas en el suelo pélvico?

—Sí. Sucede si hay algún prolapso genital, que es cuando alguno de los órganos se descuelga un poquito, o cuando tenemos incontinencia urinaria. Eso obviamente interfiere en las relaciones, porque cuando hay un cuerpo extraño, eso puede molestar y disminuir la satisfacción o el placer sexual. Y el miedo a tener escapes de orina también cohíbe mucho a nivel de cómo se vive la relación sexual. Luego, hay que tener en cuenta que este perfil de pacientes que tienen dificultades con el suelo pélvico suelen ser mujeres menopáusicas y a eso se le añaden problemas de sequedad vaginal y atrofia. También puede haber alguna hipertonía de la musculatura del suelo pélvico o vaginismo. Todo esto hace que la musculatura de la entrada de la vagina esté más contracturada y eso involuntariamente la cierra, con lo cual, la penetración es muy dolorosa y muy difícil, y es un problema que hay que tratar desde el suelo pélvico.

—¿Cómo podemos cuidar esta musculatura del suelo pélvico para evitar esos problemas?

—Lo ideal respecto al suelo pélvico sería prevenir cualquier problema que pueda surgir en cuanto a prolapsos e incontinencias. Hay conceptos básicos en los que nunca pensamos. Primero, evitar los factores desencadenantes. Hay algunos que no podemos evitar. La predisposición genética que tengamos, si hemos tenido un parto instrumentado, con forceps o espátula, si hemos tenido un embarazo gemelar, todo eso no lo vamos a poder controlar. Pero otras cosas sí, por ejemplo, la tos crónica por el hábito tabáquico, el sobrepeso, la obesidad, la postura que tenemos: cómo nos sentamos, cómo nos levantamos, cómo nos mantenemos erguidas, el ejercicio físico que hacemos. Hay que vigilar cómo estamos durante el ejercicio, porque a veces, tendemos a apretar y hay un momento en el que tenemos que parar y examinar eso. Lo mismo pasa con el estreñimiento, que también va a empeorar los problemas de suelo pélvico. En todo eso podemos intervenir. Y luego, no hace falta tener ningún problema en el suelo pélvico para ejercitarlo. Sería ideal si pudiéramos estar entrenadas en hipopresivos, en kegel, que son los ejercicios que van a contraer la musculatura pélvica para prevenir que haya problemas.

—¿Cómo se puede empezar a realizar esos ejercicios?

—Siempre va a ser recomendable empezar con una valoración con algún profesional sanitario especializado en el tema. Podemos, a través de libros o guías de internet, intentar aprender a contraerlo, pero muchas mujeres tenemos tal desconexión con su suelo pélvico que, por mucho que nos expliquen o lo veamos, si alguien no nos dice «lo estás haciendo bien» o «no lo estás haciendo bien», no tenemos ni idea. Entonces, primero, hay que descartar si hay una patología y luego, en todo caso, ir ejercitando. Pero una persona sana puede empezar a hacer los ejercicios en casa, si no tiene dolor, si no se le escapa la orina. Se puede probar con guías pero sin obsesionarse, sino de vez en cuando. Y en el momento en que note alguna molestia, consultar.

La menopausia es una etapa a la que muchas mujeres le tienen miedo. ¿Cómo nos podemos preparar para ella?

—Creo que hay que vivirlo como una etapa más, como algo natural. En el embarazo va a haber unos cambios, en el posparto otros, en la lactancia otros, y en la menopausia también, y es importante vivirlo con total naturalidad. Pero eso no significa que tengamos que aguantarnos los síntomas y las molestias que tengamos. No tenemos que estar todo el día agobiadas con el calor sin buscar ayuda. Va a haber una serie de síntomas que podremos llegar a tener: sofocos, reglas abundantes, alteraciones menstruales, anemia, sequedad vaginal. Pero también tenemos opciones para tratarlo. Entonces, cuando aparezca algo, hay que buscar tratamiento adecuado para cada síntoma con el médico. También hay que entender esta etapa como un momento en que perdemos la protección de los estrógenos de cara al riesgo cardiovascular y la protección del hueso. Es un momento en que también empieza a aumentar el riesgo de ciertos cánceres, como el cáncer de mama y el de ovario. Entonces, es importante tener consciencia de esto para cuidarnos todavía más, cuidar la alimentación, hacer ejercicio, y limitar los tóxicos como el alcohol y el tabaco.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.