Pilar Mazón, cardióloga: «Los productos que ayudan a bajar el colesterol pueden ser un complemento, pero la mayoría de las veces no es suficiente»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Pilar Mazón, cardióloga
Pilar Mazón, cardióloga La Voz de la Salud

La experta considera que a pesar de que las estatinas tienen «mala fama», son bien toleradas, producen muy pocos efectos adversos y han demostrado que disminuyen los niveles de colesterol

18 oct 2022 . Actualizado a las 11:05 h.

Un elevado porcentaje de la población española, concretamente el 20 % mayor de 18 años, presenta un nivel de colesterol superior a 250 mg/dl, según un estudio de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Un valor excesivo, teniendo en cuenta que actualmente se recomienda que el colesterol total sea inferior a 200 mg/dl: el «malo» o LDL debe ser inferior a 160 mg/dl, mientras que el «bueno» o HDL debe ser superior a 40 mg/dl. Los triglicéridos, inferiores a 200 mg/dl. ¿Por qué? Porque se trata de uno de los principales factores de riesgo para padecer una enfermedad cardiovascular. 

Aunque se trata de valores orientativos y también existen particularidades (como aquellas personas que ya han presentado una enfermedad cardiovascular, cuyos valores de LDL deben ser inferiores a 100 mg/dl), lo cierto es que surgen muchas dudas sobre él. ¿Cuándo debemos preocuparnos? ¿En qué consiste el colesterol hereditario? ¿Puede un yogur ayudar a reducir nuestros niveles de colesterol? Pilar Mazón, cardióloga miembro de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), les da respuesta. 

—¿Cuándo debemos preocuparnos por nuestros niveles de colesterol?

—En general, se recomienda hacer análisis para conocer el nivel de colesterol y calcular el riesgo cardiovascular global a partir de los 40 años en los hombres y de los 50 años en las mujeres, excepto cuando se sospeche alto riesgo cardiovascular que debe hacerse a cualquier edad. Por ejemplo, cuando hay historia de hipercolesterolemia familiar ya se hacen determinaciones en los más jóvenes. También es importante tener en cuenta que está aumentando la obesidad en niños y adolescentes y la aparición de problemas como diabetes tipo 2 e hipertensión arterial en edades cada vez más jóvenes, por lo que puede ser necesario estudiar en ellos el nivel de colesterol, aunque no hayan alcanzado los años indicados.

—¿Cuál es la diferencia entre colesterol y triglicéridos? 

—Tanto el colesterol como los triglicéridos son lípidos, o grasas, necesarios en nuestro organismo. El colesterol se utiliza en la formación de las membranas celulares, en la síntesis de varias hormonas y de los ácidos biliares, indispensables para la digestión de las grasas. Se une a proteínas, formando lipoproteínas de diferente densidad, de baja densidad (low-density lipoproteins LDL) y de alta densidad (high-density lipoproteins HDL); el exceso de LDL-colesterol en sangre es perjudicial para la salud porque se deposita en las paredes de las arterias (aterosclerosis) y provoca que estas se obstruyan y comprometan la circulación sanguínea en ese territorio, lo que puede ocasionar infartos y otras patologías cardiovasculares.

Los triglicéridos, formados por la unión de tres ácidos grasos a una molécula de glicerina, almacenan energía en forma de grasa, que procede de los ácidos grasos de los alimentos y de los que el hígado es capaz de producir. Niveles elevados también pueden provocar aterosclerosis y, si están muy aumentados en sangre, pueden provocar pancreatitis. 

¿En qué se diferencia el colesterol «bueno» o «malo»?

El efecto del colesterol y por lo tanto, los daños y perjuicios sobre la salud, dependerá del tipo de lipoproteínas a las que se una para circular por la sangre. El nombre de estas puede resultar familiar, ya que son las que suelen figurar en los análisis de sangre rutinarios. 

  • Lipoproteínas de baja densidad (LDL). Transporta el nuevo colesterol desde el hígado a todas las células del organismo y da lugar al conocido como colesterol «malo». 
  • Lipoproteínas de alta densidad (HDL). Recoge el colesterol no utilizado, lo conduce de nuevo al hígado para que este lo almacene o lo elimine al exterior a través de la bilis. Por eso se considera el colesterol «bueno». 

 —¿Cuáles son las recomendaciones para bajar el colesterol?

—Las recomendaciones generales se basan en mantener un estilo de vida saludable; es decir, una dieta pobre en grasas y la práctica de ejercicio regular. Cuando no se consigue el nivel deseado, hay que iniciar tratamiento farmacológico con los diferentes medicamentos disponibles.

 —¿En qué consiste el colesterol hereditario? ¿Qué consejos se suelen dar en estos casos? 

—El «colesterol hereditario» o hipercolesterolemia familiar es un trastorno de base genética, en el que se hereda una mutación que provoca el aumento de LDL-colesterol en la sangre y el desarrollo de aterosclerosis a edades tempranas. Hay diferentes mutaciones y variantes de diferente gravedad. En nuestro país, se calcula que la padecen aproximadamente 200.000 personas. En todos los casos, es importante el diagnóstico precoz para evitar otros factores de riesgo y, en caso necesario, empezar con tratamiento para reducir el nivel de colesterol en sangre incluso en niños.

—¿Por qué tienen mala fama las estatinas? 

—Las estatinas son medicamentos que disminuyen el nivel de colesterol en sangre porque inhiben su síntesis en el hígado. Son fármacos muy eficaces que han demostrado que la reducción de colesterol sanguíneo se acompaña de una disminución muy importante de las enfermedades cardiovasculares provocadas por la aterosclerosis. Son fármacos muy seguros y, a pesar de que tienen «mala fama», son bien toleradas y producen muy pocos efectos adversos. Es excepcional que haya que suspenderlas por dolores musculares intensos o por alteración significativa de pruebas hepáticas. 

Según datos del Ministerio de Sanidad, en el año 2021 se dispensaron en nuestro país más de 62 millones de recetas de inhibidores de la HGM CoA reductasa.

—Hay distintos tipos de estatinas disponibles en el mercado. ¿Cuáles serían los criterios para recetar una u otra?

—El principal criterio para decidir qué estatina se receta es la potencia del fármaco en la reducción del nivel de colesterol en sangre. Las más potentes, a dosis altas, lo reducen más del 50 %. Según el nivel del que se parte y el objetivo a alcanzar, que depende del riesgo de la persona, si es prevención primaria o secundaria (cuando ya ha existido un problema cardiovascular) se elegirá la estatina y la dosis correspondiente. También hay algunas diferencias en las propiedades del fármaco en cuanto a posibles interacciones con otros medicamentos, que pueden influir a la hora de su elección. 

—Existen alimentos que prometen bajar el colesterol. ¿Es cierto? ¿Puede un yogur ayudar a reducir nuestros niveles de colesterol?

—Tenemos dos fuentes de colesterol, el que se sintetiza en el hígado, que puede reducirse con las estatinas, y el que se absorbe de los alimentos. Hay sustancias naturales, como algunos esteroles vegetales que inhiben la absorción de colesterol en el intestino y conseguirán que se reduzca su nivel en sangre.

Hay productos, como leche, yogures… a los que se añaden esteroles vegetales y pueden ayudar a la reducción del nivel de colesterol, lo que consiguen hasta en un 20 %. La mayoría de las veces no es suficiente, pero puede ser un complemento del resto del tratamiento.

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.