Cáncer de mama en niñas: «Los tumores por debajo de los 25 años son excepcionales»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

LA TRIBU

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El caso de una menor de siete años a la que se la ha diagnosticado un tumor de este tipo es, según los expertos, muy poco frecuente

10 feb 2023 . Actualizado a las 22:35 h.

Maura, de siete años, ha sido noticia en las últimas horas al convertirse en la paciente más joven del mundo en ser diagnosticada con un cáncer de mama. Su madre le había detectado un bulto extraño en el pecho cuando tenía cinco años y, tras una evaluación médica, los oncólogos determinaron que se trata de un raro tumor en la mama. Es un caso muy excepcional, pero ¿cómo es posible que este tipo de tumores se desarrollen en una niña? ¿Cuál es su incidencia?

«El único cáncer de mama que es más frecuente por debajo de los 20 años es una variedad que se llama carcinoma secretor de mama y aún así, es absolutamente excepcional. Es una variedad que es más frecuente en adolescentes, por lo que una persona dentro de ese grupo de edad que tiene un tumor, lo más frecuente, es que sea de este tipo. Pero hay que recalcar que, aún así, la incidencia es muy baja» asegura Joaquín Mosquera, oncólogo y coordinador de la Unidad de Patología Mamaria del Chuac. 

Desde el Grupo Español de Investigación de Cáncer de Mama (Geicam) explican que estos tumores se pueden dividir en varios tipos en función de las características de la enfermedad y de su evolución a lo largo del tiempo. La mayoría se originan en el tejido glandular de la mama, que está formada por los lobulillos (glándulas donde se produce la leche) y los conductos galactóforos, que son los encargados de transportarla hasta el pezón durante la lactancia materna. Estos cánceres son de origen epitelial y se denominan carcinomas. Otros tipos de tumores menos frecuentes se desarrollan a partir de células con un origen diferente, como músculo, grasa o tejido conectivo, denominándose sarcomas.

Así, los tres tipos de tumores más frecuentes, según indican desde la Geicam, son: 

  • Carcinoma ductal invasivo o infiltrante (CDI). Abarca la inmensa mayoría de los casos, con entre un 70 y un 80 % de incidencia. 
  • Carcinoma lobulillar invasivo o infiltrante (CLI). Es el segundo más habitual, representa entre el 5 y el 7 % de los casos. 
  • Carcinoma ductal «in situ» o carcinoma intraductal (CDIS)

¿Es posible que se de un cáncer de mama cuando esta todavía no se ha desarrollado?

«El tejido mamario existe siempre, incluso cuando eres una niña, al igual que lo tenemos los hombres», afirma Mosquera. «Existen niñas recién nacidas que por el paso de las hormonas de la madre a través de la placenta nacen con un pequeño botón mamario, que es una pequeña estimulación del tejido glandular detrás de la areola. Pero lo excepcional es que este tejido, que es mínimo antes de que exista un cambio hormonal importante, se haya desarrollado más. Todos tenemos tejido y las niñas nacen con él, solo que está estancado», añade el experto. 

Así, la incidencia de este tipo de tumores en edades como la de Maura, a los siete años, es mínima. «Nunca he visto un caso de este tipo y ni siquiera me lo han comunicado en ningún congreso. Hay que tener en cuenta que los casos de tumores de mama por debajo de los 25 son excepcionales. Han existido casos, pero muy pocos», asegura el doctor. 

Según palabras del propio Mosquera, «el hándicap de cualquier lesión mamaria en una niña es que, una vez que haces una cirugía en un pecho queda una hipoplasia. Es decir, ese pecho no se va a desarrollar normalmente como lo va a hacer el de una niña que no ha tenido que ser operada». No obstante, el doctor precisa que existen recursos posteriores en el futuro, «como poner una prótesis». 

«El mayor riesgo de sufrir un cáncer de mama es cumplir años»

La gran mayoría de los casos de cáncer de mama que se diagnostican a nivel mundial se producen a partir de cierta edad. Concretamente, en mujeres entre los 50 y los 60 años: «El mayor riesgo de sufrir un cáncer de mama no cabe duda de que es cumplir años». A medida que la edad baja, los casos son menos frecuentes. 

De hecho, la guía realizada por la Comisión Europea recomienda que los cribados de cáncer de mama se lleven a cabo entre los 50 y los 69 años. «En algunos países esta edad incluso se aumentó hasta los 74 años y en algún caso, bajar hasta 45. Pero digamos que el intervalo que siempre se recomienda como esencial es de 50 a 69, aunque luego existan países que pueden abordar hasta los 74 o desde los 45 y otros que no», explica Mosquera. 

Otro circuito diferente es cuando hablamos de antecedentes familiares, ya que las probabilidades de padecer un cáncer de mama aumentan si la madre, hermana o hija de esta mujer lo han sufrido, tal como informan desde la propia Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma). «Las que tienen un rasgo inherente tanto por antecedentes familiares como por alguna situación personal se suelen tratar en los programas de cribado poblacional de tal forma que van a los circuitos hospitalarios que tenemos establecidos para las mujeres de riesgo. Se trata de un circuito totalmente distinto. Hay que recordar que entre el 15 y el 20 % de los tumores de mama son tumores que tienen este origen, ya sea por trasfondo genético o por lo que se llama agregación familiar», confirma el doctor.  

El cribado de cáncer de mama se realiza en nuestro país a las mujeres con edades comprendidas entre los 50 y los 69 años, a través de una mamografía cada 24 meses. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.