Marta de las Heras, salus: «Cuando llegas a casa y ves que tienes algo que se mueve y llora, te entra el pánico»

LA TRIBU

Marta de las Heras, ofrece sus servicios a través de B-Salus.
Marta de las Heras, ofrece sus servicios a través de B-Salus. La Voz de la Salud

La profesional abandonó la enfermería pediátrica en el hospital para acompañar a los padres en los primeros cuidados del bebé en sus domicilios

07 ago 2022 . Actualizado a las 17:28 h.

Aunque muchas veces se interprete como el final, la línea de meta a nueve meses de náuseas, incomodidades y todo tipo de contratiempos inéditos, el parto solo es el principio. El hospital es territorio seguro, zona de confort —si es que se le puede llamar confort al estado físico de una mujer tras sacar de su cuerpo una criatura de alrededor de tres kilos—, pero con el alta en la mano se inicia un viaje en solitario por terreno desconocido. Será en casa cuando surjan las dudas porque ahí va un secreto: los recién nacidos lloran, pero no suelen explicar qué les pasa. Y Google solo llega hasta donde llega.

Ante lo desconocido somos inseguros. Muchas madres y padres tendrán por primera vez una vida a su cargo. Y eso da miedo. Pocos sentimientos son más poderosos que el miedo. ¿Qué es esta mancha?, ¿es normal que el cordón umbilical esté así o 'asá'?, ¿por qué no sé dar la teta a mi hijo o hija? —un tema de actualidad ya que esta es la Semana Mundial de la Lactancia— Lamentablemente, no se puede disponer de un pediatra las 24 horas del día. De ser así, muchos padres primerizos harían desear al médico abandonar la profesión. No obstante, el sector sanitario empieza a ofrecer alternativas privadas para resolver este tipo de dudas. 

Marta de las Heras es salus, un término acuñado para referirse a profesionales del sector sanitario que ofrecen servicios de acompañamiento a madres y padres durante los primeros meses de vida de sus hijos y más allá. «Una salus es una persona con experiencia en el cuidado de recién nacidos y que tiene formación en enfermería o como auxiliar. Todavía no es una titulación oficial, no existe una formación específica que otorgue un título de salus. Se trata de profesionales sanitarias con experiencia con recién nacidos que buscan acompañar a los papis en los primeros cuidados», detalla la responsable de B-Salus, el primer grupo de trabajadoras en ofrecer este tipo de servicios tan concretos en Galicia.

—Ha pasado de ejercer como enfermera en el hospital a hacerlo en domicilios, ¿cómo se ha producido ese cambio?

—Yo trabajaba en una maternidad privada en A Coruña y observaba cómo muchas 'mamis' reclamaban un servicio de acompañamiento nocturno. Una de las familias con las que trabajé me comentó que en Madrid estaba muy instaurada esta figura, pero no en Galicia. Yo soy enfermera, trabajé en urgencias de pediatría e hice en la formación en la UCI de pediatría antes de pasar un año en la maternidad privada. Siempre estuve en contacto con los niños y siempre me ha gustado muchísimo trabajar con ellos.

—Me imagino el pavor de una madre que sale de un hospital donde estaba rodeada de médicos y que de pronto se encuentra a solas o con su pareja en casa.

—Cuando llegas a casa y de repente ves que tienes algo que se mueve, que llora, que no sabes qué le puede pasar, te entra el pánico. Las primeras dudas siempre suelen ser con respecto al tema de los cuidados del cordón umbilical, los cólicos, el no saber cómo interpretar el llanto, la lactancia materna o cómo preparar el biberón y los baños. Y no es una cuestión únicamente de dudas. Muchas veces agradecen ciertos consejos que ellos ni siquiera se plantean porque tienen la cabeza saturada, centrada en unos cuidados básicos. Tú puedes abrirles nuevos caminos diciéndoles: «Mira, el biberón lo preparas de esta manera» o «si dejas el material preparado por la noche ya solamente tendrás que verter el agua y evitarás levantarte a las tres de la mañana y tener que contar cuántas tacitas hay que echarle». Se trata de simplificar las cosas y hacer todo mucho más fácil.

—Salus es un término novedoso, supongo que nada que ver con la figura de canguro.

—No. Una salus es una persona con formación sanitaria. Trabajamos desde el servicio de acompañamiento al alta, que se inicia nada más llegar a casa, a un acompañamiento de unas tres horas para ayudar con la adaptación en casa. Cómo hacer el baño, los primeros cuidados, la adaptación de la habitación al 'peque' y a la comodidad de los 'papis'. También realizamos un servicio de cuidado nocturno que suele ser de unas nueve o diez horas por la noche, pero nos adaptamos  las necesidades de cada familia. Somos bastante flexibles. Se trata de tener una persona de referencia y esa es la gran diferencia entre una salus y un canguro. Es verdad que podemos hacer ese trabajo de cuidar mientras los padres salen a cenar, pero lo que se ofrece es una asistencia, la tranquilidad que aporta una profesional. No es tu vecino o tu prima, y es ese perfil de profesionalidad lo que aporta ese plus. Es un servicio que requiere a una persona con una formación y una titulación.

—Hablaba del tema de la lactancia, ¿se necesita ayuda para dar el pecho?

—La lactancia materna es algo complejo. Lo que te venden las películas y la sociedad es que la lactancia es fácil, pero la lactancia es complicada. Si realmente quieres luchar por tu lactancia, tienes que tener el máximo apoyo y saber que hay profesionales muy preparados que te pueden guiar en este período tan importante. Yo la recomendación que les doy siempre es que estén tranquilas, que no se obsesionen, que si una madre quiere dar el pecho se luchará todo lo que haga falta hasta que se consiga, pero no hay que obcecarse. Hay madres que sufren muchísimo: tienen grietas, heridas o el pecho con alguna ingurgitación o mastitis y eso provoca muchísima frustración. El consejo es que estén tranquilas.

—Supongo que es complicado estar tranquila cuando siempre se habla de la importancia de la leche materna frente a la de fórmula.

—La lactancia, siempre que sea posible, se va a fomentar, pero que en caso de que, por cualquier motivo, no salga adelante, por infecciones, por grietas muy dolorosas o porque no haya suficiente leche para el bebé, no deben sentir que fracasan. Esto es una carrera de fondo en la que hay que ir pasando obstáculos. Si en algún momento, por lo que sea, no va, no hay que sentirse mala madre. Nos venden que todo es maravilloso y fantástico, pero es complicado y tiene su período de aprendizaje. Es una sucesión de pasos. Y si no puedes o no quieres, tampoco pasa nada. Se trata de una decisión personal, pero es importante que cuenten con el apoyo de las matronas en el centro de salud y de los grupos de apoyo para la lactancia. Si hay problemas y te hacen sentir que es algo que tienes que hacer sí o sí, le acabas cogiendo aversión. Llega la hora de dar el pecho y te dices a ti misma que no quieres, porque estás rabiando de dolor. Sí, la leche materna es el mejor alimento que se le puede dar el bebé, hay que fomentarla, no hay que rendirse de primeras, pero si hay dificultades y no se puede, van a seguir siendo unas madres de 10.

—Hablaba también de las dudas que genera el cordón umbilical.

—Sí. Pero los cuidados del cordón umbilical se limitan el agüita y el jabón que cae del propio baño, no hay que frotar. Es verdad que, a veces, hay bebés a los que les tarda un poco más en curar, que se les ve que está un poco más inmaduro, que mancha un poquito el pañal o que empieza a oler mal. Ahí sí se le podría aplicar un poquito de alcohol, pero en principio, con agua y jabón estaría listo.

—A quién cuida más una salus, ¿a los recién nacidos o a los padres de los recién nacidos?

—Estamos centrados en el cuidado del bebé, pero también en el cuidado de los padres y de la madre cuando llega al domicilio. Somos también ese apoyo psicológico que a veces te falta cuando llegas a casa y te devora la situación, cuando  piensas que no lo estás haciendo bien, que el bebé llora mucho o cuando piensas que se ha quedado con hambre y no está a gusto. Ese también es nuestro papel. El apoyo emocional y hacerles ver que lo están haciendo bien. Hay veces que se necesita que alguien te diga: «Eres una campeona y lo estás haciendo fenomenal». Recordar que los bajones de ánimo son normales y que se van a recuperar. Nos han contado que todo es idílico en la maternidad, pero gracias a dios hoy hay una corriente que reconoce que, ni todo es idílico, ni todas las madres viven el parto igual, ni todo el mundo sale con una sonrisa de oreja a oreja después del parto, que muchas mujeres sufren depresión posparto. Hasta hace no mucho, el papel de la mujer debía ajustarse al de 'madre perfecta' y no podías salirte de ahí. Por suerte, ahora entendemos que no todo es tan maravilloso; es tan lícito tener un posparto perfecto como uno complicado que te haga tener el ánimo bajo. Ahí es donde entramos nosotros, no tanto para enseñar cómo se cuida un bebé, sino para acompañar después del parto.

—Generaciones y generaciones de recién nacidos, mejor o peor, han salido adelante sin ayuda, ¿qué beneficios hay en contar ahora con ayuda?

—El gran beneficio de tener la tranquilidad absoluta de que estas haciendo los cuidados de la mejor manera. El hecho de que, ante cualquier duda que tengan, van a tener una persona de referencia que se las resuelva. Porque hacemos servicio de noche, pero por el día tienen el teléfono disponible para decir «oye Marta, mira, que el niño ha hecho un ruido raro» o que «ha vomitado». El pediatra tiene ese gran papel de hacer el seguimiento, pero muchas veces te dan cita para una semana después y tu duda es simplemente que el bebé tiene una ronchita o las heces son de un color raro. Con tener una persona de referencia ya tienes resuelta la duda. Por otra parte, está el beneficio del descanso durante la noche, poder desconectar durante una noche sabiendo que el bebé está seguro en la habitación de al lado.

—Mucha gente asociará el trabajo de una salus a famosos, artistas e influencers.

—Al final, se trata de un servicio de salud. Es verdad que en Galicia todavía no es muy conocido y que la información que nos llega es de gente famosa que ha tenido salus en casa. Pero es una imagen distorsionada, realmente es un servicio asequible para cualquier persona. No todo el mundo necesita una salus cinco días a la semana durante cinco meses, que es lo que pueden llegar a tener personas con un perfil más conocido. Las salus hacemos todo tipo de servicios, tanto de acompañamiento durante los primeros días durante unas horas a cuidados esporádicos durante una noche. Hay quien lo puede ver como un gasto, pero yo lo entiendo más como una inversión. Un servicio puntual es asequible para cualquier padre que busque la tranquilidad de dejar a su peque en las mejores manos.