Nicole LePera, psicóloga: «Pedir ayuda es importante, pero hay que saber a quién acudir»
SALUD MENTAL
La experta cuenta con más de nueve millones de seguidores en Instagram, donde ofrece recursos para construir un apego seguro en la edad adulta y sanar las heridas de una crianza disfuncional
02 ene 2025 . Actualizado a las 14:48 h.La doctora Nicole LePera, formada en psicología clínica en la prestigiosa Universidad Cornell en Estados Unidos, tiene años de experiencia ayudando a sus pacientes a superar heridas profundas y a romper ciclos de conductas nocivas y hábitos tóxicos. Durante toda su trayectoria, ha observado cómo las personas a las que atendía tenían patrones disfuncionales difíciles de dejar atrás, que les impedían mantener las relaciones sanas, estables y enriquecedoras que tanto deseaban.
Pero no solo eran los demás quienes tenían estas dificultades. Analizando su pasado, descubrió que ella misma tenía un largo historial de traumas, manifestados en comportamientos que le obstaculizaban relacionarse. Fue así como decidió crear el espacio terapéutico #SelfHealers, para personas que deciden tomar las riendas de su salud mental. Hoy, su comunidad asciende a los nueve millones de seguidores en Instagram y su cuenta @the.holistic.psychologist aporta recursos cruciales para quienes quieren emprender ese camino hacia la estabilidad. En su nuevo libro, Cómo ser el amor que buscas (VR Europa, 2024), nos da las herramientas para entender nuestro pasado, reconciliarnos con él y transformar nuestro futuro.
—¿Cómo desarrollamos el apego durante la infancia?
—El apego se desarrolla a través de la constancia del cuidado y el apoyo que recibimos en nuestras primeras relaciones, que son las familiares. Los hábitos de apego que vayamos construyendo serán moldeados por la calidad de estos vínculos con aquellos que nos cuidan. Estas relaciones, literalmente, crean circuitos en nuestro cerebro desde que estamos en el útero materno. Como estos vínculos tempranos influyen tanto en nuestro desarrollo neuronal como en la arquitectura del cerebro y sus circuitos, vamos a ver las repercusiones de todo esto incluso en la edad adulta, especialmente durante épocas de estrés o de emociones intensas.
—¿De qué manera influye el apego en nuestras relaciones adultas?
—Si esos vínculos de apego iniciales no son seguros, de manera inconsciente, permaneceremos atentos a cualquier experiencia actual o futura que pueda generarnos un dolor, miedo o sufrimiento similar al que hemos creado, y nuestra amígdala, que es el sistema de alarma del cerebro, activará muy fácilmente una respuesta de amenaza o estrés que inunda emocionalmente nuestro cerebro y nuestro cuerpo. Entonces, nos sentimos abrumados, nuestro sistema nervioso se desregula y ahí es cuando podemos tener reacciones desproporcionadas en nuestra interacción con los demás, ya sea cerrándonos y aislándonos, o bien volviéndonos agresivos, a menudo haciéndonos daño a nosotros mismos y saboteando nuestras relaciones en el proceso.
—¿Cuáles son las reacciones típicas de un sistema nervioso mal regulado?
—Puede que empecemos a decir o hacer cosas de las que luego nos vayamos a arrepentir, o bien puede que nos aislemos cuando en realidad necesitaríamos conexión. Pero también hay otras respuestas que podemos tener cuando nuestro sistema nervioso está mal regulado, como volvernos complacientes con los demás a expensas de nuestras necesidades. A nivel físico, nos podemos sentir agitados, cansados o nerviosos.
—En el libro explica que a veces, debido a estas heridas, no nos sentimos a salvo con nosotros mismos. ¿Qué signos pueden indicar esta inseguridad profunda?
—Nuestro sistema nervioso está siempre en alerta para detectar amenazas y motivarnos a buscar entornos seguros. Cuando estamos en un ambiente que nos da señales de seguridad, como la presencia de una persona o un animal amado, el calor de una manta abrigada, o un sitio en la naturaleza que sirva como refugio, el cuerpo reacciona acorde, pero lo mismo pasa con las señales de amenaza, como ruidos fuertes, aglomeraciones de gente, ciertos olores como el del alcohol, que pueden traer malos recuerdos. Se modifica la frecuencia cardíaca, la respiración, el tono muscular. Notaremos que tenemos tensión en la mandíbula o en la parte alta de la espalda, que estamos respirando más rápido o que nos palpita más el corazón.
—¿Cómo podemos regular nuestro sistema nervioso para aplacar esas respuestas?
—Nuestra experiencias sensoriales tienen la capacidad de activar o de regular nuestro sistema nervioso. Lo primero que podemos hacer en este sentido es empezar a prestarle atención a las diferentes sensaciones que nos calman, ya sean imágenes visuales, texturas que podamos tocar, sabores, aromas o sonidos. Todo aquello que nos traiga confort y nos haga sentir seguros. Y también hay que descubrir, por otro lado, aquellas cosas que nos hacen sentir incómodos o inseguros. Esto nos sirve para regular nuestra mente a partir de nuestro cuerpo, usando esas mismas señales. Por ejemplo, si notas que taparte con una manta de un tejido determinado te ayuda a sentirte mejor, puedes asegurarte de tener una en cada habitación de la casa para poder usarla.
—¿Cómo podemos pedir ayuda a nuestro entorno cuando notamos que estamos mal regulados?
—Es muy importante hacerlo, pero la clave es saber a quién pedir esa ayuda. La corregulación es la capacidad de nuestro sistema nervioso de percibir y coordinarse con los sistemas nerviosos de quienes nos rodean. Podemos empezar prestando atención a cómo nos sentimos con ciertas personas, ver si estamos a gusto y somos capaces de ser nosotros mismos, o si, por el contrario, nos sentimos inseguros e incómodos, y buscando esas personas con las que nos sintamos seguros. De la misma manera, podemos ayudar a calmar y apoyar a quienes nos rodean cuando interactuamos con ellos.
Algunas ideas para comunicar nuestras necesidades afectivas con claridad y eficacia:
- «Tuve un mal día y necesito un poco de contención. ¿Estarías disponible para escucharme ahora o dentro de un rato?»
- «Estoy triste. ¿Te quedarías un rato conmigo?»
- «Me cuesta conectar contigo de inmediato en cuanto a llego a casa, necesito un rato de descompresión. ¿Podrías darme unos minutos de soledad para 'aterrizar'?»
Fuente: dra. Nicole LePera
—Menciona también que es importante buscar momentos de 'asombro'. ¿A qué se refiere?
—El asombro o el sentimiento de maravillarnos con algo cotidiano puede ser una sensación que nos conecta con el resto del mundo y nos hace verlo desde otra perspectiva. Solemos pensar que nos maravillamos solo ante eventos muy intensos, como un eclipse, o presenciar el nacimiento de un hijo, pero esa sensación también se puede buscar y encontrar en experiencias cotidianas, que es lo que llamo el asombro del día a día. Hablo de actividades como mirar las estrellas u observar el color de las hojas de los árboles.
—¿Qué técnicas propone para desarrollar ese asombro?
—Podemos cultivar este asombro cotidiano de diferentes maneras, por ejemplo, introduciendo un pequeño cambio en nuestra rutina, como ir al trabajo por un camino diferente al que tomamos de forma habitual. También podemos probar cosas nuevas, como ir a comer a restaurantes a los que nunca hayamos ido, o probar a hacer una receta que nunca hayamos cocinado. Otro recurso para conseguirlo es lo que yo llamo los paseos de asombro, que consisten en caminar por un espacio que contenga elementos bellos, como un museo o una ruta de senderismo. Por último, recomiendo sentarse a recordar o visualizar una experiencia en la que hayamos sentido este asombro, o inducirlo a través de vídeos o leyendo libros.
—¿A esto se refiere cuando habla de conectar con nuestro niño interior?
—Nuestro niño interior es una parte inconsciente de nuestra mente en la que llevamos nuestras necesidades insatisfechas, nuestras emociones infantiles reprimidas, nuestra creatividad, nuestra intuición y nuestra capacidad lúdica. Es importante conectar con nuestro niño interior para que podamos ser nosotros mismos en plenitud, expresar nuestra imaginación y creatividad compartiendo nuestros pensamientos e ideas o expresándonos artísticamente a través de la escritura, el arte, el diseño, el movimiento, el canto. Esto nos ayuda a conectarnos con nuestro propósito y vivirlo, pero también, a estar más presentes en nuestro día a día y conectar con la alegría.
—¿Cuál es el rol de nuestra alimentación en la regulación del sistema nervioso?
—Nuestro cuerpo y nuestro sistema nervioso necesitan nutrientes para funcionar. Podemos incorporarlos con la alimentación, en particular a través de la ingesta de alimentos integrales y ricos en nutrientes. Consumir productos ricos en vitaminas B, ácidos grasos omega-3 de origen marino, presentes en el pescado o el marisco, vitamina D, que está en el queso, la yema de huevo o las setas, así como verduras o frutas ricas en antioxidantes y evitar alimentos que causan inflamación, como azúcares procesados, harinas refinadas, alimentos ultraprocesados y alcohol, todo esto ayuda a que nuestro sistema nervioso funcione mejor. Además de elegir qué comer, podemos obtener beneficios para el sistema nervioso modificando dónde y cómo comemos. Se ha vuelto algo corriente comer de pie, escuchando las noticias o mirando las redes sociales. Todo esto puede activar nuestra reacción al estrés. Si buscamos un entorno más tranquilo para comer, le haremos el trabajo más fácil a nuestro organismo.