La «tiktoker» de 23 años que padece cáncer de mama: «Creo que a mi edad es normal preocuparme por mi aspecto físico»
ENFERMEDADES
A pesar del diagnóstico, María no ha dejado de subir vídeos a TikTok en los que, además de moda y belleza, también habla de su enfermedad
04 nov 2024 . Actualizado a las 11:02 h.Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), una de cada ocho mujeres desarrollará cáncer de mama. La edad de aparición suele ser entre los 35 y los 80 años, siendo la franja de 45 a 65 la de mayor incidencia. Pero la medicina no es una ciencia exacta que responde a cifras concretas y María Martín es el fiel reflejo de ello. Tiene 23 años y convive con un tumor de este tipo. Cuando se lo diagnosticaron, subió un vídeo a TikTok contándolo, «para que se enterase la gente de mi pueblo (en Ávila) porque se acercaban las fiestas y no quería que se llevasen una sorpresa al verme». Aunque ya publicaba contenido en la red social sobre moda y maquillaje, la confesión se hizo viral. «Me ha servido para hablar con mucha gente joven que está pasando por lo mismo. Siento que mi contenido está ayudando y eso me da fuerza», cuenta.
Todo empezó a finales de marzo de este mismo año. María empezó a sufrir dolores muy fuertes en el pecho: «Era incapaz de dormir, cualquier movimiento era insoportable». La primera parada fue el médico de cabecera, sin mucho éxito. «Me dijo que podía probar llevando sujetadores sin aro. Y estaba claro que no era por eso, porque incluso sufría más cuando no lo llevaba puesto». Le acabó solicitando una ecografía mamaria. La citaron para el 28 de noviembre de este año. «Creo que si llego a esperar, no lo estaría contando».
Un 1 % de posibilidades
El dolor no cesaba y María decidió ir por urgencias. «Lo primero que me preguntaron es si no podía haber esperado a la cita». Los médicos pensaban que se trataba de un fibroadenoma. «Me dijeron que estuviese tranquila, que había un 99 % de probabilidades de que fuese un tumor benigno, pero que, por si acaso, me realizarían una biopsia». El día que la citaron para darle los resultados, María bromeó con su madre diciéndole que «era mayorcita» y que podía entrar ella sola en la consulta. La propia enfermera le indicó que lo mejor era ir acompañada. En esas cuatro paredes, la ginecóloga se lamentó porque el protocolo había fallado con la joven, y le confirmó que padecía cáncer de mama. «Me alegra que los propios profesionales reconozcan que no se hicieron las cosas bien, porque tardaron mucho en detectarlo. Cuando una mujer se palpa un bulto, lo normal es que te deriven rápido. En mi caso, tardaron dos meses en hacerlo».
Una espera que cobra más importancia teniendo en cuenta el tipo de tumor que sufre María: un triple negativo. Se considera agresivo porque es de rápido desarrollo. Esto lo hace más propenso a recidivas tras el tratamiento en comparación con otro tipo de tumores en el seno. Por eso las tasas de supervivencia son más bajas. Con todo, algunos tienen un pronóstico similar o mejor que los cánceres con receptores hormonales positivos. «Creo que reaccioné bastante bien. Lo primero que dije, fue: ‘‘Vale, ¿y ahora qué hacemos?'' No tuve la sensación de que me inundase la tristeza», recuerda. Pero cuando le trasladaron que el tratamiento podía afectar a su fertilidad, se derrumbó. «Siempre había querido ser mamá y me vine abajo porque me di cuenta de que no era un problema solo a corto plazo, también afectaría a mi futuro».
María se sometió a una preservación de óvulos. «Me lo ofrecieron en la misma consulta del diagnóstico y dije que sí». No obstante, confiesa que el proceso fue mucho más duro de lo que se imaginaba. «Durante esas dos semanas estuve en una tesitura complicada, prácticamente me hacían elegir entre mi fertilidad o empezar el tratamiento oncológico. Estaba frustrada y enfadada, porque sentía que no me correspondía, a mi edad, tomar este tipo de decisiones». Ambas especialidades llegaron a un acuerdo: el día de la extracción empezaría con la quimioterapia. Pero no fue posible. «Sufrí un sangrado interno y me tuvieron que operar de urgencia. Hubo que esperar unos cuantos días para esa primera sesión de quimioterapia».
El apoyo en TikTok
El pasado 6 de junio, María subió un vídeo a su perfil de TikTok contando que le acaban de diagnosticar un cáncer de mama y, sin ella esperárselo, se hizo viral. En el momento en el que se escriben estas líneas, acumula 2,4 millones de visitas. En él contaba que quería seguir utilizando la plataforma para subir su autoestima, ayudar a otras chicas a cómo hacerse las cejas, ponerse las pestañas y los pañuelos. «Imagino que habrá gente como yo que esté en la misma situación, que tenga que aprender muchas cosas, así que vamos a intentar ayudarnos entre todas y todos».
En esa publicación, María aún no sufría los efectos secundarios de la quimioterapia. Más de una treintena de vídeos después, esos cambios en su aspecto físico ya son una realidad y los ha llevado «de mejor a peor». Recuerda que cuando se rapó, seguía conservando las cejas y pestañas. Ahora, ya no. «La apariencia física no es que sea lo más importante, pero sí creo que a estas edades se intensifica», confiesa la joven.
«El pelo lo llevo mal, pero para mí lo peor está siendo lo que he engordado con la medicación. Sé que es temporal, pero creo que a mi edad es normal preocuparme por mi físico». Siente que se minimizan esas preocupaciones. «Sé que lo importante es que me cure, pero si puedo tener dos cicatrices en vez de tres, por ejemplo, voy a intentar que así sea». Además, dice superar pequeños duelos día a día. «Este verano quería hacer mil cosas como cualquier chica de mi edad. Y mi cabeza tiene energía, pero mi cuerpo no».
A pesar de que «a veces me miro al espejo y no me veo bien», María sigue publicando contenido. Muestra sus nuevos pañuelos, cómo se maquilla ese día o cuenta cómo fue su sesión de quimio. «Y a cada vídeo que subo me habla gente dándome las gracias, y esa es la mayor satisfacción».