La gonorrea crece un 42,6 % en Galicia desde el 2021: qué es y cómo protegerse
ENFERMEDADES
Los últimos datos del Centro Nacional de Epidemiología revelan un aumento de la tasa de infecciones de transmisión sexual especialmente en hombres y en mujeres menores de 25 años
22 oct 2024 . Actualizado a las 12:37 h.El repunte en las infecciones de transmisión sexual que se ha reportado en los últimos años no se detiene. Los datos del nuevo informe publicado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) señalan que, siguiendo esta tendencia creciente, los casos de estas infecciones no han dejado de crecer en España durante el 2023. Entre ellas, la gonorrea es la más prevalente, con una tasa de 34.401 casos por cada 100.000 habitantes en el último año. Según el informe, un 80 % de los pacientes con esta enfermedad son varones.
Tras un marcado descenso de las tasas hasta el 2001, la gonorrea ha tenido un incremento continuado en su incidencia. Si bien Galicia no se encuentra entre las comunidades autónomas con mayor incidencia, el número de casos gallegos ha aumentado de 148 en el 2016 a 944 en el 2023, un incremento que se agudizó especialmente a partir del 2021, indica el informe del ISCIII. Entre ese año y el 2023, la tasa de esta infección subió un 42,6 % en Galicia.
El perfil de paciente en la infección gonocócica es mayormente masculino, afectando a cuatro hombres por cada mujer, y la mediana de edad al momento del diagnóstico se sitúa en 31 años. Sin embargo, las tasas más elevadas se produjeron en el grupo de 20 a 24 años. Para las mujeres, el ser menor de 25 es un factor de riesgo, ya que es en este grupo de edad donde se concentran casi el 45 % de los casos en ellas, mientras que para los hombres el mayor riesgo está entre las edades de 25 y 34.
Qué es la gonorrea y cómo se transmite
Como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la gonorrea es una infección de transmisión sexual frecuente causada por la bacteria Nesseria gonorrhoeae. Se propaga generalmente a través de las relaciones sexuales por vía vaginal, oral o anal. El principal problema de la infección gonocócica es la facilidad que tiene la bacteria para desarrollar resistencia a los antibióticos.
Al igual que sucede con la clamidia, más del 50 % de las mujeres y el 10 % de los hombres no presentan síntomas. En otros casos, puede provocar dolor al orinar, secreción vaginal o del pene, dolor en un testículo o dolor abdominal o pélvico. La gonorrea puede provocar síntomas también en otras partes del cuerpo: picor anal, secreción rectal similar al pus, manchas de sangre en el papel higiénico, dolor ocular, dolor de garganta o inflamación en los ganglios linfáticos del cuello. Si aparecen síntomas, es importante acudir al médico. Asimismo, cuando un miembro de la pareja tiene gonorrea, es importante que ambos hagan el tratamiento para evitar volver a transmitir la enfermedad.
Cuando no se la trata, la gonorrea puede producir complicaciones graves. Entre ellas, la infertilidad es una de las más importantes. En mujeres, la enfermedad puede propagarse al útero y a las trompas de Falopio, causando una enfermedad inflamatoria pélvica, lo que aumenta el riesgo de complicaciones en el embarazo y requiere tratamiento inmediato. En los hombres, la infección puede llegar a provocar inflamación en el epidídimo, el conducto que almacena y transporta el esperma desde los testículos. Esto puede derivar en una infertilidad si no se realiza un tratamiento adecuado.
«La gran mayoría de infecciones de transmisión sexual (ITS) suelen ser asintomáticas, y ese es el problema. Salvo que presentes un aumento de flujo, o cuando ya sufres la clínica que producen estas infecciones, no te das cuenta. Muchas veces las detectamos cuando están intentando quedarse embarazadas y no lo consiguen», señala en este sentido la doctora Olaia Justo Alonso, ginecóloga en Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP).
Otras complicaciones que pueden aparecer son la inflamación y rigidez en las articulaciones, fiebre, sarpullido, llagas en la piel. Por otro lado, la gonorrea puede aumentar el riesgo de contraer VIH.
Tratamiento
Para determinar si una persona tiene gonorrea, es necesario realizar un análisis de orina o de una muestra de células que pueden extraerse de una zona determinada, como puede ser la vagina o la garganta. Estas muestras son analizadas para identificar la presencia de la bacteria Nesseria gonorrhoeae. Si la prueba es positiva, se indicará un tratamiento con antibióticos.
En muchos casos, pueden realizarse de manera complementaria pruebas para detectar otras infecciones de transmisión sexual. La gonorrea aumenta el riesgo de estas infecciones, particularmente, la clamidia, que a menudo la acompaña. La prueba del VIH también se recomienda para cualquier persona a quien se le diagnostique una infección de transmisión sexual.
Tras recibir el antibiótico, es posible seguir transmitiendo la infección a otros por hasta siete días, por lo que se recomienda esperar una semana antes de volver a tener relaciones sexuales. Una vez que se ha detectado un caso, las personas con quienes el paciente haya tenido relaciones sexuales durante los últimos 60 días también deberían hacerse la prueba, incluso en la ausencia de síntomas. Se debe tener en cuenta que, si una persona recibe tratamiento, pero su pareja no, puede volver a contraer la infección al retomar el contacto sexual.
La importancia de la prevención
El uso del preservativo en las relaciones sexuales, desde el principio hasta el final, es la forma más eficaz de prevenir las infecciones de transmisión sexual. Los especialistas subrayan que es importante utilizarlo durante todo tipo de contacto sexual, incluido el anal, oral y el vaginal. «Observamos mucha falta de concienciación poblacional. Muchas personas piensan que el simple hecho de tomar un anticonceptivo también les protege frente a alguna infección de transmisión sexual, y son cosas independientes. Si se mantienen relaciones sexuales sin tener una pareja estable lo ideal es utilizar preservativo siempre», señala Rafael Navarro, ginecólogo y obstetra de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
El preservativo debe colocarse antes de que el pene entre en contacto con la parte externa de la vagina o el ano. De lo contrario, aumenta el riesgo de infecciones y también hay posibilidades de producir un embarazo, ya que los fluidos que salen del pene antes de la eyaculación pueden contener espermatozoides.
El modo correcto de usar el preservativo externo (conocido como preservativo masculino):
- Úsalo solo una vez.
- Ponlo antes de tener relaciones.
- Comprueba la fecha de caducidad.
- Cerciórate de que no tenga defectos ni roturas. Si está frágil o ha cambiado de color, descártalo y usa otro.
- Verifica que no quede aire entre el pene y el condón. Esto puede producir su ruptura.
- Guárdalos en un lugar fresco y seco.
- Si tú o tu pareja tienen alergia al látex puedes utilizar preservativos de poliuretano.
- Usa solo lubricantes a base de agua o silicona para evitar que se rompan.
Lo que no debes hacer con un preservativo:
- No los guardes en la cartera. El calor y la fricción los pueden deteriorar.
- No utilices espermicida junto con él. Puede provocar irritación.
- No los uses con productos a base de aceite, como lociones, aceites para bebés o vaselina, ya que harán que se rompa.
- No utilices más de un preservativo a la vez.
- No los reutilices.