Federico Martinón, pediatra: «Cualquier persona sexualmente activa va a entrar en contacto con el virus del papiloma humano»
ENFERMEDADES
El miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Organización Mundial de la Salud analiza la ampliación de la vacuna contra el papiloma humano a todos los varones hasta los 18 años
17 sep 2024 . Actualizado a las 17:46 h.El virus del papiloma humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más frecuente del mundo. Afecta a más de la mitad de las personas que tienen relaciones. El gran problema es que suele ser asintomática, por lo que expone a su huésped a diferentes tipos de cáncer sin dejar huella. Las cifras hablan por sí solas ya que un 5 % de los tumores están relacionados con el VPH, a lo que se suman infecciones benignas pero muy molestas.
La vacunación frente a este virus es clave y su cobertura ha ido creciendo. Primero las niñas menores de catorce años, después se adelantó a los doce y más tarde se amplió la financiación hasta los 18. La inyección se incluyó el año pasado para niños de 12 años y ahora Galicia suma a todos los varones hasta la mayoría de edad. Federico Martinón, jefe de Pediatría del Hospital Clínico de Santiago, investigador y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Organización Mundial de la Salud, analiza esta medida.
—¿Por qué es tan importante la vacuna frente al virus del papiloma humano también en niños?
—Es un paso muy positivo. Galicia sigue trabajando en ese calendario que es el más avanzado del mundo. Ahora lo que se hace es ampliar la indicación de vacunación frente al virus papiloma humano en el varón porque hay que recordar la importancia que tiene este virus también en ellos, no solo en la mujer. Comenzamos con una sola cohorte de varones y ahora se quiere ampliar la protección en aquellos a los que no llegamos en esa primera fase de inmunización.
Uno de cada diez cánceres que se producen están relacionados con el virus del papiloma humano. Cuando empezamos a vacunar solo conocíamos esa relación con el cáncer de cuello de útero, que lógicamente, se da en mujeres y que está relacionado al 100 % con el VPH. Ya estamos viendo una bajada de la incidencia desde esas primeras cohortes de vacunadas. Pero a lo largo del tiempo se ha ido descubriendo la relación de este virus con otros cánceres, de vulva, de vagina, pero también de tumores que nos son exclusivos de la mujer como el de ano u otros como el de pene o testículos. Y lo que marcó realmente el cambio fue el conocer que uno de cada cuatro cánceres de cabeza y cuello están relacionados con el virus del papiloma humano. Además, en el hombre este cáncer es entre siete y ocho veces más prevalente que en las mujeres. A mayores, tenemos que hablar de una cuestión de equidad y de responsabilidad.
—Además de la protección directa, también es primordial lo que se denomina protección comunitaria, ¿por qué?
—Con esta nueva medida también se quiere acelerar el beneficio global que la vacunación tiene. Si tenemos un número suficiente de gente vacunada, eso impacta también en la transmisión del virus. Puedes proteger a gente, incluso, que no está vacunada. Seguimos el modelo de los australianos, los primeros en vacunar a los varones y que ya han conseguido eliminar patologías como las verrugas genitales, ya no hay casos, y reducir a la mínima expresión todos los cánceres relacionados con el VPH. Así aceleramos la llegada a la meta para también cumplir con el objetivo de la Organización Mundial de la Salud para la eliminación del cáncer de cuello de útero.
—Al hablar del virus del papiloma humano es importante entender que no existe uno solo, ¿cómo actúan las vacunas?
—Existen múltiples virus, pero hay algunos que son los que llamamos más oncogénicos. Cualquier persona sexualmente activa va a entrar en contacto con el virus del papiloma humano en algún momento de su vida y la mayoría va a ser capaz de defenderse bien frente a esa infección. El problema es que algunas de esas personas no son capaces de eliminar la infección y se vuelve persistente, en algunos casos va a derivar en degeneraciones malignas y eso puede acabar dando lugar a cánceres. Con la vacunación, bloqueamos esa infección para los serotipos más oncogénicos. Hemos ido evolucionando y empezamos con vacunas de dos, luego de cuatro y ahora tenemos una vacuna frente a los nueve serotipos más oncogénicos con la que evitamos el 100 % de los casos de cáncer de cuello de útero, el 60 % de vulva, el 70 % de cáncer de ano y el 40 % del de cabeza y cuello.
—¿Cuánto dura la protección?
—Lo que sabemos ahora mismo, que ya llevamos más de quince años administrando esta vacuna, es que hasta la fecha no hay fallos vacunales. Parece que es suficiente y que no es necesario que tengamos que poner dosis de recuerdo. Se sigue vigilando y analizando, pero parece que una vez que te has vacunado correctamente en la infancia no es necesaria ninguna dosis más. La protección es de por vida.
—Qué le diría a quien aún a día de hoy tiene dudas sobre la seguridad de la vacuna.
—No hay ninguna duda, estamos hablado de cientos de millones de dosis administradas sin que haya habido ninguna señal de seguridad importante. Al contrario, todas las dudas que pudieron existir en algún momento han sido descartadas y la Agencia Europea del Medicamento ha ido actualizando todos los efectos adversos que, en su mayoría, son los habituales transitorios y autolimitados en las personas que se vacunan. Lo que sabemos es que, después de tantos años, los beneficios son mayores de lo que imaginábamos. Aún así, si alguien tiene dudas, debe consultar a profesionales sanitarios bien formados en el tema.
—¿Cuál es el mejor momento para esta vacunación?
—El momento ideal es vacunar antes del inicio de la actividad sexual. Esto no quiere decir que una persona que ya haya comenzado esa actividad sexual no pueda beneficiarse. La vacuna evita la infección, no modifica las infecciones ya presentes.
—El calendario de vacunación gallego es referente, ¿qué mejoras introduciría?
—Tenemos el mejor calendario del mundo y debemos seguir trabajando para seguir siéndolo. Hay que hacer ajustes, como este, para mejorar. Hay veces que son cambios más sutiles pero importantes, como recientemente que cambiábamos la vacuna frente al neumococo. Esto no se nota, pero es importante porque aumenta la protección frente a esa enfermedad. Ahora hay que trabajar para mejorar el calendario de protección del adulto con la incorporación de las vacunas contra el Virus Respiratorio Sincitial que tanto éxito están teniendo en los niños. También en el calendario de vacunación del niño con ajustes, vacunando a adolescentes contra el meningococo B. Pequeños pasos para seguir avanzando.