Vacuna del virus del papiloma humano (VPH): ¿puedo recibirla a cualquier edad?, ¿cuándo está financiada?, ¿voy a necesitar una dosis de recuerdo?

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

La vacuna del virus del papiloma humano se está implementando también en niños en todas las comunidades autónomas.

En el Día Internacional de Concienciación sobre el Virus del Papiloma Humano desgranamos cuál es la situación de esta inmunización en nuestro país, después de ser incluida recientemente en el calendario vacunal de los niños

04 mar 2024 . Actualizado a las 18:34 h.

A la hora de hablar del virus del papiloma humano (VPH) se pueden destacar varias fechas clave relativamente recientes. En septiembre de 2008 se implantaba la vacuna en Galicia, a la par que en otras comunidades autónomas, para las niñas menores de catorce años. Al poco tiempo, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud decidió adelantarla a los doce. «Se ha demostrado que cuanto antes se ponga, más protege», indica Fernando Moraga-Llop, portavoz de la Asociación Española de Vacunología (AEV) y ex presidente de la Sociedad Catalana de Pediatría. Y hace unos pocos meses, en el 2023, la inyección se incluía también en el calendario de los barones de la misma edad, entre los once y los doce años. Según indican desde el propio Consejo, esta se incorporará en todas las comunidades autónomas antes de que acabe 2024. 

Así, a día de hoy, todos los niños y niñas menores de 13 años reciben la vacuna del VPH. El objetivo es claro: frenar todas las enfermedades que se relacionan con este virus. Con todo, siguen existiendo muchas dudas sobre esta inmunización: ¿puede una persona adulta que no recibido la vacuna en su infancia recibirla ahora?, ¿tendría la misma eficacia?, ¿estaría financiada?

El virus del papiloma humano (VPH)  

El virus del papiloma humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más frecuente del mundo. Afecta a más de la mitad de las personas que tienen relaciones. El gran problema es que suele ser asintomática, por lo que expone a su huésped a diferentes tipos de cáncer sin dejar huella. «En la mujer, el más frecuente es el de cuello de útero. Otras localizaciones como pueden ser el ano o la vulva ya tienen unos porcentajes de relación inferior, pero en este caso se puede decir que prácticamente el 100 % se relacionan con el virus», señala Moraga-Llop. «Lo cual no quiere decir que sea la única causa, sino que el análisis de múltiples biopsias que se hicieron en su momento demostraron que todos los cánceres de cuello de útero había VPH», añade. 

Un 5 % de los cánceres de todo el mundo están relacionados con el virus del papiloma humano. «Además, también pueden darse infecciones benignas, como las verrugas genitales. Dan mucha sintomatología clínica, son muy engorrosas y molestas, de difícil tratamiento», subraya el doctor. 

La vacuna en la infancia y adolescencia

La vacunación frente a este virus es eficaz, sobre todo, si no se ha producido todavía la infección. Y esta circunstancia solo puede asegurarse cuando aún no se han iniciado las relaciones sexuales. Aunque lo habitual es recibirla entre los 11 y los 12 años, su empleo está admitido en personas a partir de los 9. Sobre esta franja de edad, Moraga-Llop confiesa que él, como profesional, «no tendría ningún problema en cambiar la estrategia vacunal para adelantarla». ¿Por qué? «Este mes de enero salió un estudio realizado en Escocia de mujeres vacunadas por VPH. Vieron que aquellas que la recibían a los 12 y 13 años no habían presentado ningún cáncer de cuello de útero. En cambio, las vacunadas entre los 14 y los 22, había existido una reducción estadísticamente significativa en relación a los no vacunadas, claro, pero no existió ese cero absoluto que hubo en el otro grupo de mujeres». 

La inmunización se suele administrar en dos dosis, con una separación de al menos seis meses. En el caso de las niñas, si alguna no ha sido vacunada en esa franja de edad recomendada, tiene la oportunidad de recibirla financiada hasta los 18 años. La idea es que los varones se acaben sumando también a este supuesto, pero por ahora, ellos solo la tienen disponible en el Sistema Nacional de Salud hasta los 13. 

La inyección tiene una alta eficacia y una duración muy prolongada en el tiempo, por lo que no es necesaria una dosis de recuerdo. Y además de en la etapa adolescente, también existe la vacunación en grupos de riesgo. «Por ejemplo, aquellos que sufren el virus de la insuficiencia humana o hombres que practican sexo con otros hombres. Aquí no hay límite de edad aunque sí que es verdad que conforme va aumentando esta, influye», amplía el doctor. 

La vacuna a partir de los 18 años 

«Si nos ponemos en el supuesto de una persona que tiene 27 años, ya sea hombre o mujer, que no está vacunado, puede y debe hacerlo, desde mi punto de vista. A ese paciente debes explicarle que la vacuna seguramente vaya a ser menos efectiva, porque puede que ya esté infectada de algún serotipo o genotipo, frente a ese ya no le va a proteger. De ahí la importancia de la vacunación precoz antes de que empiecen las relaciones sexuales», explica el portavoz de la Asociación Española de Vacunología. 

Es decir, la vacunación no protegerá frente al tipo que se hubiera podido infectar la persona, pero si frente a otros que sí contienen las vacunas. En España, la inmunización que más se utiliza contiene nueve distintos; por eso se recomienda vacunar a pesar de que ya se haya pasado una infección por VPH. 

La otra medida importante de prevención es el uso del preservativo. «Es cierto que en el caso de la infección por el virus del papiloma este no ofrece una protección absoluta porque puede haber zonas de la piel que no quedan cubiertas por este método anticonceptivo. Lo cual no quiere decir que no haya que utilizarlo, solo que justo para esta infección, no hay que confiarse». 

Cómo se detecta la infección por VPH 

Para los hombres no existe ningún examen específico para detectar el virus del papiloma humano. Pero en el caso de tener útero, sí. Con todo, no detecta el cáncer o el VPH directamente.

Cada cuanto debe una mujer someterse a esta prueba depende de su edad. Las recomendaciones del Ministerio de Sanidad son que aquellas mujeres de entre 35 y 65 la hagan cada cinco años si el resultado es negativo. En caso de ser positivo, se procederá a una confirmación mediante una citología, colposcopia o biopsia si fuese necesario. Si la citología da negativo, la prueba del VPH se repetirá pasado un año. Si bien esto puede variar según la comunidad autónoma. 

Los riesgos de no vacunarse  

Cuando el virus persiste en el organismo durante muchos años y si este pertenece a familias concretas de tipo oncogénico, es cuando se puede provocar un tumor maligno. Ya sea el cáncer de cuello de útero o vulva en mujeres, de pene o escroto en hombres y tumores orofaríngeos y anales en ambos sexos. 

En este sentido, Moraga recalca la importancia de que los varones se vacunen. «Por un tipo de cáncer que ha aumentado mucho en los últimos quince años: los de cabeza y cuello. Antes se ligaban mucho con el alcohol y el tabaco, pero ahora se está viendo también un incremento del número de casos por infecciones tras las relaciones sexuales. También en las mujeres, pero sobre todo en los hombres». 

Además, también se da un efecto indirecto. Es decir, además de los beneficios para la propia salud de la persona vacunada, se reduce la transmisión del virus. Es lo que los expertos consideran como protección comunitaria. «Hay dos experiencias pioneras que son las de Australia y Dinamarca en las que se vio que vacunando a la cohorte de niñas preadolescentes de 11 a 12 años a los cinco años ya se producía una disminución importante de las verrugas genitales. Pero no solamente en las adolescentes vacunadas, sino también en las cohortes de la misma edad de los varones. Pero claro, solamente de los varones heterosexuales, porque se beneficiaban y quedaban protegidos con la vacunación de sus parejas», concluye Moraga. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.