Así es el herpes zóster que sufre Yolanda Díaz: ¿Cómo se transmite?, ¿cuánto dura la infección?
ENFERMEDADES
Se trata de una reactivación de la varicela que causa una erupción dolorosa y molesta en la piel y que puede provocar pérdida de visión en algunos casos
05 dic 2023 . Actualizado a las 18:12 h.Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, ha comunicado que tiene herpes zóster. Lo hizo tras la apertura de la XV Legislatura, cuando se dirigió a la prensa y dijo: «Tengo un zóster y no estoy en buenas condiciones», señalándose el lado izquierdo del cuello. Se trata de una infección vírica que causa una erupción cutánea dolorosa o con picor o escozor.
Qué es el herpes zóster
El herpes zóster es la manifestación local que aparece cuando se reactiva una infección por el virus de la varicela zóster (VVZ), el mismo que causa la varicela. Tras la infección, el virus permanece en el cuerpo durante toda la vida, acantonado en las neuronas de los ganglios sensitivos de las raíces dorsales de la médula espinal, o bien, en los ganglios de los pares craneales.
En algún momento dado, debido al descenso de la capacidad inmunitaria que ocurre con la edad o cuando hay períodos prolongados de estrés u otras enfermedades, la infección puede reaparecer en forma de una erupción de la piel inervada por los nervios de los ganglios afectados, que va acompañada de dolor, picor o escozor, y que evoluciona hasta convertirse en una costra. Se trata de una enfermedad altamente prevalente. Según datos del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), «ocurre en un 30 % de la población, sobre todo a partir de los 50 años de edad».
Varicela y herpes
La varicela zóster forma parte de un grupo de virus llamados herpes, que incluye también los virus que producen el herpes labial y el herpes genital. Sin embargo, cabe aclarar que el virus que causa la varicela y el herpes zóster no es el mismo virus que provoca el herpes labial o el herpes genital, siendo este último una infección de transmisión sexual, mientras que la varicela zóster se transmite por contacto directo con las llagas abiertas del sarpullido.
Hasta que se forma la costra sobre las ampollas del herpes zóster, la enfermedad se sigue transmitiendo (aunque la persona que contrae la enfermedad tendrá varicela, no herpes, ya que sufrirá una infección primaria). Por eso, para prevenir el contagio a otros que no hayan tenido varicela, se aconseja evitar el contacto físico, sobre todo con aquellas personas que no se hayan vacunado contra esta enfermedad. Esto incluye especialmente a personas con el sistema inmunitario debilitado, mujeres embarazadas y bebés recién nacidos.
Causas
La causa del herpes zóster es la infección por el virus de la varicela zóster, lo que significa que cualquiera que haya tenido varicela puede desarrollarlo. Los factores que llevan a que un paciente desarrolle la enfermedad son varios. En muchos casos, por ejemplo, se debe a la inmunosenescencia, una condición que aparece con la edad y que consiste en una debilitación progresiva del sistema inmunitario. Es por eso que el herpes zóster es más común en adultos mayores.
Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar herpes zóster se incluye, en primer lugar, la edad. El riesgo de tener herpes zóster aumenta con el paso de los años. Por lo general, se produce en personas mayores de 50, y las personas mayores de 60 años son más propensas a sufrir complicaciones más graves. Al mismo tiempo, algunas enfermedades que debilitan el sistema inmunitario, como el VIH o el cáncer, pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo.
Síntomas
Los síntomas del herpes zóster suelen afectar solo a un lado del cuerpo. Las manifestaciones más comunes de la enfermedad son:
- Dolor, ardor u hormigueo.
- Sensibilidad al tacto.
- Sarpullido rojo que aparece unos días después del dolor.
- Ampollas llenas de líquido que se abren y forman costras.
- Picazón.
- Fiebre.
- Dolor de cabeza.
- Sensibilidad a la luz.
- Fatiga.
El dolor, que suele ser intenso, es el principal síntoma. Según la localización, que está relacionada de manera directa con los ganglios en los que se encuentre alojado el virus, el dolor puede confundirse con el de otro problema, como una patología cardíaca, pulmonar o renal. Esto es frecuente, dado que muchos pacientes con herpes zóster sienten dolor sin llegar a tener sarpullido.
En cuanto al sarpullido, lo más habitual es que se manifieste como un racimo o una franja de ampollas en el lado izquierdo o derecho del torso, aunque la erupción puede presentarse también alrededor de un ojo o a un lado del cuello y la cara.
La enfermedad suele durar de dos a seis semanas. La mayoría de las personas contraen herpes zóster solo una vez, pero es posible contraerlo dos veces o más.
Tratamiento
El tratamiento para el herpes zóster consiste en medicamentos antivirales como el aciclovir, famciclovir o valaciclovir. Al mismo tiempo, se pueden administrar otros fármacos para el tratamiento de los síntomas, como analgésicos para el dolor, anestésicos en gel para las molestias a nivel de la piel o incluso corticoides inyectables de ser necesario.
Complicaciones
Si bien el herpes zóster no pone en riesgo la vida, puede ser, como en el caso de Yolanda Díaz, altamente doloroso y puede generar complicaciones. La más común entre ellas es la neuralgia posherpética, una patología que causa un dolor crónico que puede perdurar incluso mucho tiempo después de que se hayan curado las ampollas. Esto ocurre cuando las fibras de nervios dañados envían mensajes confusos y exagerados de dolor desde la piel hacia el cerebro.
En determinados casos, el herpes zóster puede afectar al ojo. Esto se denomina herpes ocular y es una infección que puede generar pérdida de la visión de forma permanente en el ojo afectado. El herpes zóster también puede llegar a causar causar inflamación del cerebro (encefalitis), parálisis facial o problemas de audición o del equilibrio.
¿Qué es el herpes zóster ocular?
El herpes zóster ocular es una infección causada por el virus de la varicela zóster que impacta en el nervio óptico. Puede manifestarse como resultado de una reactivación del virus de la varicela, por lo que aquellos que hayan pasado la enfermedad, serán más propensos a sufrir esta afectación. La enfermedad se hizo conocida en el último tiempo, cuando el streamer Ibai Llanos contó a sus seguidores que había perdido casi totalmente la visión de un ojo debido a ella.
Suele presentarse como una erupción con ampollas dolorosas en la cara y en la zona del ojo. Este podrá cursar molestias e ir tornándose de color rojo. No solo esto, hay más síntomas de alerta: dolor de cabeza, fiebre, falta de apetito y malestar general propio de una infección.
Pese a que se presenta como una afectación cutánea, el problema va más allá. Si afecta al nervio óptico, podría derivar en cicatrices permanentes en el ojo, glaucoma y pérdidas de visión.
Para evitar estas complicaciones se recomienda un tratamiento temprano del herpes zóster, así como la vacunación, que está indicada especialmente en pacientes inmunodeprimidos (por ejemplo, pacientes trasplantados, pacientes VIH positivos o aquellos bajo tratamiento con quimioterapia), y en la población mayor de 65 años, según indica el ISCIII. Como explican desde la Clínica Mayo, «la vacuna contra el herpes zóster no garantiza que no tendrás la afección. Sin embargo, es probable que sí reduzca la evolución y la intensidad de la enfermedad. Es probable que disminuya el riesgo de neuralgia posherpética».