Asun Mejías, infectóloga pediátrica: «Todos los años, sistemáticamente, el VRS colapsa las ucis y las urgencias»

Lois Balado Tomé
LOIS BALADO LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Asun Mejías es profesora de pediatría e infectóloga pediátrica en la Universidad de Ohio
Asun Mejías es profesora de pediatría e infectóloga pediátrica en la Universidad de Ohio La Voz de la Salud

Tras el inicio de la vacunación frente al virus respiratorio sincitial en Galicia, llama a la inmunización masiva para frenar un patógeno que cada invierno colapsa la pediatría

07 oct 2023 . Actualizado a las 16:55 h.

Asun Mejías es una malagueña a la que la vida le ha llevado a eso que los estadounidenses llaman, sobre su propio país, el midwest. Su vida académica comenzó en España, pero en la actualidad transcurre en Columbus, capital del Estado de Ohio, donde es profesora de pediatría e infectóloga pediátrica en la Universidad de Ohio y sanitaria en el hospital infantil Nationwide. La llamada transoceánica merece la pena, porque pocas personas conocen tan bien y le han dedicado tanto tiempo a lo que ella llama «el talón de Aquiles de nuestra especialidad», que no es otro que el virus respiratorio sincitial (VRS), ese patógeno que se ceba con los más pequeños y que supone un auténtico quebradero de cabeza. Un virus frente al que tenemos nuevas armas, una vacunación que se oferta por primera vez en Galicia para toda la población lactante y no solo para los grupos de riesgo. La experiencia gallega es un proyecto pionero a nivel mundial en esta inmunización. Hay esperanzas fundadas para que los efectos repercutan de manera importante en la salud de los niños, en la tranquilidad de los padres, de pediatras y hasta en las arcas de la administración.

—¿Tantos problemas les da el virus respiratorio sincitial?

—Es nuestro talón de Aquiles. Para otras muchas enfermedades hemos ido desarrollando vacunas y están bajo control, pero el VRS es, con diferencia, el patógeno que más dolores de cabeza nos da. Pero con diferencia. Se lo puedes preguntar a cualquier pediatra de hospital o a los profesionales de ambulatoria. Todos los años, sistemáticamente, causa epidemias que bloquean los hospitales, que colapsan las ucis, las Urgencias y los centros ambulatorios. Para que se entienda la magnitud, el VRS es lo que supuso el covid para los adultos, igual, solo que nosotros no nos hemos quejado mucho. Pero lidiamos con esto todos los años, desde que se descubrió en 1957. Solo en el 2020, por las medidas de prevención, las mascarillas y demás, no lo hubo. Pero en cuanto esto se acabó, hemos vuelto a las epidemias que vemos todos los años. El problema que tiene este patógeno comparado con otros virus es que afecta al lactante muy pequeño, que tiene un sistema inmunitario poco maduro y la vía aérea pequeñita. Esa combinación, con un virus que además es muy listo, que inhibe la respuesta normal de las defensas, hace que la combinación sea explosiva.

—Se trata de un virus respiratorio, pero los lactantes no se suelen juntar con otros lactantes, ¿por qué se transmite de manera tan masiva?

—Porque esos niños tienen hermanitos. Y los hermanitos, cuando van al cole o a la guardería, lo traen. Y esos son los vectores principales de transmisión. Pero también nosotros. El problema con el VRS es que no genera inmunidad permanente, por lo que las reinfecciones son muy frecuentes. Lo que ocurre es que la primera es, normalmente, la más grave. Yo, probablemente habré tenido 20 infecciones con VRS a lo largo de mi vida, pero en un adulto sano y en niños ya más mayores suele manifestarse como un cuadro catarral, no provoca el cuadro tan grave que ocasiona en el lactante. Yo siempre digo que, a los niños pequeños, en el invierno no se les dan besos. Porque se les puede contagiar y, de hecho, es que así es como se les contagia. 

—Si el problema tiene las dimensiones que comenta, sorprende que no se hable más de ello.

—Claro que es sorprendente. Creo que no hemos hecho demasiado ruido. El pasado invierno, tras la pandemia, se empezó a hablar mucho de la tripledemic (traducido como triplidemia, es el término que se usó para referirse al contagio masivos en niños del virus influenza, Sars-Cov-2 y VRS). Me han entrevistado mucho por esto y he tenido que recordar que esto nos sucede todos los años. Los periodistas se sorprendían. 

—Ahora disponemos de una vacuna y Galicia es pionera en todo el mundo en su incorporación al calendario vacunal. Pero se trata de una inmunización pasiva y no activa, ¿qué significa esto?

—La inmunización que produce esta vacuna llamada Nirsevimab es pasiva. Lo que ocurre cuando nos dan vacunas es que nuestro sistema inmune se activa y genera anticuerpos para defendernos contra determinado patógeno. Ante el VRS le estamos dando a los niños el anticuerpo hecho. Ese anticuerpo va dirigido frente a una parte específica del virus, que es la más eficiente, pero eso no significa que ese niño no pueda estar en contacto con el virus y cree sus propios anticuerpos. Pero a su vez, ese niño, como va a estar en contacto con el virus, probablemente generará sus propios anticuerpos.

—Es consciente de que, especialmente desde el covid, un pequeño pero ruidoso sector de la población se ha vuelto escéptico, ¿deberían los padres aprovechar esta oportunidad y vacunar a sus hijos?

—Absolutamente. Llamaría a todo el mundo a aprovechar esta oportunidad de vacunación. Creo que, al mover ficha Galicia, otras comunidades autónomas, porque ya sabemos qué complicado es el sistema español, sigan la misma ruta y esto se apruebe. Hasta el momento, a nivel de inmunización teníamos otro monoclonal de administración pasiva, pero era un engorro. Había que administrarlo una vez al mes, tenía una vida corta y solo se le daba a pacientes de muy, muy alto riesgo, porque era muy caro. Este nuevo fármaco monoclonal está diseñado para todos los niños que nazcan. Y es importante, porque debemos entender que la mayoría de niños que ingresan en el hospital y desarrollan un cuadro grave que necesitará cuidados intensivos e intubación son niños sanos. No tiene sentido solo proteger a ese 10 % de algo riesgo cuando los que se infectan mayoritariamente son el resto.

—Con el covid hemos visto lo rápido que se puede llegar a desarrollar una vacuna, ¿por qué hemos tardado tanto con el VRS?

—Ha sido un desarrollo mucho más lento porque la población diana es el lactante, que tiene un sistema inmune que no responde del todo bien. Debido a este sistema inmune inmaduro, ha costado bastante más trabajo. Disponer de una medida preventiva es importantísimo, en la fase aguda pero también a largo plazo. Date cuenta de que un 50 % de estos bebés tras la infección van a tener sibilancias recurrentes, asma en los años posteriores. Y el 60 % de estos niños, cuando tienen el virus, también sufren una infección del oído, una otitis, por lo que hay que darles antibiótico. O sea, pensemos en la magnitud de todo lo que ocurriría en términos hospitalarios y ambulatorios: reducción de hospitalización, de consultas al pediatra, reducción de uso de antibióticos. Y también para los padres, que en los estudios no se cuenta con el mareo y dolores de cabeza que les damos. Estos niños tienen un mínimo de cuatro o cinco visitas al pediatra.

—¿Cinco visitas de media que causa el VRS?

—Sí, porque empieza con un cuadro respiratorio superior, mocos, tos; luego va bajando a la vía aérea, empiezan a respirar rápido y no quieren comer. Son niños muy pequeños, preocupan mucho, hay que ver cómo evolucionan y requieren un cuidado súper cercano.

—Ha mencionado también que puede generar asma, tradicionalmente era una patología muy ligada al mundo de la alergia.

—Antes se hablaba del asma alérgico, pero se ha visto que hay muchos tipos de asma. No se debería hablar de asma, sino de asmas. Un tipo de asmas es el inducido por virus respiratorios. Otros virus también se asocian, pero su asociación con el VRS está clarísima y nosotros hemos hecho muchos estudios donde esto se ve.

—Estamos hablando de niños, pero el peligro del VRS también está presente en el otro extremo de la vida. 

—El VRS, sobre todo en personas mayores de 65 años y con EPOC, tiene consecuencias bastante graves. Unas tasas de mortalidad importantes, sobre todo cuando empiezas a añadir las comorbilidades que aparecen con los años. Está la EPOC, pero también cardiopatías u obesidad. Para toda esa población, hay vacunas en marcha. Y vacunas que tienen un perfil buenísimo. Esta segunda población diana va a tener también un sistema de prevención. En su caso será activa, no pasiva.

—¿Deberíamos notar un impacto positivo inmediato a nivel asistencial?

—Sí, estoy segura. El VRS es la primera causa de hospitalización en el niño menor de un año. Uno de cada treinta, cuarenta o cincuenta niños van a necesitar hospitalización, pero es que el resto van a visitar la atención primaria. A los 3 años de vida, todos los niños se han infectado al menos una vez por el VRS. A los 3 todos y a los 2 un 90 %. Lo que ocurre es que un 30 % van a desarrollar el cuadro preocupante, que es el de bronquiolitis, en el que el niño respira rápido, que presenta sibilancias. El resto tendrán un cuadro más localizado, aunque pueden desarrollar otitis. Pero si empiezas a prevenir toda esa carga, le vamos a hacer la vida mucho más fácil a los pediatras de ambulatoria. Porque de verdad que es el talón de Aquiles de la pediatría.

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.