Los expertos recomiendan vigilar los micronutrientes, en especial el yodo y el selenio, para combatir los síntomas de las patologías de la glándula tiroides
02 oct 2023 . Actualizado a las 11:37 h.Llevar una alimentación saludable es beneficioso para todo el mundo, independientemente de los problemas que cada persona pueda tener. Pero cuando entran en juego patologías específicas que alteran determinadas funciones del organismo, conocer las pautas recomendadas para saber qué se puede comer y qué es mejor evitar se vuelve fundamental. Lo que ingerimos tiene una gran influencia en los procesos de distintas enfermedades; no solo si hablamos de qué comer, sino también, en gran medida, en cuanto al cómo.
El ejemplo más claro es el de la anemia: si los pacientes que tienen esta patología desean tomar café, tienen que saber que hacerlo justo después de la comida no es recomendable, dado que la absorción del hierro se verá alterada. En el caso de las patologías tiroideas, lo que puede ocurrir es una interferencia de los alimentos con la medicación, haciendo que esta pierda efectividad. Hemos preguntado a dos expertos cuáles son las pautas alimentarias a seguir si se tienen problemas de tiroides.
Tengo hipotiroidismo, ¿qué puedo comer y qué no?
El hipotiroidismo es una enfermedad en la que la glándula tiroides, encargada de la producción de hormonas fundamentales para el organismo, no produce suficientes cantidades de ellas. Se diagnostica a través de análisis de sangre y su tratamiento incluye la toma de hormonas tiroideas en píldoras. También es recomendable acompañar al tratamiento con una alimentación adecuada.
Lo primero que hay que saber es que la dieta que beneficia a cualquier persona es, también, adecuada para aquellos que sufren hipotiroidismo. Pero, como explica el endocrinólogo Joaquín Puerma: «hay algunas cosas específicas que tenemos que hacer para mejorar el hipotiroidismo. La alimentación debe tener un enfoque pensado para no aumentar el estado inflamatorio. Podemos incluir alimentos antiinflamatorios con omega 3 y antioxidantes, y evitar aquellos que tienen características proinflamatorias, como los ultraprocesados, aunque en realidad todo el mundo debería reducirlos».
Otro elemento importante para mejorar el hipotiroidismo son los micronutrientes. En este sentido, «se debe consumir una dieta variada y equilibrada para asegurar unos niveles suficientes de micronutrientes que son esenciales para el funcionamiento tiroideo: el yodo, el hierro, el selenio y el zinc», apunta Cecilia Sánchez Ragnarsson, Secretaria del Área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (Seen). También son claves la vitamina A y el magnesio. «Estas van a ser las piezas que la fábrica de nuestro cuerpo necesita para crear hormonas tiroideas y que sean lo más activas posible», ilustra Puerma.
«El pescado y los moluscos son una buena fuente de yodo, de selenio y de zinc, por ejemplo. Los cereales, carnes y muchas verduras son fuente de selenio, aunque esto varía según la zona geográfica. También abunda en los frutos secos, que son además ricos en zinc. Los lácteos y el huevo son una fuente importante de yodo hoy en día. Las personas que siguen una dieta vegana pueden tener más dificultad para cubrir sus necesidades de yodo y es especialmente importante que la sal que utilicen, siempre de forma moderada, sea yodada», indica Sánchez.
Al mismo tiempo, indica Puerma, «hay que evitar los alimentos que aumenten el tamaño de la glándula tiroidea, que son las crucíferas, como coliflor, brócoli o coles. Hay que intentar reducirlos, aunque no necesariamente se tienen que eliminar del todo», explica el experto.
Aumentar la energía
Aunque el hipotiroidismo es una enfermedad que conlleva como uno de sus síntomas principales una disminución considerable de los niveles de energía, las medidas que pueden ayudar a reducir esa fatiga crónica no están relacionadas de manera directa con la alimentación. En otras palabras, no existen comidas o alimentos que aporten esa sensación de energía, pero sí que hay que mantener una dieta adecuada para que la fatiga no empeore.
«Lo principal es mantener un buen consumo calórico. No hacer restricciones de hidratos de carbono ni de grasas muy marcados, porque eso puede hacer que el cuerpo detecte que tiene la batería baja y se ponga en modo de ahorro. Y luego, cubrir todos los nutrientes que nos hacen falta», explica Puerma.
Control del peso en el hipotiroidismo
En los pacientes que tienen hipotiroidismo, «la relación con el peso es compleja y puede ser motivo de frustración cuando no se alcanzan las expectativas puestas en el tratamiento farmacológico, de modo que si hay sobrepeso u obesidad, serán necesarias otras medidas como reducir el consumo de calorías e incrementar la actividad física», indica Sánchez.
En este sentido, es importante acudir a consulta para que un profesional sanitario indique una dieta adecuada, ya que reducir la ingesta diaria de calorías no es algo que pueda hacerse sin una correcta planificación. Así, «para reducir peso, en pacientes con hipotiroidismo, no suele ser una buena idea limitar los hidratos de carbono, ya que la función tiroidea se puede disminuir más todavía haciendo que estén más cansados», señala Puerma.
Gluten: ¿es necesario quitarlo?
En ocasiones, el hipotiroidismo puede estar asociado a enfermedad tiroidea autoinmune, que, a su vez, va asociado a celiaquía o sensibilidad al gluten no celíaca. «En este caso, sí se debe eliminar del todo el gluten de la dieta. Pero si no hay un claro diagnóstico de celiaquía, muchas veces hay que hacer un ensayo y error. Hay que reducir el consumo de gluten de la dieta, ya que suele estar acompañado de alimentos que no aportan gran contenido nutricional para la tiroides, y hacer la prueba. Si esto nos sienta mejor y estamos con más energía, menos hinchazón y necesitamos menos dosis de hormona tiroidea, podemos continuar con esa reducción del gluten. No podemos decir que sea obligatoria y los estudios no dejan claro que lo sea, pero mucha gente se beneficia de eso», explica el doctor Puerma.
La recomendación es siempre seguir la guía de un profesional y no dejarse llevar por lo que vemos en redes. «Algunas personas con problemas tiroideos deciden excluir de su dieta alimentos o grupos de alimentos sin una recomendación médica. En este momento están muy de moda, en el hipotiroidismo autoinmune, las llamadas dietas antiinflamatorias, que pueden oscilar entre unas recomendaciones comunes a las de la población general, como evitar azúcares simples y carnes procesadas, hasta algunas más restrictivas que aconsejan evitar el gluten, la leche y a veces a tomar suplementos. Este tipo de dietas más restrictivas, hasta la fecha, no han demostrado tener un beneficio claro en el hipotiroidismo, y podrían, si no están bien equilibradas, aumentar el riesgo de déficits de micronutrientes esenciales como el yodo o el selenio», advierte Sánchez.
¿Qué pasa si olvido tomar la medicación?
Las personas que tienen hipotiroidismo, en general, toman una medicación diaria con un compuesto activo llamado levotiroxina, que incorpora las hormonas tiroideas que el organismo no es capaz de producir. «La levotiroxina se absorbe mejor con el estómago vacío, por lo que lo ideal es tomarla un buen rato antes del desayuno y de otros medicamentos», aconseja en este sentido Sánchez.
«Habría que tomarlo entre 30 y 20 minutos antes de la primera ingesta del día. Da igual si es cuando te levantes o no, según cómo haces tu vida. Tienes que estar con el estómago vacío, varias horas después de comer. Y hay que intentar separar la toma de este medicamento de que sean protectores gástricos como el omeprazol o suplementos de hierro o calcio. También hay que evitar tomarla cerca del momento en el que comes soja», indica Puerma.
Sin embargo, esto no siempre es posible. «Normalmente, cuando vemos un hipotiroidismo de difícil control, puede haber una absorción errática por estos factores que no se están cumpliendo bien», observa Puerma. ¿Cómo garantizar las tomas? «Un truco es usar una alarma. Despertarse un poquito antes para tomar la medicación, o bien, si te levantas durante la noche a orinar, puedes aprovechar ese momento para tomarla. Y si te cuesta recordar si la has tomado o no, que es algo que puede ocurrir de vez en cuando con una medicación que tomas todos los días de tu vida, prueba dándole la vuelta al blíster después de tomarla para saberlo, o apuntar cada toma en un calendario. Si las pastillas están hacia arriba y al tomarlo le damos la vuelta, sabremos que la hemos tomado», explica el experto.
Tengo hipertiroidismo, ¿qué puedo comer y qué no?
En este caso, todo dependerá del tipo de hipertiroidismo que tengas. El hipertiroidismo ocurre cuando la glándula tiroides produce una cantidad excesiva de hormona tiroidea. «El hipertiroidismo más frecuente es la Enfermedad de Graves-Basedow, que es una enfermedad autoinmune. Lo que se suele recomendad es una ingesta reducida de yodo, sin eliminarlo del todo. Porque el aumento del consumo de yodo puede hacer que el hipertiroidismo esté peor controlado. Esto significa también evitar el contraste médico que se utiliza para algunas pruebas, y no utilizar productos como betadine en casa, que son a base de yodo», apunta Puerma.
Lo importante es recordar que, de manera general, el hipotiroidismo conlleva una pérdida de peso, por lo que puede ser necesario incrementar la ingesta calórica en las primeras fases del tratamiento para recuperar un peso adecuado. «Nos puede ayudar una dieta que tenga en cuenta las necesidades calóricas, porque están aumentadas en el hipertiroidismo. Y es normal tener un poco más de apetito con esta enfermedad, así que hay que elegir alimentos saciantes. Otra cosa que ayuda es el consumo de alimentos ricos en selenio, como las nueces de Brasil, que pueden venir bien para controlar algunos síntomas como la afectación de los ojos», recomienda el experto.
«Las personas con hipertiroidismo suelen perder peso pese a una ingesta mantenida o incluso aumentada. Al corregir el problema con el tratamiento, suele observarse una recuperación ponderal. La medicación no engorda, pero es importante tenerlo en cuenta para moderar la ingesta calórica cuando empieza a mejorar la enfermedad si no se quiere volver al peso previo», señala en este sentido Sánchez.