¿Por qué está aumentando el cáncer de colon entre los menores de 50?

Laura Miyara / Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

El cáncer de colon es el más frecuente y el segundo más letal en todo el mundo.
El cáncer de colon es el más frecuente y el segundo más letal en todo el mundo. La Voz de la Salud | iStock

La creciente incidencia de estos tumores en población cada vez más joven es una realidad alarmante que se atribuye a factores como la alimentación, el sedentarismo y la falta de cribados para este grupo etario

31 mar 2023 . Actualizado a las 15:44 h.

El cáncer colorrectal es el más diagnosticado en España. Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Red Española de Registros de Cáncer, se estima que se detectarán 42.800 nuevos casos en el país este año. Es el segundo cáncer más letal en todo el mundo, provocando un millón de muertes anuales.

A pesar de los esfuerzos en el cribado y la prevención, este es un tipo de tumor que sigue siendo prevalente y no solo eso, sino que su incidencia está aumentando en distintas partes del mundo, sobre todo y de manera alarmante, en personas menores de 50 años, sin que se conozcan con certeza los motivos de este aumento. Entender las causas del cáncer colorrectal se ha convertido en un gran reto para la salud pública. ¿Cómo hemos llegado hasta este punto? En el Día Mundial contra el Cáncer de Colon, intentamos explicarlo.

Qué es exactamente el cáncer de colon

También conocido como intestino grueso, el colon es la parte final del sistema digestivo. El cáncer colorrectal se produce cuando hay un crecimiento incontrolado de las células de este tejido. Los tumores malignos pueden originarse en cualquiera de las tres capas del colon: la mucosa que recubre su cara interna, el músculo y la serosa (capa externa).

Los factores de riesgo están muy relacionados con el estilo de vida: la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol, el tabaco; así como hábitos de nuestra dieta: la ingesta de grasas, las carnes rojas, alimentos ultraprocesados, azúcares refinados y una baja ingesta de fibra vegetal aumentan el riesgo de padecerlo en un futuro. Pero la genética también tiene un gran peso, por lo que las personas que tienen antecedentes familiares tienen un riesgo mayor de sufrirlo. Al igual que aquellas que padecen patologías intestinales como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, ya que estos individuos pasan por largos períodos de inflamación intestinal.

Crece el cáncer colorrectal en jóvenes

Aunque la presentación más frecuente es el adenocarcinoma, que se origina en las glándulas y es frecuente en personas mayores, de alrededor de 70 años, se detectan cada vez más tumores colorrectales en pacientes menores de 50. Las causas de esta aparición en las personas más jóvenes no se conocen con certeza aún, pero la incidencia está creciendo a un ritmo alarmante del 3 % al año en muchos países, incluso en pacientes menores de 30 años. Así lo señala un estudio publicado este mes en la revista Science, realizado por científicos del Instituto Oncológico Dana-Farber, en Boston (Estados Unidos).

En la investigación, liderada por los especialistas Kimmie Ng y Marios Giannakis, se describen algunas particularidades de esta patología, denominada cáncer colorrectal de inicio temprano (early-onset colorectal cancer, en inglés). Una de sus características principales es que frecuentemente se diagnostica en estadios más avanzados, «lo cual podría ser el resultado de la falta de cribados para detectar lesiones tempranas en estas edades, pero también plantea la pregunta de si este cáncer tiene una biología más agresiva. Efectivamente, los pacientes con cáncer colorrectal de inicio temprano metastásico no presentan una supervivencia superior a la de aquellos que tienen la enfermedad después de los 50, a pesar de que los primeros tienen menos comorbilidades, un mejor estado funcional, reciben cirugías de manera más frecuente, dosis más altas de quimioterapia y sufren menos los efectos adversos del tratamiento», detalla el estudio.

La otra particularidad alarmante de estos casos es que muchos de ellos no se encuentran asociados a los factores de riesgo conocidos ni a una predisposición genética. «Las razones exactas y la fisiopatología detrás de este aumento en la incidencia del cáncer colorrectal de inicio temprano siguen sin conocerse», observa la investigación.

Los expertos señalan que se han encontrado tanto similitudes como diferencias entre los cánceres colorrectales que se presentan antes de los 50 años y los que aparecen después. Así, algunos de los rasgos característicos de los casos de inicio temprano incluyen una historia familiar, un diagnóstico en estadio avanzado, metastásico y una presentación clínica con predilección por el lado izquierdo del colon y el recto. En cambio, a partir de los 50 años, es más frecuente la detección temprana en cribados, con menor probabilidad de metástasis, y una presentación clínica en el lado derecho del colon.

Sin embargo, existen características comunes en ambos grupos de edad. El síndrome metabólico, el consumo elevado de bebidas azucaradas, carne roja y procesada, en el marco de un patrón de alimentación occidental, la obesidad y el sedentarismo son algunos de ellos. El estudio también apunta a causas ambientales, como el aumento en el uso de antibióticos, que pueden alterar la microbiota intestinal, o ciertas toxinas medioambientales, así como al aumento en la realización de cesáreas, otro procedimiento que tiene impacto en las bacterias del intestino.

El fenómeno que describen los investigadores en Science se ve también reflejado en España. «Lo que se ha comprobado en los últimos años es que se está produciendo un aumento del número de casos en pacientes menores de 50 años. Un incremento anual en torno al 1 a 1,5 %. Hace 10 o 15 años, la inmensa mayoría de nuestros pacientes eran de más de 60 o 70 años. Aunque en la actualidad, evidentemente, esos pacientes siguen siendo la mayoría, porque la máxima incidencia está entre las edades de 60 y 80, ya no es una cosa anecdótica operar pacientes de menos de 50 años. Empieza a ser algo habitual», observa el doctor Gonzalo Guerra, director médico y responsable del servicio de cirugía general y digestiva del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED).

En este sentido, también se ha publicado en la revista GUT los resultados de una investigación llevada a cabo para conocer la incidencia y mortalidad de cáncer colorrectal en Europa en adultos jóvenes (menores 50 años), desde 1990 hasta 2016. Se han recolectado datos de 143,7 millones de personas entre 20 y 49 años de vente países europeos, incluido España. De esta población, el 0,13 % (187.918) fue diagnosticado con este tipo de cáncer. Además, se hicieron tres grupos por edades: de 20 a 29, de 30 a 39 y de 40 a 49 años. En el primero, es donde más ha crecido la incidencia, hasta un 7,9 % anual. En el segundo, se incrementó en un 4,9 % anual y en el tercero, un 1,6 %. 

Síntomas en jóvenes

«Cuando el cáncer colorrectal de inicio temprano es sintomático, suele presentarse con manifestaciones clínicas como dolor abdominal y sangrado rectal. Esto se debe a la localización del tumor, que suele estar más cerca del final del intestino que en los pacientes de edades más avanzadas. Por tanto, los pacientes y los especialistas no debemos desestimar estos síntomas en los pacientes más jóvenes», dice el doctor Marios Giannakis, autor del estudio, en diálogo con La Voz de la Salud.

«Sin embargo, hay que subrayar que muchos cánceres colorrectales de inicio temprano, al igual que otros que se presentan en edades más avanzadas, pueden ser totalmente asintomáticos. Por eso es tan importante acudir a los screenings para detectar y tratar estos tumores asintomáticos o, idealmente, las lesiones precancerosas, antes de que avancen», insiste Giannakis.

Factores de riesgo y prevención

En el cáncer de colon en jóvenes, el verdadero enigma está, como señala el estudio, en la falta de factores de riesgo conocidos y demostrados. En palabras de Giannakis, «una proporción de estos casos se deben a una predisposición hereditaria, pero esto no es suficiente para explicar el alza en la incidencia que se observa en los últimos años. Se cree que el estilo de vida y los factores ambientales de riesgo, a los que las generaciones jóvenes han estado más expuestas que las anteriores, podría explicar este fenómeno. Identificar factores específicos que impacten decisivamente en el desarrollo temprano de cáncer colorrectal es algo en lo que las investigaciones están trabajando».

Al mismo tiempo, sin embargo, se sabe que «varios factores de riesgo asociados al cáncer colorrectal, como la obesidad, el sedentarismo, los patrones de dieta occidentales, la carne roja y procesada y las bebidas azucaradas, también incrementan el riesgo de desarrollarlo de manera temprana, por lo que aconsejamos seguir las guías de estilo de vida saludable que buscan prevenirlo de manera general. Esto incluye llevar una dieta equilibrada, rica en frutas y vegetales, mantenerse físicamente activo, evitar el comportamiento sedentario y no fumar, entre otras cosas», apunta Giannakis.

Enrique González de la Ballina, especialista en aparato digestivo de Instituto Gallego de Enfermedades Digestivas (Ingaled) y colaborador del Hospital Miguel Domínguez Quirón Pontevedra, explica que «en concreto la dieta poco saludable, rica en carne procesada y grasa animal, pero escasa en fruta y verdura, predomina en muchos países occidentales en la actualidad y está relacionada estrechamente con unas altas tasas de sobrepeso y obesidad entre los jóvenes. Varios estudios realizados en ratones indican que el exceso de peso no solo incrementa la incidencia del cáncer, sino que además acelera su crecimiento». 

El cribado de cáncer de colon permite localizar lesiones en el intestino conocidas como pólipos, es decir, grupos de células en la superficie de la mucosa del intestino que suelen aparecer a partir de los 50 años. El 80 % de los tumores se originan a partir de esta lesión, que crece a lo largo de años hasta convertirse en un cáncer invasivo, sin dar síntomas en sus etapas tempranas.

¿En qué consiste la prueba? Se trata de un análisis de sangre oculta en heces. Es totalmente indolora y sencilla. A partir de una muestra que se recoge en casa y se lleva al centro de salud, se detecta la presencia de hemoglobina en las heces. Si el resultado es positivo, se procede a realizar una colonoscopia, que es la prueba en la que se introduce un instrumento de inspección de imagen en el interior del colon y el recto. Esta se hace en el hospital y bajo sedación. Si durante esta prueba, el médico observa algún pólipo, podrá extraerlo.

Pronóstico del cáncer colorrectal en jóvenes

«La evidencia parece indicar que se diagnostican en un estado más evolucionado. De hecho, en la encuesta realizada por la Alianza del Cáncer Colorrectal, se vio que el 71 % de los pacientes jóvenes se diagnosticaron en un estadio avanzado, lo que supone un mayor riesgo de metástasis», asegura González.

Entre las razones que explican este fenómeno, el doctor menciona el bajo umbral de sospecha, que hace que muchos médicos no relacionen los síntomas con este tipo de cáncer por ser considerada una enfermedad de mayores de 50 años. «De hecho, el 77 % de los encuestados declaró haber visitado dos médicos, y algunos, más de cuatro, antes de ser correctamente diagnosticados con cáncer de colon», subraya. «Además, los pacientes jóvenes tampoco son capaces de reconocer los síntomas y consultan tarde. El 63 % de los encuestados esperaron entre tres y doce meses antes de consultar con su médico».

Tratamientos

Aunque el panorama que se configura con el incremento de la incidencia en jóvenes parece poco alentador, hay motivos para ser optimistas en cuanto al cáncer colorrectal. De hecho, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), las tasas de curación de estos tumores están aumentando.

Actualmente, más del 90 % de los pacientes en estadios precoces se curan totalmente, gracias a los avances en las técnicas quirúrgicas y los tratamientos oncológicos. Técnicas como la cirugía robótica y la mínimamente invasiva permiten abordar tumores localizados en regiones de difícil acceso con mayor precisión y menos complicaciones.

«La realidad es que la incidencia del cáncer de colon y recto, desde hace años, va en aumento. Pero a cambio, la tasa de mortalidad ha ido disminuyendo. En el 2020, la tasa de mortalidad por cáncer de colon es casi un 60 % menos que en los años setenta. Se está produciendo un descenso de la mortalidad de un 2 % al año. Porque las campañas de prevención dan su resultado y porque es verdad que han mejorado mucho los tratamientos quirúrgicos y quimioterápicos. Utilizamos laparoscopia y robótica y, al final, todo va mejorando», señala Guerra.

«Lo que ha cambiado a nivel de tratamientos oncológicos, que ha producido el descenso drástico de la mortalidad, son los tratamientos oncológicos de rescate para pacientes con enfermedad avanzada. El arsenal terapéutico ha aumentado y tenemos anticuerpos monoclonales, inmunoterapia y otras opciones para pacientes que ahora se pueden llegar a cronificar. Y a nivel quirúrgico, la gran revolución fue el abordaje laparoscópico. Ahora, estamos introduciendo el abordaje robótico, que es una laparoscopia asistida por robots», explica el experto.

La cirugía robótica para el cáncer colorrectal aporta una visualización en 3D de la zona tumoral, a la que se accede a través de brazos robotizados muy flexibles, que pueden girar en cualquier dirección, llegando a lugares a de difícil abordaje para la mano humana, con lo que el riesgo de colostomía también se reduce. La cirugía transanal mínimamente invasiva, por su parte, logra acceder a los tumores por vía endoscópica a través del ano, eliminando la necesidad de realizar incisiones quirúrgicas para extirpar la lesión y reduciendo, por lo tanto, también, el riesgo de necesitar luego una colostomía. Todo esto supone un avance importante para la calidad de vida de los pacientes, teniendo en cuenta las complicaciones que representa en el día a día llevar una ostomía.

Con los datos en la mano, ¿se puede o se debe hacer algo?

«Evidentemente se puede mejorar en informar sobre los síntomas y actuar sobre los factores de riesgo ya comentados. Además, como han recomendado algunas sociedades científicas como la American Cancer Society se puede adelantar el inicio del cribado a los 45 años. El estudio de GUT no es suficiente para cambiar las guías de práctica clínica europeas, pero si la tendencia se mantiene o incrementa, habrá que reconsiderarlas», expone González.