Rodrigo Sánchez Bayona, oncólogo: «Casi la mitad de las pacientes de cáncer de ovario tienen riesgo de recaer en los primeros dos o tres años»

Uxía Rodríguez Diez
UXÍA RODRÍGUEZ LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Dr. Rodrigo Sánchez Bayona, secretario científico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncólogo médico del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid
Dr. Rodrigo Sánchez Bayona, secretario científico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncólogo médico del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid SEOM

El experto analiza este tipo de tumor «silente en etapas precoces, que cuando produce síntomas suele estar en una etapa avanzada» | Sara Carbonero es operada de urgencia

30 nov 2022 . Actualizado a las 15:26 h.

No hay síntomas específicos, tampoco métodos de detección precoz ni causas conocidas. Por eso, el cáncer de ovario se diagnostica en la mayoría de los casos de forma tardía y, como consecuencia, en estadios avanzados. El doctor Rodrigo Sánchez Bayona, secretario científico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncólogo médico del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, responde a todas las preguntas sobre cáncer de ovario.

—La mayoría de pacientes, entre un 70 y un 80 %, se diagnostican en una etapa avanzada de la enfermedad. ¿Por qué?

—El principal problema que hay con el cáncer de ovario, a diferencia de otros tumores, es que cuando produce síntomas, los produce porque la enfermedad ya está en una etapa avanzada, es decir, no hay una manera a día de hoy de hacer cribados para diagnosticarlo de manera precoz, como sí podemos hacerlo con el cáncer de mama a través de las mamografías, por ejemplo. El cáncer de ovario es una enfermedad muy silente en etapas precoces. Cuando la mujer consulta porque tiene síntomas es porque el tumor está ya más extendido.

—¿Hay algo que se pueda hacer para detectarlo antes?

—A día de hoy el mejor consejo que se puede dar a la población es el ser muy estrictas con las revisiones ginecológicas. Todas las mujeres deben hacer una revisión ginecológica anual porque no hay ninguna técnica que haya demostrado ser útil como cribado poblacional para hacer de forma generalizada. 

—¿Cómo se diagnostica?

—Los dos pilares del diagnóstico son la ecografía vaginal ginecológica, donde se suelen estudiar los ovarios y ver si hay algún tumor. Y también hay que hacer un TAC, una tomografía computarizada para ver la extensión. Generalmente en el cáncer de ovario, cuando la enfermedad está avanzada, se puede intentar tomar una biopsia y, si no, la biopsia definitiva se realiza en quirófano. Es decir, por un lado está la prueba de imagen y luego, como en cualquier tumor, la biopsia que es la que tiene la última palabra.

—Una de las principales dificultades para ese diagnóstico temprano es la falta de síntomas o, mejor dicho, síntomas que se confunden con patologías benignas, ¿cuáles son los más comunes y cuáles deberían hacernos sospechar?

—Precisamente, uno de los problemas que hay para identificar estos síntomas es que la edad media de aparición del cáncer de ovario está alrededor de los 60 años, cuando la mayoría de las mujeres están en una edad de menopausia. El tema es que la mayoría de los síntomas propios de la menopausia como puede ser algo de estreñimiento, retención de líquidos, ganancia de peso, aumento del perímetro del abdomen, síntomas urinarios de sensación de urgencia a la hora de hacer pis o molestias a la hora hacerlo... Todos esos síntomas muy gastrointestinales y muy urinarios, que son muy inesespecíficos y que se suelen achacar a la menopausia, son los que, a veces, pueden esconder un cáncer de ovario. Dicho esto, tampoco podemos obsesionarnos. La clave está en si esos síntomas duran mucho en el tiempo o son muy intensos. No podemos dejar pasar mucho tiempo y hay que consultar con el médico ante la duda.

Ante estos síntomas, consulta al médico:

  • Distensión abdominal progresiva
  • Sensación repetida y persistente de plenitud con la comida, incluso en pequeñas cantidades. 
  • Molestias pélvicas y/o abdominales que persisten y no tienen una explicación lógica
  • Molestias al orinar y defecar que persisten y no se explican por otras causas
  • Sangrado vaginal inapropiado

Fuente: SEOM

 —Decía que la edad media de aparición está en los 60 años, pero ¿están aumentando los casos en mujeres más jóvenes?

—Realmente no está muy claro que se vea cada vez en mujeres más jóvenes. Pero sí que casi le podemos dar la vuelta a la pregunta, en chicas más jóvenes sí que se puede sospechar de un tipo especial de cáncer de ovario, que es el que se asocia a casos hereditarios .

—¿Qué es el síndrome de cáncer de mama y ovario hereditario?

—Hay que explicar que la gran mayoría, entre el 85 y el 90 % de los casos de cáncer de ovario, son casos esporádicos. Pero hay un 10-15 % de casos hereditarios, que se asocian a mutaciones genéticas concretas en los genes BRCA 1 y BRCA 2. Estas mutaciones incrementan el riesgo de cáncer de mama y cáncer de ovario. También hay que tener en cuenta si dentro de la familia ha habido muchos antecedentes de este tipo de tumores.

—¿Qué mujeres deben tener una especial precaución?

—A día de hoy, más allá de estos síndromes ya conocidos, es decir, una mujer que sepa que en su familia hay un riesgo especial con varios casos o portadores de esta mutación, más allá de eso, no somos capacer de identificar ningún marcador ni ningún factor que cambie el riesgo de una persona de manera individual. Es decir, especial precaución a partir de la edad típica, a partir de los 50-55 años cuando ya aumenta el riesgo, pero no solo del cáncer de ovario, también de muchos otros cánceres. Hay que ser rigurosos y estrictos con las revisiones, con los chequeos médicos, con asistir a los programas de cribado.

—Las causas del cáncer de ovario todavía son desconocidas, pero ¿existen factores de riesgo, además de esas mutaciones de las que ya hemos hablado?

—A diferencia de otros tumores, como pasa con el cáncer de pulmón y el tabaco, en el cáncer de ovario no se sabe cuáles pueden ser factores de riesgo. Se han encontrado algunas asociaciones estadísticas en estudios. Por ejemplo, se ha visto que mujeres que han tenido la primera regla a una edad muy temprana o que han tenido la menopausia muy tarde, mujeres que no han tenido hijos o síndromes de ovario poliquístico... pero ninguno de ellos ha despuntado mucho. La teoría detrás de esto es que se cree que con cada ciclo, el ovario sufre como un pequeño daño que hace que  tenga que cicatrizar, y puede ser que todo ese daño continuo puede ser un desencadenante. Por ese mismo motivo, se piensa que la toma de anticonceptivos puede disminuir el riesgo. Pero hay que dejar claro que no hay ni factores desencadenantes, ni factores de riesgo, que hayan demostrado tener un gran impacto.

—¿Qué podemos hacer en cuanto a prevención en nuestro día a día?

—Las dos cosas más importantes pasan, primero, por conocer el cáncer de ovario, que todavía hay mucho desconocimiento entre la población. Y segundo, lo que ya hemos comentado, hacerse las revisiones ginecológicas todos los años.

—¿Cuáles son los tratamientos actuales para el cáncer de ovario?

—El pilar del tratamiento, en estos momentos, sigue siendo la cirugía. La cirugía en el cáncer de ovario tiene un papel pronóstico clarísimo e intentamos que sea siempre el primer tratamiento cuando la enfermedad es operable. Suele ser una cirugía muy amplia en la que se quitan los ovarios, las trompas, el útero, parte del intestino en ocasiones, la grasa abdominal. Digamos que es una cirugía extensa que ha demostrado que cuanto más amplia sea, mejor es el pronóstico. Suele ir seguida de quimioterapia, solemos hacer unos cuatro o seis ciclos de quimioterapia con un fármaco que se llama carboplatino, se sabe que la quimioterapia basada en platinos es la más beneficiosa para el cáncer de ovario.

—¿Cuáles son las principales novedades y avances en el tratamiento?

—Precisamente es el siguiente paso a la quimioterapia, un tratamiento de mantenimiento, es algo que hemos incorporado recientemente y que ha cambiado el paradigma de este tipo de cáncer: son unas pastillas que se llaman inhibidores de PARP, que es una enzima que participa en la reparación del DNA. Entonces, tenemos distintos inhibidores de PARP que como mantenimiento durante dos o tres años, han cambiado claramente el pronóstico de las pacientes. En la última década ha sido el gran avance en este cáncer. Gracias a esto podemos hablar de largas supervivientes. Este es un tumor que tiene una alta probabilidad de recaída. Casi la mitad de las pacientes pueden tener una recaída en los primeros dos o tres años y la mortalidad a cinco años es muy alta.

—¿Cuáles son los factores pronóstico y la supervivencia global?

—Ahora mismo, habrá que ver el impacto de los inhibidores de PARP, la supervivencia a cinco años está entorno al 40-50 %. El principal factor pronóstico es el haber sido capaces de operar o no. Es decir, las pacientes que se operan van mejor que las que no se operan porque sabemos que la cirugía, especialmente si es completa, impacta claramente en el pronóstico.

—Como decía, el riesgo de recidiva o reaparición de estos tumores es alto.

 —Sí, los cinco primeros años, pero especialmente son importantes los dos o tres primeros años, cuando casi la mitad de las pacientes tienen riesgo de recaer. Esto probablemente va a cambiar o está cambiando porque estos datos los teníamos antes de utilizar los inhibidores de PARP.

—Cuando se dan esas recaídas, ¿cuál suele ser el procedimiento a seguir?

—Si pasa más de un año desde el final del tratamiento con quimioterapia, pueden volver a beneficiarse de la quimioterapia con platino. Pero es muy importante en este tipo de pacientes tomar una decisión consensuada en un equipo multidisciplinar, par ver si se puede hacer un rescate quirúrgico de esa recaída. Si se puede operar y es resecable, eso puede ser la primera opción. Y luego, como decía, si ha pasado un año o dos años desde la quimioterapia, volver a quimioterapia y dejar después el tratamiento de mantenimiento.

Uxía Rodríguez Diez
Uxía Rodríguez Diez
Uxía Rodríguez Diez

A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.

A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.