CONTENIDO PATROCINADO

Se estima que más de un 15 % de la población sufre bruxismo nocturno, una condición que puede ser complicada de diagnosticar al manifestarse mientras dormimos

Lois Balado

Sería fácil establecer una estadística que desprendiese que el bruxismo es una condición que afecta mucho más a personas casadas que a la población soltera. Aunque es más que probable que el número de casos diagnosticados así lo demuestre, sería un grave error concluir que pasar por la vicaría (o el ayuntamiento) es un factor de riesgo para que empecemos a rechinar los dientes. La explicación es sencilla, es mucho más fácil detectar una patología que de manera común se evidencia mientras dormimos si tenemos a alguien con nosotros en la cama que nos advierta de ello al día siguiente.

«El bruxismo es una condición a la que comúnmente nos referimos como 'apretar' o 'rechinar' los dientes. Puede ser diurno o nocturno. Este último, el que se da mientras dormimos, es el más típico», explica el odontólogo Simón Pardiñas, director médico de la Clínica Pardiñas. El bruxismo es un problema muy extendido. En el 2019, un estudio de la Universidad de Ámsterdam concluyó que un 16,5 % de la población sufre bruxismo nocturno; el bruxismo diurno afectaría a un 5 % de las personas. En cualquier caso, es complicado establecer una cifra de prevalencia de una condición que suele desarrollarse por una combinación de factores. «Se trata de una patología que puede tener distintos orígenes: muscular, articular, farmacológico o psicológico, entre otros. Puede producirse por una única causa, lo que facilita mucho las cosas, pero lo habitual es que se deba a un cúmulo de factores causales. Los factores genéticos influyen, las épocas de estrés, determinados fármacos, los problemas de maloclusión, es decir, la forma en la que se relacionan los dientes, los problemas en las articulaciones temporomandibulares, problemas musculares en el cuello o la espalda, etc.», enumera Simón Pardiñas dejando claro que la lista es larga.

 El odontólogo destaca que la pandemia ha convertido esta patología en algo «muy común» en consulta. «Todo ese estrés psicológico que hemos pasado, los cambios laborales, los despidos que, por desgracia, ha habido hacen que en, en muchos casos, se note en clínica. El problema es que no todo el mundo es capaz de detectarlo. Te lo puedes llegar a detectar a ti mismo si al despertar, te levantas contracturado o con la mandíbula sobrecargada, pero mientras estás durmiendo no te das cuenta de si rechinas los dientes o no», comenta el especialista.

¿Cómo saber si padezco bruxismo?

Sin duda, que tu pareja te haya advertido de que rechinas los dientes durante la noche debe ponerte en alerta y llevarte a pensar que, por una causa u otra, es más que probable que seas bruxista. Existen signos que pueden ayudarnos a detectar el problema, aunque en ocasiones pueden ser señales de un bruxismo en estado muy avanzado. Por eso, ante la más mínima sospecha, el primer paso debe ser acudir al dentista, que podrá detectar el problema de manera precoz.

«Levantarse con sobrecarga mandibular, contracturas en la zona del cuello y la cabeza, la aparición frecuente de migrañas, o los dolores de cabeza constantes, pueden ser signos de bruxismo. El desgaste en los dientes suele ser otro signo de que el problema está más avanzado. En las visitas al distintas podemos llegar a detectarlo de manera precoz: historiando al paciente, conociendo sus hábitos y sabiendo si sufre contracturas de manera frecuente o si tiene la mandíbula ‘cansada'. También por la forma de la mordida, si existe un contacto prematuro, que es cuando la boca no encaja correctamente y una zona muerde antes que otra. El cuerpo, de manera inconsciente, intentará rebajar la zona que está contactando prematuramente para que el contacto sea uniforme. Hay signos que nos alertan de ese problema», explica Simón Pardiñas. Esta 'compensación' es un proceso común en nuestro cuerpo. «Es como si tienes una pierna más larga que la otra, al final los músculos de la espalda tenderán a intentar igualar esa posición, pudiendo provocar sobrecargas y lesiones».

Factores de riego para padecer bruxismo

  • Estrés
  • Maloclusión
  • Problemas en las articulaciones temporomandibulares
  • Drogas estimulantes
  • Determinados fármacos
  • Enfermedades neurológicas como la epilepsia o el párkinson
  • Pacientes con biotipo braquifacial (personas con mandíbulas potentes, cortas y retraídas hacia atrás)

Consecuencias de padecer bruxismo: de pérdida de piezas a apnea del sueño

El esmalte dental es la sustancia más dura y mineralizada de todo el cuerpo humano. Un diente puede llegar a soportar una presión de más de 200 kilogramos antes de partirse. Y pese a su fortaleza, nuestras mandíbulas bruxistas son capaces de acabar con una pieza dental sana —es decir, que no tenga caries—. 

El bruxismo afecta principalmente a nuestras muelas, provocando un desgaste constante que puede derivar en una fisura o una fractura del molar y, en último término, la pérdida de la pieza dental. No obstante, aunque sí las principales, las muelas no son las únicas afectadas y es muy común ver a pacientes con los colmillos desgastados por completo, un signo muy evidente de bruxismo. Por eso, el Dr. Pardiñas destaca que, independientemente de emprender un posible tratamiento para tratar el bruxismo, «por lo menos debe ser examinado, conocer las posibles causas y realizar un correcto diagnóstico antes de decidir un tratamiento personalizado. He visto bocas realmente destrozadas, pacientes jóvenes con las piezas fisuradas o que han perdido varios dientes».

«Cuando el bruxismo está en un estado avanzado pueden asociarse también problemas de retracción de encías. Una sobrecarga en los dientes puede hacer que se creen microtraumas en el cuello del diente, que es la unión de la corona con la raíz y que es su zona más débil. Cuando esto pasa, aparecen las típicas hendiduras en la raíz que provoca que la encía se retraiga», añade el odontólogo que señala que también pueden sumarse problemas articulares como el desgaste del cóndilo mandibular o el disco articular: «Esto puede derivar en complicaciones graves, porque no hay un tratamiento muy efectivo. Es posible hacer lavados del interior de la articulación para intentar desinflamarla y recolocar el disco articular mediante un procedimiento llamado artrocentesis. Es posible también reconstruir el cóndilo, existen prótesis, pero son procedimientos complicados. Pensemos que la articulación temporomandibular no es como un codo o una rodilla, se mueve hacia delante, hacia atrás y hacia los lados. Todos estos movimientos los debe hacer de manera solidaria con su homóloga contralateral. Y es algo que usamos de manera constante, las 24 horas del día. Para hablar, respirar, comer, besar…»

Todo esto, junto a las ya mencionadas migrañas, cefaleas o la tensión muscular, son algunas de las consecuencias de padecer bruxismo. Pero ni mucho menos las únicas. Los últimos estudios demuestran una sorprendente y alarmante relación entre el bruxismo y la apnea del sueño

Más de la mitad de las personas que padecen bruxismo padecen también apnea del sueño

«Los estudios científicos más recientes en el campo de la odontología desarrollan ahora una relación entre bruxismo y la apnea del sueño», adelanta Simón Pardiñas. Pero, ¿qué es la apnea del sueño? «Se trata de un problema respiratorio durante el sueño, por el que te quedas literalmente sin respiración. Y eso puede afectar al resto del cuerpo. Se disminuye la oxigenación, aparece el cansancio diurno, etcétera. Hay una relación directa entre bruxistas y personas con apnea del sueño, más de la mita de los pacientes de apnea sufren bruxismo». Simón Pardiñas sotiene estos datos en base a un estudio realizado por investigadores polacos en el 2019 sobre 110 pacientes.

Los números son alarmantes. La incidencia es altísima y se trata, de nuevo, de una patología que es difícil de detectar ya que se evidencia cuando estamos dormidos. El cansancio durante el día es uno de los primeros síntomas, pero hay mucho más. «Pensemos en que este problema consiste en que durante el sueño te quedas sin respiración. Hay gente que está hasta un minuto y medio en apnea y que no se da cuenta. Al día siguiente, debido al cansancio, se multiplica el riesgo de sufrir accidentes de tráfico porque es fácil que nos quedemos dormidos. Eso son síntomas de que, aunque la persona haya dormido, su cuerpo no ha descansado, no se ha oxigenado bien. También se aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares, ictus o problemas cardíaco. Vamos uniendo cosas que pueden desencadenar en otras. El cuerpo está unido y una cosa lleva a la otra», detalla Simón Pardiñas.

Por suerte, clínicas dentales como Clínica Médico Dental Pardiñas cuentan en la actualidad con métodos de diagnóstico. «Disponemos de unos dispositivos portátiles que el paciente puede llevarse a su casa y que mide el flujo de oxígeno, la frecuencia cardíaca, posición en la que se duerme y si tienes ronquidos o no. Realiza un monitoreo completo durante la noche que luego analizamos en la clínica para ver cuántas apneas tuvo durante la noche, cuánto duración tuvieron, de cuánto fue la saturación de oxígeno y si hubo situaciones de riesgo que pudiesen afectar al cuerpo. Son datos importantes a analizar», asegura el profesional.

El bruxismo infantil, algo «normal»

Simón Pardiñas recuerda que no hay una edad concreta a la que pueda aparecer el bruxismo, pero que en el caso de los niños puede deberse a causas fisiológicas. «Después de descartar cualquier problema del niño en la escuela que le esté causando ansiedad, podríamos hablar de un bruxismo fisiológico. Es fisiológico porque está relacionado con el desarrollo de la mandíbula y de los dientes. Que un niño tenga bruxismo puede ser normal hasta cierto punto. Si este continúa una vez se terminen de desarrollar todos los dientes y estructuras, dejará de considerar un bruxismo fisiológico.

Tratamientos contra el bruxismo

¿Existe cura contra el bruxismo? Responder afirmativamente a esta pregunta sería algo demasiado aventurado. No obstante, sí existen tratamientos que sirven para reducirlo. Al igual que las causas del bruxismo son múltiples, los tratamientos, necesariamente, también lo son. «Hay que analizar muy bien los motivos. Si estamos ante un bruxismo cuya causa es el estrés, habrá que intentar reducirlo», comenta Simón Pardiñas, por lo que sí, es posible que una vez salga del dentista su siguiente parada deba ser el psicólogo, por extraño que pueda parecer. El papel del fisioterapeuta también puede ser necesario y en la clínica de Simón Pardiñas trabajan de manera directa con varios especialistas.

De la férula a la ortodoncia

No obstante, un bruxismo que tenga el estrés como única causa no es lo habitual, por lo que en muchas ocasiones se utilizan tratamientos dentales para tratar de mitigar el problema. «Si el bruxismo es de causa dental y lo detectamos, es posible que sea necesario realizar un tratamiento ortodóntico que corrija la posición de los dientes y estabilice esa mordida. Habrá que ir descartando factores».

Muchos asociarán el tratamiento del bruxismo con las famosas férulas de descarga. Pero Pardiñas advierte de que esto no siempre soluciona el problema. «La férula es, en la mayoría de los casos, un tratamiento paliativo transicional. Lo que la férula va a hacer es proteger tanto a los dientes como a las articulaciones y debe ser confeccionada de una determinada manera y ajustada posteriormente, adquirirla preformada en una farmacia no vale para absolutamente nada. La férula debe disponer de una determinada dureza y una determinada forma, y estar ajustada con precisión. Pero eso no va a hacer que dejes de tener bruxismo, lo que va a hacer es frenar sus consecuencias. Se trata de un parche, el bruxismo lo sigues teniendo, no se está tratando el origen del bruxismo», explica. A veces, la férula puede funcionar también como tratamiento previo antes de la colocación de una ortodoncia que sí mejore el problema.

Por tanto, aunque hablar de 'curar' el bruxismo sea complicado, el dentista explica que, definitivamente, «se puede mejorar en un gran porcentaje». «Al final, el bruxismo tiene tantas causas que es complicado de determinar holísticamente. Pero se puede tratar, mejorar los síntomas y prevenirlo. Evidentemente, una mordida más estable vas a prevenir cualquier tipo de problema que venga de la boca». Lo más importante, como recuerda el profesional es, como mínimo, tenerlo diagnosticado y saber las posibles causas antes de afrontar un posible tratamiento.

El doctor Simón Pardiñas López es especialista en Periodoncia, Implantología y Cirugía Oral por la New York University (NYU). Ocupa el cargo de Director Médico en la Clínica Pardiñas y es el creador de Dentalk.tv. Forma parte además del Grupo de Investigación de Terapia Celular y Medicina Regenerativa de la Universidade de A Coruña (INIBIC) y ocupa un asiento en la YCC Academy of Osseointegration.

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.