Humo de incendios y salud: «No salgas sin una FFP2»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Inhalar el humo de los incendios puede llegar a provocar la muerte por asfixia.
Inhalar el humo de los incendios puede llegar a provocar la muerte por asfixia. La Voz de la Salud | iStock

Respirar aire a temperaturas extremas puede dejar secuelas importantes, desde una obstrucción de los bronquios hasta una enfermedad respiratoria crónica que no estuviera previamente

21 jul 2022 . Actualizado a las 08:58 h.

El verano del 2022 será recordado como uno de calor infernal. No solo por el tiempo, que, con el cambio climático, ha alcanzado temperaturas elevadas hasta récords históricos en distintas partes de Europa, también por los incendios que se han propagado por diversos territorios. En Galicia, siguen activos los focos de fuego que se originaron en estos días a raíz de una tormenta de rayos sin precedentes en la región. Casi 30.000 hectáreas del territorio han sido calcinadas en las provincias de Lugo y Ourense. Una emergencia que se ha convertido rápidamente en un problema de sanidad pública al aumentar de forma alarmante las consultas en urgencias y en centros de salud por culpa del fuego.

El problema no radica únicamente en la posibilidad de sufrir quemaduras sino, fundamentalmente, en el modo en que el humo de los incendios forestales modifica y empobrece la calidad del aire que respiramos. «Los incendios perjudican muchísimo a la salud respiratoria. Es como un salto dramático en el nivel de la contaminación del aire. Entonces, para pacientes susceptibles, sobre todo aquellos con antecedentes de enfermedad respiratoria crónica, como el asma o la EPOC, el inhalar un aire contaminado por el humo aumenta la tendencia a hacer broncoespasmos y acabar en Urgencias. Aumentan las urgencias porque aumentan las complicaciones», señala Luis Seijo, neumólogo y portavoz de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).

Qué respiramos durante un incendio

Cuando hay un incendio, la respiración se ve afectada por el humo, que pasa a formar parte del aire que ingresa en los pulmones, empeorando la calidad de este. El humo está hecho de una compleja mezcla de gases y partículas finas que se producen cuando se queman la leña y otros materiales orgánicos. La mayor amenaza para la salud por parte del humo proviene de las partículas finas. Estas partículas microscópicas pueden penetrar profundo en los pulmones. Pueden provocar una serie de problemas de salud, desde irritación en los ojos y goteo nasal, hasta enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas. La exposición a la contaminación por partículas incluso se relaciona con la muerte prematura.

Si los incendios forestales son trágicos porque acaban con la vida silvestre y destruyen el ecosistema, lo peor, en términos de calidad del aire, es lo que ocurre cuando el fuego llega a las áreas urbanas. «Los incendios van a afectar en función de lo que quemen. En todos los casos son partículas suspendidas que van a afectar como cualquier otro contaminante, al producir inflamación de las vías aéreas. Y luego, depende de lo que vaya quemándose: si no solo son bosques, si los incendios se van acercando a edificaciones, casas, coches, naves, el grado de peligrosidad de la partícula puede aumentar. Está el hollín y están los gases de combustión incompleta: el monóxido de carbono, el llamado CO, es terrible», explica la doctora Cristina Martínez, neumóloga y coordinadora del Área de Medio Ambiente de la Separ.

Efectos del humo en la salud

La inhalación del humo causa una serie de problemas que se agravan todavía más en el caso de los pacientes que ya vienen con patologías respiratorias previas. «Esto es problemático para todos, dependiendo de la cantidad y el tiempo que inhalen, el tiempo de la exposición. Sobre todo, afecta a los colectivos más vulnerables, a los niños, a los enfermos respiratorios crónicos, a los ancianos. A ellos les va a producir más efectos que a una persona sana. La exposición aguda a esto puede producir, en personas con asma, más crisis de asma. En personas con enfermedad respiratoria crónica, también puede producir agudización y que respiren peor», señala Martínez.

«El aire de los incendios es broncoirritante. Cuando hablamos de sus efectos, hablamos de broncoespasmo, de empeoramiento de las enfermedades respiratorias como el asma, la EPOC,  que tienen broncoespasmo como elemento determinante, y que afectan a millones de españoles», detalla Seijo.

¿Cuánto tiempo tenemos que estar respirando este aire con humo para sufrir esos efectos? Lo cierto es que depende. «Si son humos en cantidad y hay una inhalación importante, con poco tiempo de exposición ya es peligroso. Si son humos que están a kilómetros y van llegando al aire los contaminantes, todo depende de la magnitud de esos contaminantes, de lo que llegue del humo. Depende también de la dirección del viento. Pero, a más tiempo y más cantidad de humo, aumenta la peligrosidad», explica Martínez.

Alejandro Camba

El problema puede ir más allá del momento de la exposición, sobre todo para aquellas personas vulnerables. Es posible que haya secuelas y, en algunos casos, podría producirse la muerte. «Las secuelas dependen de la gravedad de la inhalación, o sea, el deterioro de la calidad del aire en la proximidad de los incendios. Lógicamente, si inhalas suficiente humo, puedes tener un problema no solo agudo por broncoespasmo, sino directamente por la toxicidad que supone inhalar monóxido de carbono, que puede llevar incluso a fallecer por asfixia», alerta Seijo.

Síntomas

Si estamos en una zona de incendios, puede que no notemos nada más que el olor del humo. En ese caso, no debemos preocuparnos de manera inmediata. El problema aparece cuando empezamos a percibir malestar a nivel de las vías respiratorias. «Primero se empieza con un poco de picor de garganta, un poco de tos, enrojecimiento de ojos. Tú empiezas a notar el aire enrarecido que no está limpio. En ese momento, ya no debes esperar. Debes tomar todas estas precauciones y, si no te aíslan todavía, encerrarte en el domicilio, si sales, con mascarilla, o intentar huir de la zona», aconseja Martínez.

Cómo proteger nuestra salud durante los incendios

Dado que el principal riesgo reside en la inhalación de humo irritante y tóxico, la clave está en filtrar el aire que llega a nuestros pulmones. Esto es algo que podemos hacer de varias formas. «Lo que recomendamos es no ventilar las casas cuando la calidad del aire exterior está degradada. Hoy en día, las aplicaciones móviles del tiempo tienen la capacidad para saber si la calidad del aire en tu zona es buena, regular o desfavorable. Pasó con la calima cuando afectó a España recientemente, venían advertencias al móvil», apunta Seijo.

«Lo que hay que hacer en esos casos es quizás contraintuitivo, la gente por lo general piensa que hay que ventilar la casa para renovar el aire, pero, en condiciones como estas, conviene mantener todo cerrado porque la calidad del aire en el interior de la casa va a ser mejor que la que haya en el exterior», añade Seijo.

Claves para proteger tus pulmones durante los incendios

  1. Filtros. «Cuando la calidad del aire en interior no es muy buena y está recargada de partículas en suspensión, todo eso es contaminante y un filtro de calidad puede funcionar bastante bien», recomienda Seijo. Las mascarillas FFP2 también son útiles.
  2. No salir a hacer ejercicio, «porque cuando haces ejercicio, respiras más rápido y más hondo, y si estás inhalando aire que está contaminado, no es buena idea. Va en el sentido contrario de lo que intentas hacer cuando haces ejercicio, que es mejorar tu salud», advierte Seijo.
  3. «Si hay síntomas relacionados con la inhalación de humo, es que estás demasiado cerca del incendio o del entorno y tienes que irte de ahí. Hay que evitar estar en las zonas donde la calidad del aire está tan deteriorada que nos provoca irritación de garganta o nariz, o broncoespasmos», advierte Martínez.
  4. «Si tenemos síntomas preocupantes hay que ir a Urgencias de inmediato o llamar al 061. Las personas que tienen EPOC y están notando más tos porque están en esos ambientes, tienen que acudir a Urgencias, porque esto puede provocar exacerbaciones del asma o crisis de la EPOC, y a lo mejor con su medicación no les alcanza», insiste Seijo.

Para mantener filtrado el aire, una opción son los aparatos de aire acondicionado, que en muchos casos cuentan con filtros especialmente diseñados con ese fin: los filtros HEPA, que capturan las partículas volátiles presentes en el aire, y están fabricados generalmente en fibra de vidrio. Estas fibras son extremadamente finas y crean un entramado en forma de malla que retiene los compuestos contaminantes. «Mucha gente piensa que el aire que proporciona el aire acondicionado es peor, pero eso no es verdad. Si tienes un aparato bien mantenido, con los filtros en orden, puedes usarlo. Incluso hay aires acondicionados que vienen con filtro HEPA, que es un filtro de purificación del aire que viene fenomenal para personas que tienen enfermedades respiratorias. Elimina no solo el polvo sino las partículas en suspensión en interiores», señala Seijo.

«Otra cosa importante es en estas condiciones no hacer deporte en exteriores, incluso aunque estés sano, aunque no tengas enfermedad respiratoria de base, no es una buena idea hacer deporte en el exterior cuando hay un aire muy contaminado por el humo de los incendios. Puede ser un aire potencialmente tóxico», advierte el experto.

Y si no te queda opción y tienes que salir de casa, lo mejor es hacerlo con protección. «Utiliza un método de protección individual como las mascarillas FFP2, que son más filtrantes que las quirúrgicas simples», sugiere Martínez.

En cualquier caso, lo más recomendable es alejarse, en la medida de lo posible, de la zona afectada por el incendio. «Lo importante es aislar a todas estas personas, evacuarlas de la zona de peligro de contaminación. Especialmente a los colectivos susceptibles. Hay que procurar, si hay síntomas importantes, acudir al médico. Y no intentar heroicidades. La gente por salvar lo que sea y mantenerse en zonas de humo se expone y eso es peligroso, hay que evitarlo, porque en zonas muy próximas, el calor también puede dañar el epitelio respiratorio. Respirar aire a temperaturas extremas puede dejar secuelas importantes, como una obstrucción de los bronquios o una enfermedad respiratoria crónica que no estuviera previamente», subraya Martínez.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.