Ojo con las lentillas: esto es lo que no debes hacer para evitar infecciones y daño a la córnea

ENFERMEDADES

Las lentillas son una gran herramienta para corregir la visión, pero su uso prolongado puede causar problemas.
Las lentillas son una gran herramienta para corregir la visión, pero su uso prolongado puede causar problemas. La Voz de la Salud | iStock

Cuando vayas a trabajar, lo mejor será dejar las lentillas en casa: «Si vas a estar mucho tiempo con el ordenador, mejor con gafas»

11 jul 2022 . Actualizado a las 13:30 h.

Si tienes miopía, astigmatismo u otros problemas de visión, las lentes de contacto pueden representar un pequeño milagro cotidiano. Te las pones por la mañana y ves bien durante todo el día. Son cómodas, no ocupan espacio y corrigen tu visión sin tener que llevar gafas. Incluso, son la opción ideal para cuando haces deportes. Pero hay que tener precaución. Porque llevar demasiado tiempo las lentillas o quitarlas de manera incorrecta puede ocasionar lesiones e infecciones que podrían poner en peligro tu visión de modo irreversible.

Existen distintos tipos de lentillas, y, además de por su material, se las clasifica según varios criterios: no solo su función (para miopía e hipermetropía, para astigmatismo, multifocales o de colores), sino también según el tiempo de uso para el que están diseñadas. Hay lentillas diarias, que se descartan tras un solo uso, lentillas quincenales y otras mensuales o incluso de mayor durabilidad.

¿De qué están hechas las lentillas?

Existen dos materiales de lentillas en el mercado.

  • Las de hidrogel, hechas de plásticos con forma de gel que contienen agua, llamados hidrogeles. Se caracterizan por la gran flexibilidad que tienen y la capacidad de adaptarse al ojo humano, ya que es un material muy delgado.
  • Las de hidrogel de silicona, más nuevas, dejan pasar más oxígeno a la córnea, evitando así problemas de sequedad ocular e irritaciones.

Tal como explica la oftalmóloga Rosario Touriño, de la Sociedad Gallega de Oftalmología, los riesgos de llevar lentillas se incrementan cuando las utilizamos por demasiado tiempo. «Tanto durante el día como en cantidad de días de uso desde que empezaste hasta la adultez. Cuanto antes empieces, más riesgo habrá. Si empiezas a usar lentillas a los 12 años y además las llevas más de 12 horas todos los días, a lo largo de tu vida, puede producirse una reacción», dice Touriño.

Problemas frecuentes

La irritación ocular es el síntoma más común entre quienes llevan las lentillas por más tiempo de lo recomendado. También se puede producir inflamación, fotosensibilidad, visión borrosa o conjuntivitis. «La lentilla, como es una prótesis ocular, es decir, es un cuerpo extraño que introducimos en el ojo, si no está bien adaptada puede producir lesiones corneales: úlceras, vascularización de la córnea. También puede producir, por el roce continuo con los párpados, una reacción papilar gigante. Pero esto es generalmente en personas que tienen mal adaptadas las lentillas o que abusan del tiempo de uso de las lentillas», señala Touriño.

Estos problemas pueden tener consecuencias a largo plazo. «Si se coge a tiempo, esta lesión es reversible, al igual que la vascularización de la córnea. Si la lentilla no está bien adaptada, se produce una hipoxia de la córnea, o sea que la córnea no recibe oxígeno porque la lentilla está muy apretada y no se mueve lo suficiente. Entonces, los vasos de la conjuntiva crecen hacia la córnea para darle ese oxígeno que le falta. Si esto se coge a tiempo, puede ser reversible. Generalmente se trata dejando de usar las lentillas y con un corticoide antiinflamatorio durante un tiempo. Pero habitualmente, a estas personas se les desaconseja volver a usar lentes de contacto. Es mejor que pasen a un tipo de cirugía refractiva, ya sea corneal o con lentes intraoculares», explica la oftalmóloga.

Luego, están las temidas infecciones, que, si bien son menos frecuentes, pueden provocar daños irreversibles a la córnea. Un estudio publicado en el 2019 señala que las infecciones de córnea causadas por lentillas atacan a entre 2 y 20 de cada 10.000 usuarios. Lo fundamental para prevenirlas es manipular cuidadosamente las lentillas, siempre con las manos higienizadas. «Hay determinados bichitos que se adhieren a las lentes porque hay cierta predisposición, se crea un biofilm alrededor de la lentilla y ahí se adhieren bacterias. Si el paciente tiene el epitelio alterado, tiene una epiteliopatía, o se saca la lentilla mal, presionando los dedos en la córnea en vez de sacar la lentilla hacia la conjuntiva y pinzar ahí, pueden con las uñas producir pequeñas lesiones. Y si esa lentilla está infectada y no se limpia correctamente, o no se usan los líquidos adecuados, pues va a producir que, al estar en contacto con esa erosión, se produzca una infección. Suelen ser infecciones bastante peligrosas, porque estos bichitos son muy agresivos», advierte Touriño.

Otras infecciones frecuentemente asociadas al uso de lentillas y, en particular, a su manipulación incorrecta, son aquellas producidas por parásitos. «Esas sí son infecciones graves que a veces se pueden curar pero dejan unas cicatrices. Es como si el cristal de tu coche lo rayas. No vas a ver bien, necesitas un trasplante de córnea», subraya Touriño.

¿Qué hago si las lentillas me causan una reacción?

Ante todo, debes suspender el uso de las lentillas ante el primer signo de irritación o molestia. El problema podría desaparecer en cuestión de unos días. En ese caso, puedes retomar el uso, pero se aconseja descartar las lentillas anteriores y utilizar un nuevo par.

Lo mejor, remarca Touriño, es ir inmediatamente al médico. No esperar. «Hay que acudir rápidamente al oftalmólogo. No demorarse. Muchas veces decimos: "Creo que tengo algo en el ojo, me molesta la lentilla, pero voy a esperar". No. No se puede demorar la consulta. Y siempre, cuando acudas a urgencias, tienes que llevar las lentillas, el estuche y el líquido. Porque nosotros cultivamos todo», indica la especialista.

Buenas prácticas para usuarios de lentillas

Dado que los problemas que pueden causar las lentillas suelen darse por una manipulación incorrecta de ellas, hay dos cosas que son fundamentales para prevenir enfermedades y dolencias: colocar y quitar las lentillas de forma correcta y manipularlas con extremo cuidado e higiene. Esto supone ciertas medidas de seguridad. «Hay que limpiar los estuches. Cuando se usan lentillas mensuales o anuales, si no las limpias con productos adecuados y si no tienes una higiene determinada, lavándote las manos antes de ponerte las lentillas, puedes tener problemas. No hay que bañarse con las lentillas puestas, porque el agua del grifo tiene parásitos y bacterias. Tampoco nos debemos bañar en las piscinas o en el mar con ellas, porque hay microorganismos ahí. Basta que tengas una pequeña heridita para que entren. Porque el epitelio de la córnea actúa como escudo, pero si está alterado, ya entran los microorganismos por ahí y se producen infecciones», advierte Touriño.

Claves para la manipulación de la lentilla:

  1. Lavarse las manos
  2. Utilizar líquidos adecuados
  3. Sacar correctamente la lentilla
  4. No usarlas más de 8 horas diarias. Sacarlas a lo largo del día para que el ojo descanse.
  5. No dormir ni bañarse con las lentillas puestas
  6. Usa lentillas de uso diario, que evitan la utilización de líquido y que ese líquido se pueda contaminar.

¿Cuánto tiempo podemos llevar las lentillas durante el día?

«Lo mejor es no usarlas más de 8 horas y evitar el uso de las lentillas cuando trabajamos con dispositivos. No usarla delante del ordenador. Porque como parpadeamos poco, el ojo se seca, y la lágrima es un sistema de defensa. Si vas a estar mucho tiempo con el ordenador, mejor con gafas. Si voy a trabajar uso las gafas. Si voy a salir, me pongo las lentillas. También para hacer deporte, siempre que no sea un deporte acuático. Es verdad que hay gente que tiene que usarlas, imagínate, por ejemplo un surfista. En esos casos, se aconsejan las lentillas de uso diario, para usarlas y luego tirarlas y no tener que usar líquidos y así no contaminarlas», indica la experta.

Cabe señalar que, según los expertos, el riesgo de desarrollar problemas oculares se multiplica por cinco cuando llevamos lentes de uso prolongado frente a las de cambio diario. Sobre todo, las infecciones bacterianas de la superficie ocular son más frecuentes cuanto más tiempo llevemos la misma lente. Por eso se suele recomendar la utilización de estas lentes que se reemplazan cada día.

Luego, todo dependerá de las necesidades y circunstancias del usuario. «La gente mayor puede usar lentillas siempre y cuando las manipule bien. Una señora de 90 años, si nunca puso una lentilla, con sus dedos artrósicos tiene más papeletas de que no se las ponga bien y que se haga daño. Hay que ver las circunstancias de cada persona», explica Touriño.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.