Alergia: ¿qué tipos hay? ¿cuáles son sus síntomas?

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

La Voz de la Salud

Te contamos cómo diferenciarla de un resfriado o el coronavirus, así como algunos remedios caseros para hacerle frente

23 mar 2022 . Actualizado a las 16:54 h.

Nos encontramos en los primeros días de la primavera y hay a quien ya le acompaña el picor de garganta, estornudos, moco y una sensación de malestar general. Podría parecer que sufrimos covid, pero en realidad, es alergia. Pero ojo, algunas veces pensamos que es polen lo que nos provoca síntomas y en realidad, es a los ácaros, que están presentes durante todo el año. 

¿Qué es la alergia? Una reacción de defensa del organismo contra sustancias externas que penetran en él. Ángela Meijide, alergóloga de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), explica que existen cuatro tipos: «Todo el mundo cuando hablamos de alergia, piensa en las respiratorias, la típica al polen o a los ácaros. Pero hay que saber que también existe la alergia alimentaria y a veces incluso está relacionada con la alergia a estos pólenes. Luego ya tenemos otras más específicas de la edad adulta que suelen ser a los medicamentos, o a las avispas y abejas». 

«Las personas pueden hacerse alérgicas a muchas de las cosas que nos rodean, pero un requisito importante es que su organismo lo reconozca como una molécula extraña, es decir, que no forme parte de su cuerpo. Las sustancias, por otra parte inocuas, que causan alergia se llaman alérgenos. Ejemplos serían las proteínas de los pólenes, los ácaros, animales, alimentos, veneno de insectos, etcétera», añade el doctor David Baquero, miembro de la SEAIC. 

¿Qué sucede en nuestro cuerpo cuando sufrimos una alergia? «Los alérgenos deben ser capaces de estimular el sistema inmunitario para que genere unos anticuerpos especiales (IgE). Una vez que se han formado estos anticuerpos, el alérgeno, en un nuevo contacto con el organismo, se unirá a ellos y ambos iniciarán una enérgica reacción alérgica orquestada por células y moléculas del sistema inmunitario. Por lo tanto, una sustancia es un alérgeno en tanto que sea capaz de crear una respuesta del sistema inmunitario contra él. La respuesta del organismo a un alérgeno es compleja y está influida por múltiples factores, como la susceptibilidad propia de la persona a ser alérgica (la genética), el ambiente que le rodea y las características propias de la sustancia (el alérgeno)».

Este contacto del organismo con los alérgenos puede ser por diferentes vías. Baquero enumera la vía inhalatoria, como los pólenes; por vía digestiva, en el caso de los alimentos; cutánea, como el contacto con los guantes de látex; o a través de una inyección, como la picadura de las avispas.

Síntomas de cada tipo de alergia

Dependiendo del tipo de alergia también hablaríamos de diferentes tipos de síntomas. «En las respiratorias vamos a tener tanto estornudos, como picor de nariz y ojos. En la alimentaria, si existe ingesta de alimento implicado va a existir picor en la boca, ronchas, e incluso reacciones más graves como una anafilaxia. La alergia a las abejas y avispas van desde reacciones locales hasta urticarias y shocks anafilácticos que pueden llegar ser fatales y llevarse la vida del paciente. Si es a un medicamento, las más típicas son solo lesiones en la piel como sarpullido o ronchas», resume Meijide. 

Si nos centramos en la alergia alimentaria, Baquero indica que «los síntomas principales son el purito faríngeo (molestia en la garganta), la mucosidad nasal, habones (ronchas) generalizados, dolor abdominal, deposición diarreica, en algunos casos dificultad respiratoria o síntomas cardiovasculares como bajada de tensión arterial, mareo o pérdida de conocimiento. Incluso se pueden presentar dos o más de los síntomas anteriores y es en dicho caso cuando hablamos de anafilaxia o shock anafiláctico si hay afectación del sistema cardiovascular». 

La sintomatología que se presenta en la alergia a medicamentos e insectos himenópteros como abejas o avispas «son similares a los producidos por una alergia alimentaria», señala Baquero. «Además, los medicamentos pueden producir reacciones tardías que se caracterizan por presentar únicamente lesiones cutáneas generalizadas que aparecen a los días de estar tomando el medicamento o inclusive después de suspender la medicación», añade.  

Cómo distinguir la alergia de un catarro o coronavirus

Teniendo en cuenta la sintomatología alérgica, podríamos considerarla muy similar a la producida por cuadros infecciosos virales como un catarro o resfriado. ¿Cómo diferenciarlos? La diferencia principal está en el tipo de síntomas y su curso en el tiempo. «La alergia sobre todo lo que predomina es el picor y estornudo», afirma Meijide. Según apuntan desde la SEAIC, los síntomas de la rinitis alérgica son fundamentalmente picor nasal, asociado a picor de ojos, estornudos repetidos y congestión nasal de instrucción más o menos brusca. En cambio las señales de que es alergia, sobre todo si es debida a pólenes, es que los síntomas se recrudecerán cuando el paciente esté al aire libre y mejorarán en sitios cerrados. Además, los síntomas de rinitis alérgica suelen remitir con cierta rapidez tras la toma de antihistamínicos.

Si por el contrario se trata de un catarro, los síntomas pueden iniciarse como los de una rinitis, con congestión nasal, agüilla nasal, y en ocasiones, estornudos. En general, estos van aumentando en intensidad en un espacio de tiempo de uno a tres días y el moco evoluciona de espeso a verdoso-amarillento. No obstante, este cuadro sintomático se va resolviendo en un plazo de uno a tres días y el moco evoluciona a espeso, verdoso o amarillento. Los síntomas quedarían resueltos en menos de seis o siete días. 

También se podría confundir con los síntomas de coronavirus, sobre todo con la variante ómicron. «En el caso de que se trate de covid las manifestaciones serían: fiebre de moderada a intensa, malestar general y abatimiento, tos habitualmente seca, y puede asociase con flemas y dificultad para respirar. Los síntomas son progresivos, y desde el inicio de su presentación ya suele asociar la sensación de malestar general, como cuando empezamos con una gripe», aclara Baquero. «Sobre todo ahora con las nuevas variantes lo que estamos viendo es tos seca, leve picor de garganta y no es frecuente el estornudo, que sí es característico de la alergia», amplía Meijide. 

Las alergias respiratorias

Muchas veces pensamos que los síntomas son por el polen, cuando pueden tener otro rigen: «Hay que dejar claro que aquí la alergia respiratoria más frecuente es a los ácaros del polvo, que viven en ambientes húmedos y de costa. Los tenemos todo el año y sobre todo en nuestra casa, en la habitación, y más concreto, en la cama», recalca Meijide. 

En cada área geográfica hay un tipo de polen predominante. «En invierno son las cupresáceas, pero se encuentran en el centro de España. Es cierto que en el interior de Galicia tenemos el polen de aliso, un familiar del abedul, que sus síntomas sí se pueden empezar a notar en febrero. En la costa de Galicia, la parietaria, que es familiar de la ortiga y que también puede empezar a notarse», apunta Meijide. Sin embargo, lo normal es que los síntomas de ambas comiencen ahora, en marzo, «mientras que la gramínea, que es polen por antonomasia en toda la Península, estaría más concentrado en los meses de mayo, junio y julio», aclara. 

De esta forma, cada estación trae consigo la polinización de diferentes árboles o plantas. En el caso de las gramíneas y el olivo, causantes de la alergia de un gran número de personas en toda España, lo hacen en primavera. Si bien en invierno, es decir, de diciembre a marzo, polinizan principalmente la familia de las cupresáceas, como cipreses o arizónicas. «Estas producen síntomas intensos de rinoconjuntivitis como picor ocular, nasal, estornudos, mucosidad nasal, y en algunos casos clínica asmática como puede ser tos y dificultad respiratoria», comenta el alergólogo. 

Tratamientos y remedios caseros contra la alergia 

El tratamiento contra la alergia depende, obviamente, del alérgeno que la produzca y de los síntomas que manifieste el paciente. Antihistamínicos y corticoides, con diferente aplicación o formulación, suelen ser a lo que más se recurre tanto en las alergias por alimentos, medicamentos o una picadura de un insecto. 

Si nos centramos en las alergias respiratorias, en el caso de presentar síntomas asmáticos «se prescribirán inhaladores y además se puede utilizar inmunoterapia alérgeno específica, que es lo único que puede revertir completamente la enfermedad», considera Baquero.  

De manera paradójica, la pandemia pudo haber beneficiado a las personas que sufren alergia ambiental. Así lo explica Meijide: «Lo que hemos visto desde inicios del 2020, aunque era una recomendación que los alergólogos ya se la hacíamos a nuestros pacientes, que llevaran mascarilla en los ambientes en los que había más polen, ninguno lo hacía por el estigma que tenía la mascarilla, ahora gracias a que no existe ese estigma muchos pacientes han mejorado mucho simplemente con la utilización de la misma». También ayuda el uso de aplicaciones móviles que se nutren de la web del comité de aerobiología de la SEAIC, filtros antipolen en el coche o los purificadores de aire para interiores. 

El alergólogo apunta a otros consejos como la ventilación del hogar: «No ventilar las casas entre las 12.00 y las 17.00 horas porque son las horas con mayor cantidad de pólenes en la atmósfera, debido al aumento de luz temperatura». Recomienda de la misma forma el uso de gafas de sol y evitar las salidas al exterior. 

«Siempre destacamos que es importante acudir a un alergólogo porque hay opción de inmunoterapia, es decir, la llamada vacuna de la alergia, que funciona muy bien y a la mayor parte de los pacientes le mitigan e incluso les llega prácticamente a resolver sus síntomas. Los estudios dicen que los pacientes con un buen perfil, la efectividad de las vacunas de alergia pueden ser de hasta un 80 %», recalca Meijide. 

Consejos para aliviar los síntomas de la alergia al polen

  • Llevar mascarilla en el exterior
  • Usar una aplicación móvil que nutre de la web del comité de aerobiología de la SEAIC
  • Filtros antipolen en el coche
  • Purificadores de aire para interiores
  • No ventir las casas entre las 12.00 y las 17.00 horas
  • Usar gafas de sol
  • Si nos encontramos mal, evitar salir al exterior

El estrés puede empeorar los síntomas de la alergia

Dependiendo del tipo de alergia que se sufra, los factores psicosociales pueden influir en el cuadro sintomático que presente el paciente. «En una alergia alimentaria o en patologías como una dermatitis atópica, el estrés puede empeorar los síntomas. Al igual que un mal control del asma si es que se padece», apunta Meijide. 

Aunque resulta paradójico, hacer deporte, una práctica esencial para mantenernos sanos, puede empeorar los síntomas de una alergia. Según indican desde la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex , la alergia alimentaria activada por el deporte fue descrita por primera vez en el 1979 al estudiar un corredor de fondo que sufría reacciones anafilácticas recurrentes, de intensidad variable, al practicar ejercicio tras la ingestión de mariscos. Las personas que experimentan este tipo de reacción lo hacen después de ingerir un alimento específico poco antes de practicar deporte. O a la inversa, cuando el alimento se ingiere justo después del ejercicio. Así como este avanza y la temperatura corporal aumenta, aparecen picores, mareos, urticaria e hinchazón pudiendo llegar a provocar anafilaxia. 

«Hay que tener en cuenta que hay factores que disminuyen el umbral de tolerancia de los mastocitos (células que contiene en el interior histamina que es una sustancia implicada en las reacciones alérgicas) como puede ser el estrés, la toma de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), el ejercicio físico, la menstruación en mujeres, las infecciones virales o bacterianas, entre otros», concluye Baquero. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.