Reino Unido lanza una alerta sobre los «embarazos Ozempic»: ¿puede una inyección para perder peso mejorar la fertilidad?

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Imagen de archivo de una embarazada.
Imagen de archivo de una embarazada.

La entidad británica que regula los medicamentos ha registrado más de 40 informes de gestaciones en mujeres que utilizaban medicamentos como Ozempic, Mounjaro o Wegovy

06 jun 2025 . Actualizado a las 13:28 h.

La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido (MHRA) han emitido alertas sobre la necesidad de utilizar anticonceptivos eficaces si se está bajo tratamiento con inyecciones para perder peso, especialmente en el caso de medicamentos como Ozempic (semaglutida), Mounjaro, Wegovy o Saxenda. La entidad británica ha registrado más de 40 informes de embarazos en mujeres que usaban estos tratamientos y ha advertido que no se deben emplear durante el embarazo, la lactancia ni cuando se intenta concebir.

No es la primera vez que estos fármacos, conocidos a nivel médico como análogos del receptor del GLP-1, están bajo la lupa por su interacción con los anticonceptivos. Las inyecciones se han relacionado con un incremento en la fertilidad y han aumentado los casos documentados de embarazos en pacientes que las reciben incluso a pesar de usar anticonceptivos. Ahora, la MHRA advierte acerca del uso de Ozempic en el embarazo, ya que «no existen suficientes datos de seguridad para determinar si tomar el medicamento podría causar daño al bebé» e indica que los métodos anticonceptivos eficaces incluyen la píldora oral, los implantes anticonceptivos, el DIU y los preservativos.

La directora de seguridad de la MHRA, Alison Cave, explica que «las inyecciones para bajar de peso son medicamentos autorizados para tratar afecciones médicas específicas y no deben utilizarse como tratamientos estéticos o cosméticos. No son una solución rápida para perder peso y no se ha evaluado su seguridad cuando se utilizan de esta manera».

Efectos más allá de la diabetes

En España, la semaglutida está aprobada desde el 2018 como tratamiento de segunda línea para pacientes con diabetes tipo 2. Pertenece a la familia de los agonistas del receptor GLP-1, compuestos que simulan la acción de una hormona intestinal implicada en la regulación del apetito y la insulina. Con este principio activo, consigue efectos claros en la reducción del hambre, lo que conlleva una pérdida de peso significativa y una mejora en la calidad de vida de estos pacientes.

Pero, con el paso del tiempo, se han ido descubriendo otros posibles efectos de esta medicación. La más reciente es el aumento en las probabilidades de embarazo en mujeres que han comenzado un tratamiento con semaglutida. El fenómeno comenzó con testimonios de algunas pacientes, que se popularizaron rápidamente en redes sociales. Tal es el caso de la usuaria de TikTok @dkalsoliv. «Estoy en tratamiento con semaglutida, también conocido como Ozempic y me he quedado embarazada», expuso en un vídeo en el 2024.

Embarazos inesperados

Una de las principales teorías que intentan explicar el aumento de embarazos en pacientes que utilizan medicamentos agonistas del GLP-1 es la idea de que estos fármacos podrían interferir con los anticonceptivos, reduciendo su efectividad. Sin embargo, según la ficha técnica de la semaglutida y la opinión de diversos expertos, no existe evidencia sólida de que interfiera con la eficacia de los anticonceptivos orales.

El doctor Alfonso Vidal, portavoz de la Sociedade Galega de Endocrinoloxía e Nutrición (SGENM), lo resume así: «La interferencia con los anticonceptivos orales podemos descartarla. Está bien descrito en la ficha técnica. Los ensayos clínicos permiten afirmar con bastante seguridad que no hay interacción». Una opinión respaldada también por la farmacóloga María José García Barrado, quien subraya que no se han observado interacciones relevantes entre la semaglutida y los anticonceptivos en los estudios realizados.

Otra hipótesis es que este efecto es simplemente secundario a la pérdida de peso que se experimenta con la medicación. Hay que tener en cuenta que la obesidad afecta negativamente a la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres. La pérdida de peso significativa, en cambio, mejora la función ovulatoria, la calidad espermática y, en general, la probabilidad de concepción.

«Sabemos que las personas con obesidad tienen problemas de fertilidad y que estos mejoran ante pérdidas de peso significativas», explica Vidal. La endocrinóloga Ana Sánchez Bao coincide: «Sabemos de siempre en medicina que perder peso ayuda a mejorar la fertilidad». Por tanto, existe una relación directa entre obesidad e infertilidad. Al mejorar la primera condición, lo hará también la segunda. «Es lógico que personas con obesidad que usen GLP-1 mejoren su fertilidad», asegura.

Por otro lado, es conocido el hecho de que fármacos como la semaglutida tienen efectos beneficiosos en el síndrome de ovario poliquístico (SOP), que es una de las principales causas de la infertilidad en mujeres. Este trastorno endocrino está estrechamente vinculado a la resistencia a la insulina, una condición que la semaglutida, al igual que otros antidiabéticos como la metformina, puede mejorar.

«Ozempic también permite que los pacientes pierdan grasa, lo cual provoca mejorías en la función ovulatoria y hormonal y en ese eje cerebro (donde se produce la hipófisis) y las gónadas. Al tener efectos concretos sobre la resistencia a la insulina, que es una situación metabólica que ocurre normalmente en el ovario poliquístico, también mejora la ovulación. En resumen, resultará más fácil que una mujer se quede embarazada. Insisto, en absoluto va a servir como un tratamiento para personas infértiles, pero sí puede contribuir a regular esa parte hormonal (hipófisis-gónadas)», detalla Sánchez Bao. Aunque todavía no se ha demostrado si la semaglutida tiene un efecto directo sobre la fertilidad más allá de la pérdida de peso o la mejora del SOP, los expertos coinciden en que es un campo abierto a futuras investigaciones.

La evidencia científica

La aparición de embarazos no planificados durante tratamientos con semaglutida ha generado inquietudes legítimas, pero también una sobredosis de alarmismo en redes sociales. No hay evidencia concluyente que indique que el medicamento disminuya la eficacia de la píldora anticonceptiva, aunque sí se recomienda evitarlo en mujeres embarazadas o en aquellas que estén buscando una gestación, debido a la falta de datos sobre su seguridad en estos casos. Cabe señalar que estos fármacos se han lanzado de manera reciente y será necesario más tiempo para conocer todos sus efectos a largo plazo.

Tanto Ozempic como Rybelsus, cuyo principio activo es la semaglutida, son fármacos desarrollados por la farmacéutica danesa Novo Nordisk. En la ficha técnica de Ozempic remitida por el laboratorio a las distintas sociedades médicas, existe un apartado sobre los efectos secundarios de este medicamento produce sobre la fertilidad humana: «Se desconoce el efecto de semaglutida sobre la fertilidad en los seres humanos».

Del mismo modo, en esta información remitida por el laboratorio, se detallan las interacciones con otros medicamentos de la semaglutida y existe una referencia explícita a los anticonceptivos orales. «No se prevé que semaglutida disminuya el efecto de los anticonceptivos orales», se expone en la ficha técnica. Es más, el laboratorio «recomienda que las mujeres en edad fértil utilicen métodos anticonceptivos durante el tratamiento con semaglutida». Por tanto, no existe evidencia científica que nos haga creer que la píldora funciona peor cuando un paciente se está tratando con semaglutida.

Lo que sí parece claro es que, al mejorar ciertas condiciones metabólicas asociadas con la infertilidad, como la obesidad, resistencia a la insulina o SOP, Ozempic podría facilitar esa búsqueda del embarazo. Pero, como señala la doctora Sánchez Bao, no es ni será un tratamiento para la infertilidad.

La historia de la semaglutida es, en muchos aspectos, la historia de la ciencia moderna: una molécula desarrollada con un propósito específico que acaba teniendo implicaciones en áreas que sus propios creadores no imaginaron. Con cada nuevo estudio, cada nuevo testimonio, se van aclarando más piezas de este rompecabezas farmacológico. Por ahora, la única certeza es que estamos ante un medicamento potente, útil y revolucionario, pero cuya influencia en el cuerpo humano aún está lejos de ser completamente comprendida.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.