Acostarse del lado derecho duplica la velocidad de absorción de los medicamentos orales

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Un estudio de la Universidad Johns Hopkin demostró que las diferentes posturas afectan a la rapidez de disolución y absorción de las pastillas
Un estudio de la Universidad Johns Hopkin demostró que las diferentes posturas afectan a la rapidez de disolución y absorción de las pastillas LA VOZ DE LA SALUD | ISTOCK

Un estudio de la Universidad Johns Hopkins demostró que las diferentes posturas afectan a la rapidez de disolución y absorción de las pastillas

25 ago 2022 . Actualizado a las 14:18 h.

¿Te duele la cabeza?, ¿El estómago?, ¿Tienes alergias?, ¿Intolerancias alimentarias?, ¿Problemas para dormir?, ¿Ansiedad o quizás depresión? Para cada uno de estos problemas, existe una solución (o varias) en forma de píldora. La vía oral es la más común cuando se trata de administrar un medicamento y esto se debe a que tomar un fármaco de esta forma trae grandes ventajas. Desde el punto de vista de los pacientes, suele ser más conveniente tomarse una píldora que aplicar una crema, inyectarse o introducir supositorios. Al mismo tiempo, la vía oral permite administrar el tratamiento de manera segura, a un bajo coste y con gran eficacia. Por estas razones, las investigaciones para la sintetización y el desarrollo de fármacos para tomar por vía oral están en constante crecimiento.

Pero administrar un medicamento por vía oral es algo más complejo de lo que podría parecer a simple vista. En efecto, la velocidad de absorción viene determinada con frecuencia por la velocidad de disolución de la píldora en el estómago, algo difícil de medir. Entre otras cosas, porque la velocidad a la que el cuerpo recibe y absorbe el medicamento es variable. 

Las formulaciones orales, bajo la acción del jugo gástrico, liberan al fármaco del vehículo farmacéutico (por ejemplo, una píldora) exponiéndolo a las vellosidades intestinales para su absorción en el intestino delgado. Una vez en el torrente sanguíneo, el fármaco se distribuye, metaboliza y elimina. Este proceso se conoce bajo el acrónico Ladme (liberación, absorción, distribución, metabolización, eliminación) y ocurre en forma simultánea hasta que se agota el fármaco disponible. La liberación y la absorción, que son partes clave en este proceso, comienzan con el paso del fármaco del estómago al primer tramo del intestino (duodeno).

No todas las personas responden a los mismos tratamientos de la misma forma y, en cierta medida, esto es debido a algo que no solemos tener en cuenta, porque hasta ahora no formaba parte de las indicaciones para tomar una medicación: la postura corporal al ingerir y digerir una píldora. Eso está a punto de cambiar gracias a una investigación de la Universidad Johns Hopkins que se ha publicado recientemente en la revista Physics of fluids.

«El ritmo de disolución y vaciamiento gástrico del ingrediente farmacológico activo al duodeno está regulado por la motilidad gástrica, las propiedades físicas de la píldora y los contenidos del estómago», explica el estudio, «pero los procedimientos actuales para evaluar la disolución oral de las drogas son limitados en su capacidad de replicar ese proceso». Esto, señalan los expertos, es particularmente relevante si hablamos de enfermedades como la gastroparesis, que alteran la anatomía y la fisiología del estómago.

Por esta razón, los investigadores a cargo del estudio han realizado un modelo biomimético in silico, que proporciona una simulación realista de la anatomía y la morfología del estómago humano y permite recrear la disolución de los medicamentos en él. ¿El objetivo? Medir los efectos de la postura corporal en la motilidad del estómago y, por consiguiente, en la biodisponibilidad de los fármacos.

 El concepto de biodisponibilidad comprende tanto la cantidad de ingrediente activo (en sí o como precursor del verdadero fármaco) disponible sistémicamente, como la velocidad a la cual se presenta en la circulación sanguínea una vez cumplida la etapa de absorción desde la forma farmacéutica que lo contenía.

«En nuestro modelo de estómago, nos enfocamos en la disolución, mezcla y vaciamiento que están dados por las contracciones antrales asociadas a un estómago lleno», explica el estudio. Para la píldora, se optó por un modelo de ácido salicílico. «Como la densidad de la píldora es mayor a la del medio fluido en el que está, se asienta en la pared estomacal debido a la gravedad. A medida que se disuelve, la sustancia es transportada por el movimiento gástrico que se produce con las contracciones antrales. La coordinación entre las contracciones y la apertura y el cierre del píloro (un esfínter en la parte baja del estómago que lo conecta con el duodeno) resulta en la liberación pulsátil de los contenidos del estómago, incluido el fármaco, al duodeno», detalla la investigación.

Para evaluar los efectos de la posición corporal en la biodisponibilidad del fármaco, los científicos compararon cuatro posturas diferentes: recostado boca arriba, recostado sobre el lado izquierdo, recostado sobre el lado derecho y en posición vertical. «Como la píldora es más densa que el medio en el que se disuelve, los cambios de la dirección en la fuerza gravitacional afectarán significativamente a su movimiento y, por lo tanto, a la velocidad de disolución de la píldora y la liberación del fármaco», postula el estudio.

Los resultados son claros: «Las simulaciones muestran que los cambios en la postura pueden tener un efecto significativo (de hasta un 83 %) en la velocidad de vaciamiento de los compuestos activos en el duodeno», explica el estudio. «Nos sorprendió mucho que la postura tuviera un efecto tan importante en la velocidad de disolución de una píldora», dijo Rajat Mittal, uno de los autores principales de la investigación.

«La administración oral es sorprendentemente compleja a pesar de ser la opción más común para la administración de fármacos. Cuando la píldora llega al estómago, el movimiento de las paredes del estómago y el flujo del contenido en el interior determinan la velocidad a la que se disuelve. Las propiedades de la píldora y el contenido del estómago también juegan un papel importante», observó Mittal.

La mejor postura corporal para absorber un medicamento

A través de la simulación, a la que denominaron StomachSim, los investigadores descubrieron que, cuando nos acostamos apoyados sobre el lado izquierdo del cuerpo, la salida del estómago se ubica en un punto más elevado. Esto hace que se reduzca la velocidad de salida de la droga, mientras que apoyarse sobre el lado derecho duplica la concentración de la misma. Descansar en posición horizontal sobre el lado derecho fue incluso más eficaz que estar de pie. Entonces, lo mejor es acostarse del lado derecho si lo que buscamos es absorber rápidamente y de forma eficiente un fármaco.

El motivo por el que esta postura es tan favorecedora para la absorción de los fármacos es que, sumada a la gravedad que actúa decantando la píldora, logra enviar la pastilla a la parte más profunda del estómago, alcanzando una tasa de disolución 2,3 veces más rápida que incluso en una postura erguida. Así, si una pastilla tarda 10 minutos en disolverse cuando nos acostamos sobre el lado derecho, podría tardar 23 minutos en disolverse en una postura erguida y más de 100 minutos apoyándonos en el lado izquierdo. «Nuestros resultados muestran que la liberación del contenido gástrico y la biodisponibilidad de los fármacos se maximizan cuando la dirección de la gravedad está alineada con el antro (parte inferior del estómago) y el píloro», concluye el estudio.

Otros factores que afectan a la absorción

Cabe señalar que la absorción de un medicamento que tomamos por vía oral también puede estar limitada por otras causas. Muchos medicamentos interactúan entre sí, por ejemplo. Otra circunstancia que modifica la capacidad del cuerpo de absorber un medicamento es el embarazo, en el que típicamente se registra un ligero retraso en la absorción de estos fármacos, según detalla la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. En el mismo sentido, la enfermedad hepática, en especial la cirrosis hepática con descompensaciones, condiciona modificaciones en el metabolismo de los fármacos y en la excreción biliar, y afecta a la absorción, distribución y eliminación renal. En los niños, los cambios fisiológicos que ocurren durante el desarrollo y crecimiento también pueden alterar la rapidez de absorción de un medicamento. 

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.