Sumisión química: «Que sea negativo un análisis toxicológico no excluye que se haya suministrado una sustancia»

EL BOTIQUÍN

Entre los signos que puede presentar una víctima de sumisión química se encuentran la somnolencia, la dificultad de movimiento, visión borrosa o dificultades para recordar qué ha sucedido
30 jul 2022 . Actualizado a las 17:20 h.En los últimos días, los Mossos d'Esquadra han recibido varias denuncias por sumisión química mediante pinchazos en zonas de ocio. Aunque estos quieren ser «muy rigurosos» para no crear un «clima de terror» sobre este tipo de prácticas, lo cierto es que según los datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) recopilados en los últimos cinco años, el organismo estima que el 33 % de las agresiones sexuales —es decir, una de cada tres—, son cometidas con la víctima bajo sumisión química. Pero, ¿qué es?, ¿cuáles son los síntomas que presenta una persona damnificada por esta práctica?
«La sumisión química es un proceso por el cual, a través de la administración de un agente químico, se puede producir la incapacidad de una persona para actuar ante determinadas situaciones. Y que, si estuviera en condiciones normales, podría hacer sin problemas. Es decir, la incapacita para tener una respuesta ante una agresión o robo», explica Manuel López-Rivadulla, miembro del servicio de toxicología forense de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).
Aunque se trata de un fenómeno que muchas veces acaba en una agresión sexual, el toxicólogo precisa que «también hay casos de sumisión en guarderías o centros de mayores, donde a esas personas se las puede sedar para que no 'incomoden', por decirlo de alguna manera».
Según cómo se produce la ingesta de la sustancia se podría hablar de diferentes tipos de sumisión química:
- La sumisión química proactiva sería la intoxicación deliberada mediante la administración de una o varias sustancias con o sin alcohol por parte del atacante y de manera encubierta a la víctima.
- La sumisión química oportunista sería la ingesta por parte de la víctima de una cantidad de sustancias con o sin alcohol que provoquen un estado de intoxicación suficiente que es aprovechada por el asaltante. «Aquí el agresor se aprovecha de que la víctima ha tomado voluntariamente esa sustancia y ve que la exposición a esas sustancias constituye un proceso incapacitante que le permite abusar de ella o robarla», asegura López-Rivadulla.
- En la sumisión química mixta confluyen la ingesta voluntaria de sustancias con o sin alcohol por parte de la víctima con, además, administración encubierta también por parte del asaltante.
Entre la larga lista de sustancias que pueden producir sumisión química nos encontramos con bebidas alcohólicas, medicamentos que suelen ser utilizados para la ansiedad o facilitar el sueño, y drogas.
¿Cómo afecta la sumisión química a la víctima? «Normalmente las sustancias utilizadas son sustancias depresoras, que sumadas al alcohol, el efecto depresor del sistema nervioso central es muy fuerte. Esa somnolencia y ese aturdimiento están supeditados al tipo de sustancias que se hayan administrado o a las que se ha estado expuesto. Provocan una depresión importante en el sistema nervioso central y por lo tanto las víctimas están como somnolientas, incapacitadas. Ese es el síntoma, digamos, más característico», responde el toxicólogo.
Posibles síntomas de sumisión química:
- Somnolencia
- Dificultad de movimiento
- Visión borrosa
- Náuseas, vómitos, dolor de cabeza
- Dificultades para recordar lo que ha sucedido
- Alteraciones cognitivas
Lo primero que se debe hacer si se presentan este tipo de signos es pedir ayuda inmediata. «Se debe acudir a un hospital, donde se llevará a cabo una exploración a la víctima. Se toman muestras biológicas para saber si se ha suministrado alguna sustancia, para ver si la han violado, si tiene algún problema relacionado con enfermedades de transmisión sexual y recogen unas muestras para el análisis toxicológico que en un principio es el que puede demostrar la presencia o no de esa sustancia», comenta. «Pero si se tarda, la sustancia puede desaparecer», alerta López-Rivadulla.
«Una regla de oro de la sumisión química es que el hecho de que un análisis toxicológico de negativo no excluye que se haya suministrado una sustancia a la víctima o que no haya existido una sustancia implicada en el caso de sumisión», asegura el experto. Y recalca: «El protocolo de actuación está presente en todos los hospitales, tanto de Galicia como de España».
Tal como apunta ese mismo protocolo, con el fin de asegurar pruebas y constatación de posibles lesiones, el médico forense intervendrá conjuntamente con el especialista del sistema de salud, informando convenientemente a la víctima de la idoneidad del reconocimiento médico-legal y de la recogida de muestras para estudio biológico y/o toxicológico, obteniendo su consentimiento. Esta intervención se expone que se realizará sin demora y no estará condicionada a la existencia de una denuncia previa. Es decir, aunque lo ideal sería que la víctima traslade una denuncia de lo sucedido a la policía, a ella le asiste el derecho de no hacerlo de forma inmediata, sino transcurrido un tiempo —incluso años— tras producirse.
Debido a la posibilidad de que las víctimas no recuerden lo ocurrido o las dificultades para detectar las sustancias implicadas debido al corto período de tiempo que pueden llegar a estar en el cuerpo, resulta difícil conocer el número real de casos existentes.
Partiendo de la base de que la persona que sufre sumisión es víctima de esa situación y nunca culpable, las autoridades dan una serie de recomendaciones para evitarla en contextos en los que resultan más frecuentes, como en el ocio nocturno. Entre ellas, no abusar de bebidas alcohólicas, vigilar lo que se bebe o se come, prestar atención mientras se sirven las comidas y bebidas, no dejar estas abandonadas y desconfiar si se ofrecen ambas sin que se haya pedido. Si la administración de las sustancias es mediante una aguja, alarmarse al sentir ese pinchazo y pedir ayuda lo antes posible.