Isabel Navarro, enfermera en el epicentro del fuego: «El domingo entré a las tres de la tarde y salí a las ocho de la mañana del PAC»

Lois Balado Tomé
Lois Balado LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Isabel Navarro trabaja como enfermera en el PAC de O Barco de Valdeorras.
Isabel Navarro trabaja como enfermera en el PAC de O Barco de Valdeorras. La Voz de la Salud

Las Urgencias del PAC de la zona (O Barco de Valdeorra) estuvieron cerca de triplicar su ocupación habitual por las consecuencias en la salud provocadas por los incendios de la comarca

20 jul 2022 . Actualizado a las 15:52 h.

Isabel Navarro vive en primera persona la crisis de incendios en Valdeorras. Lo hace en primer persona del singular, ya que ella es la coordinadora del servicio de enfermería del área de Valdeorras; lo hace también en primera persona del plural, ya que su marido es bombero y trabaja estos días en las tareas de extinción de Viana do Bolo, otra de las poblaciones ourensanas afectadas por las llamas. Son días de jornadas maratonianas para ambos. «Llevamos sin vernos desde el sábado. Es horrible», dice fatigada. Hay razones para el cansancio. La media de pacientes atendidos en el PAC (Punto de Atención Continuada) de Valdeorras durante el verano es de 54 personas. El domingo llegaron a ser 122 los pacientes que se acercaron por algún tipo de problema, muchos de ellos relacionados con los incendios. 

La zona de Valdeorras cuenta con un único PAC, situado en el propio Hospital Comarcal de Valdeorras (O Barco). El resto de atención primaria se reparte entre los distintos centros sanitarios de la zona, que también están notando los efectos del fuego. «Los puntos más afectados están siendo O Barco, Rubiá y Sobradelo. Ayer [por el lunes], el centro de salud de Sobradelo se quedó sin electricidad y hubo que recurrir a un generador. Son daños también provocados por el incendio», relata.

Pese a que la zona sigue ardiendo, el punto álgido de la crisis en cuanto a atención sanitaria se concentró durante el pasado domingo. «Nos encontramos con que hubo que empezar a desalojar poblaciones. Se nos activó desde el 061 como apoyo a los medios de bomberos y Guardia Civil por si había algún accidente: desde caídas provocadas por las prisas de tener que evacuar a crisis de ansiedad. Nos activaron y estuvimos en el pueblo de Candela (Carballeda de Valdeorras), arriba del todo. Pero tuvimos que regresar al PAC por la alta demanda. Sobre todo, lo que se atendió fueron intoxicaciones por inhalación de humo. Ahora estamos viendo muchas quemaduras, quemaduras que se está provocando la gente por tratar de salvar sus casas», explica, dando constancia del drama que se vive en los concellos del área. Aunque no ha tenido que atender de momento a nadie por una crisis de ansiedad, da constancia del nerviosismo que se vive en las salas de espera y los lugares más afectados. «¿Cómo reaccionaríamos tú y yo si se estuviese quemando toda tu vida?», resume a la perfección Isabel Navarro.

Colapso de Urgencias por las quemaduras de un paciente

La situación más complicada en el hospital de O Barco se produjo precisamente el domingo. La gravedad de las quemaduras de un paciente colapsó las Urgencias y obligó a derivar a algunos de los usuarios al Punto de Atención Continuada. «Nos fueron derivando pacientes para atenderlos porque Urgencias no daba abasto. Nosotros ya teníamos mucho trabajo, así que la demanda fue muy alta».

Finalmente, hubo que trasladar a la persona afectada por la llamas a A Coruña. «Estuvieron mucho tiempo hasta lograr estabilizarlo antes de poder trasladarlo a otro hospital y el resto de pacientes que estaban esperando para ser valorados por Urgencias tuvieron que esperar bastante tiempo porque todos los medios estaban con esta persona. Se nos pidió que asumiésemos a pacientes de Urgencia que fueron atendidos en el PAC —situado en el propio hospital—, gente que luego acabó ingresada», dice Isabel reviviendo la realidad de las horas más críticas. «El domingo yo entré a trabajar las tres de la tarde y salí a las 8 de la mañana del PAC porque nos tuvimos que quedar para reforzar con la previsión de que pudiese haber un incremento de casos por intoxicaciones». Este lunes fueron 66 las personas atendidas en el centro valdeorrés, todavía por encima de la media.

Tuvo que evacuar a su hijo asmático de la zona por recomendación del pediatra

Por si fuese poco tener una madre en Urgencias y a un padre en primera línea de fuego —literalmente—, la historia de esta familia tiene más ramificaciones. El hijo de ambos tuvo también que dejar O Barco (el lugar donde reside la familia) para irse con sus abuelos a otra provincia. «Lo tuve que llevar con los abuelos a Lugo porque estaba empezando con toses y es asmático. Lo tuve que sacar de Valdeorras porque empezaba a toser, a encontrarse mal, a necesitar más medicación y me lo tuve que llevar. Hablé con el pediatra y me dijo que lo sacase de aquí ante el riesgo de una crisis asmática», comenta Isabel entre paciente y paciente.

La jefa de enfermería acaba de atender a un paciente con una quemadura. «Acabo de atender a un hombre de Éntoma por una quemadura por plástico cuando estaba regando tratando de salvar su casa, tratando de apagar las llamas. Se quemó una pierna y una mano. Fue atendido el domingo en el PAC y ahora ha venido a revisar las curas», relata. Este vecino pudo salvar su propiedad gracias a los refuerzos del personal contra incendios llegado de otros parques de bomberos de la comunidad: «No dejaba de decir que le habían salvado la casa los bomberos de A Coruña. No podía parar de decirle gracias, gracias y gracias. Normal. Los retenes de voluntarios están trabajando como el que más y ayudando muchísimo a la gente, del mismo modo que la UME», asegura. La sanitaria insiste en mostrar su agradecimiento y reconocimiento a la solidaridad de todos aquellos que están trabajando en la zona cero ourensana. Bomberos, pero también sanitarios. «Muchos compañeros de enfermería se ofrecieron para trabajar aún sin estar de servicio para ayudar. Arrimó el hombro todo el mundo. “Si necesitáis ayuda, vamos”. Tanto personal de enfermería como médicos del PAC», dice para poner en valor el trabajo de los profesionales.

Con todo, y pese a la enorme afluencia de personas que, a consecuencia del fuego, se han acercado a las Urgencias a lo largo del fin de semana, la mayoría de los casos han sido de carácter leve. «Ante una intoxicación, mientras sea leve, hay que aplicar oxígeno y realizar analíticas para comprobar hasta qué punto hay afectación. Afortunadamente, las que hemos tenido fueron leves, casos que lograron remontar solo con la aplicación de oxígeno».

Recomendaciones y precauciones ante una emergencia sanitaria por fuego

A la hora de marcar un manual de primeros auxilios, lo primero que remarca Isabel Navarro es la importancia de atender a las indicaciones de los bomberos y de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado: «Son los que están informados». A nivel sanitario, si una persona empieza a padecer síntomas como disnea (sensación de falta de aire) o tos seca y continua que no cesa, se debe acudir inmediatamente a un centro sanitario porque es probable que se haya sufrido una intoxicación por inhalación de humo. 

En caso de haber sufrido una quemadura, se podrá actuar de manera precoz en casa, pero también se deberá recurrir a expertos sanitarios para valorar la gravedad y el alcance de las mismas. «Si sufrimos una quemadura, se debe refrescar la zona aplicando agua y acudir a un centro sanitario para la valoración. Es importante ver si se han quedado restos de tela y comprobar el estado vacunal del paciente porque muchos quemados necesitan vacunación contra el tétanos. Es posible que la persona no tenga el calendario vacunal actualizado. Hay que valorar la profundidad de las quemaduras y la la extensión para aplicar un tratamiento u otro, porque aunque una quemadura pueda ser leve, se puede complicar», recomienda Navarro, que continúa con su jornada con un ojo puesto en el monte.

El 061, siempre vigilante

En las oficinas del 061, el teléfono tampoco para de sonar. Los incendios han disparado las demandas de la población, que han venido a complicar una época que ya estaba siendo difícil por las altísimas temperaturas registradas en los últimos días. «En estos momentos, sobre todo en los últimos diez días, hemos notado un aumento de trabajo terrible porque los efectos de los incendios se han sumado a una situación que ya se había agravado con el calor extremo», analiza Ana Martínez Moraña, Médica Coordinadora de la Central de Coordinación de Urgencias Sanitarias de Galicia 061. 

 ¿Cuáles son los principales problemas con los que se están encontrando los servicios de urgencias al otro lado del teléfono? Principalmente, al igual que en el PAC de Valdeorras, quemaduras, intoxicaciones o efectos provocados por el humo como la irritación. Mientras no llega la ayuda, desde el 061 tratan de acompañar a los afectados por vía telefónica a la vez que completan la historia clínica: «Cuando la gente llama, hacemos muchas preguntas. Todas son importantes. Aunque ya estemos enviando un recurso seguimos haciendo preguntas siempre encaminadas a poder ayudar al paciente de la mejor forma posible».

El seguimiento de la persona en un escenario urgente como el que puede provocar un incendio es importante, según explica Martínez Moraña: «Si vemos que alguien tiene esas dificultades, lo primero que debemos hacer para ayudar es vigilar el nivel de consciencia. Si vemos que disminuye, hay que colocar a la persona acostada de lado. Si pierde la conciencia tenemos que comenzar las maniobras de reanimación. Todas las indicaciones se las daremos desde el 061 mientras enviamos un recurso». 

 

Las consecuencias de la inhalación de humo más allá de los pacientes crónicos

 Los efectos de inhalar humo no es un problema que se circunscriba a personas con patologías crónicas «Agudiza las patologías respiratorias, pero, además, muchos pacientes que no tenían ningún tipo de patología respiratoria pueden presentarla por primera vez y sufrir algún tipo de broncoespasmo, por ejemplo», describe la doctora, que recuerda que también puede generar «irritación en la conjuntiva del ojo, fosas nasales, etc».

A la hora de evitar posibles consecuencias, hay ciertas precauciones que podemos tomar. «Debemos procurar que el humo no entre en las casas, incluso colocando toallas húmedas en las puertas y las ventanas. El humo puede producir inflamación en la vía respiratoria y dificultad para que entre el aire en el pecho. La persona que tenga dificultad para respirar debe sentarse y desabrochar la ropa que le pueda apretar, llamar al 061 y seguir las indicaciones», recomienda Martínez Moraña, que añade que ponerse un paño húmedo en la boca también puede resultar una estrategia eficaz. «En el caso de que el humo irrite los ojos, hay que lavarse la cara con agua muy abundante durante al menos diez minutos», completa. 

 ¿Cómo actuar si la ansiedad nos puede?

Desde el 061 completan el protocolo de actuación con una serie de recomendaciones para no ser víctimas de la ansiedad propia de una situación límite. «En estos casos, lo que recomendamos es que la persona respire despacio. Respirar demasiado rápido provocará que pronto aparezcan hormigueos en los dedos, los labios e incluso rigidez. Esto es por un exceso de eliminación de CO2. También recomendamos respirar utilizando una bolsa. Siempre, también en estos casos de ansiedad, hay que pedir ayuda», recuerda la experta.

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.