Así debe ser el botiquín de emergencias en tus vacaciones

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

La Voz de la Salud

Desde las tradicionales gasas y productos desinfectantes, a medicamentos para aliviar sintomatología propia de las vacaciones, como antiaderreicos, laxantes o antieméticos. Te recomendamos lo que debes incluir,  también adaptado a los más pequeños

18 jul 2022 . Actualizado a las 09:59 h.

Podríamos afirmar que a casi nadie le gusta hacer maletas y que todos tenemos esa sensación de que se nos olvida algo importante cuando ya tenemos todo empaquetado. Por eso, te damos unas claves para preparar un botiquín de emergencias para tener a mano en tus días de descanso, y para que esa incertidumbre de «no sé si me falta algo» deje de preocuparte. 

Lo primero a considerar es que el contenido de este botiquín variará según el lugar al que te vayas a dirigir y a través de qué medio te vayas a desplazar —y si este te puede provocar mareos—. También si tenemos pequeños en familia y si ellos, o tú mismo, tomáis medicación para una enfermedad crónica. En ese caso, lo primero que debemos incluir es la medicación correspondiente, como por ejemplo, broncodilatadores para el asma, antihistamínicos para niños con alergias, cremas con corticoide para dermatitis atópica, etc.

Después de eso, en función de las circunstancias del viaje y de la disponibilidad de atención médica y farmacia en el punto de destino, hay que valorar añadir al botiquín productos como:

1. Material de cura para pequeñas heridas

En primer lugar, se recomienda incluir material de cura para pequeñas heridas, cortes y rozaduras, como gasas, esparadrapo, apósitos, suero fisiológico y antisépticos. Eso sí, recuerda que para desinfectar las heridas no se debe utilizar ni agua oxigenada, ni alcohol. Es mejor optar por alternativas como Betadine o Cristalmina, nombres comerciales de la povidona yodada y la clorhexidina, respectivamente. Aquí te contamos el porqué de esta recomendación.

Estos son los pasos que debes seguir para desinfectar una herida.
Estos son los pasos que debes seguir para desinfectar una herida. La Voz de la Salud

2. Analgésicos para el dolor ocasional

Otro imprevisto propio de las vacaciones puede ser un dolor ocasional. Por esa razón, la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp) aconseja incluir analgésicos. Entre los más comunes, el paracetamol, el Nolotil, el ibuprofeno, el naproxeno o el dexketoprofeno. Si tienes dudas sobre cuál elegir, ahí van una serie de indicaciones de cada uno —la clave suele ser el tipo de dolor que tengamos y los efectos adversos que estos pueden dar—.

  • El paracetamol es un analgésico y antitérmico, es decir, está indicado para la fiebre, el dolor de cabeza o la gripe. 
  • El ibuprofeno es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) y está indicado en casos en los que exista inflamación, como artritis, lesiones musculares o cólicos menstruales. 
  • El naproxeno está indicado para los mismos casos que el ibuprofeno, pero resulta más lesivo para cuestiones gastrointestinales, mientras que el ibuprofeno lo es para temas cardiovasculares. Así, este último presenta un perfil de mayor seguridad para pacientes que sufren patologías de tipo digestivo y el naproxeno para los afectados por una enfermedad cardíaca o con tensión arterial alta.  
  • El Nolotil se utiliza para el tratamiento del dolor agudo moderado o intenso post-operatorio o post-traumático, de tipo cólico o de origen tumoral. 
  • El dexketoprofeno también es un antiinflamatorio no esteroideo y está indicado para el dolor de intensidad leve o moderado de tipo muscular, articular, menstrual o dental, pero no está indicado para el dolor de cabeza. Aquí te contamos las diferencias con el ibuprofeno.

En todos los casos, antes de ingerir cualquiera de estos fármacos se recomienda consultar con un profesional. 

Por cierto, no te olvides de incluir un termómetro. 

3. Antieméticos y fármacos para favorecer la salud digestiva

La Anefp recomienda incluir antieméticos para prevenir los mareos, así como antiácidos, antidiarreicos, soluciones de rehidratación oral y laxantes para tratar la acidez estomacal, las digestiones pesadas, el estreñimiento o la diarrea. Todas son sintomatologías que suelen aparece con el cambio de hábitos alimenticios propio de las vacaciones. Sobre esto, ten en cuenta que omeprazol y el Almax, fármacos que son muy comunes para tratar sintomatología de este tipo, son totalmente diferentes y es importante acertar con su utilización.

Si bien existen fármacos de venta libre para el mareo como el dimenhidrinato (Dramamine) o la difenhidramina (Benadryl), que se suelen usar para prevenir el mareo de los niños en los viajes, si se presenta esta circunstancia o cualquier tipo de patología, lo correcto es consultar con el pediatra antes de administrarlos a los niños, y seguir cuidadosamente las instrucciones médicas en caso de hacerlo.

4. Repelentes y antihistamínicos

Si tu destino de vacaciones es un lugar exótico, seguramente ya los tengas en cuenta para hacer frente a las picaduras de insectos. Los repelentes son sustancias que se aplican en la piel que interfieren con los insectos e impiden que estos hagan una picadura. Uno de los más conocidos es el DEET (N,N-Dietil-meta-toluamida), eficaz contra la mayoría de los artrópodos como mosquitos, garrapatas, arañas, pulgas y moscas. Se pueden encontrar en el mercado en formato loción, crema o espray. El icaridin y picaridin es otro repelente conocido, y muestra una gran eficacia contra diferentes insectos. 

¿Cuál utilizar con los niños? La AEP recomienda no utilizar DEET en menores de dos meses y evitar en la medida de lo posible aplicarlo en los niños menores de dos años priorizando el uso de mosquiteras. Por otra parte el icaridin, no se ha evaluado en menores de 6 meses, por lo que algunos organismos no recomiendan su utilización en niños hasta pasar ese límite de edad. 

Otros repelentes de uso tópico y eficacia probada, aunque con menor conocimiento científico según la AEP, son los que llevan IR-3535, piretrina, citridiol y citronela. Además, aseguran que los dispositivos electrónicos que emiten sonidos agudos y las pulseras impregnadas de repelentes no han demostrado ninguna eficacia y no se deben utilizar.

5. Protector solar

En tu botiquín debes incluir siempre el más adecuado para tu piel. ¿Cómo hacerlo? Lo primero es conocer nuestro fototipo de piel, que es la capacidad de la piel para asimilar la radiación solar. Su clasificación oscila entre el I y el V. 

Fuente: Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Gráficos: La Voz de la Salud
Fuente: Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Gráficos: La Voz de la Salud La Voz de la Salud

Además del factor de protección solar (FPS), a la hora de comprar una crema solar también tenemos que tener en cuenta nuestro tipo de piel: grasa, mixta, sensible, seca o normal. Y ya por último, mirar bien las etiquetas del producto y asegurarnos de que nos proteja frente a varios espectros de la luz, como puede ser la luz ultravioleta tipo A —UVA—, y la del tipo B —UVB—. 

¿Debo elegir uno para la cara y otro para el cuerpo? Depende de tus gustos por las texturas y del tipo de piel. Si tenemos la piel grasa en el rostro, lo ideal es que utilicemos uno específico, ya que la del cuerpo nos puede alterar la piel con la aparición de comedones. Eso sí, en la cara se recomienda que el FPS de la cara siempre sea mayor de 30, idealmente, 50. 

¿Cómo elegir el mejor protector solar para niños? La AEP aconseja que el factor de protección por encima de 30 —mejor que sea de 50— y con protección frente a los UVA. Además, en el caso de los niños pequeños recomiendan utilizar filtros físicos. Estos actúan actúan reflejando la luz solar y suelen contener sustancias como el dióxido de titanio y el óxido de zinc, mientras que los químicos o orgánicos absorben la radiación ultravioleta, y según la asociación, pueden provocar dermatitis. 

Si el menor tiene menos de seis meses, lo recomendable es evitar que se expongan al sol y utilizar medidas físicas como ropa y sombrilla. 

La Voz de la Salud

Acuérdate de revisar la fecha de caducidad de los medicamentos y productos que vas a incluir en tu botiquín de viaje. Ante cualquier duda, consulta con un profesional sanitario.  

Asimismo, debe llevarse la tarjeta sanitaria o seguro de viaje de todos los miembros de la familia. Esto es especialmente importante para viajes al extranjero, en los que conviene revisar con tiempo toda la documentación necesaria.

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.