Empantallados desde la cuna

Ana T. Jack

LA VOZ DE LA ESCUELA

Lo que los niños necesitan es correr, estar con otros niños…
Lo que los niños necesitan es correr, estar con otros niños… CAPOTILLO

Cada vez es más habitual ver a bebés absortos ante tabletas, móviles y televisiones

02 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Nanas en la tableta y efecto sonajero en el móvil para dormir al bebé más rabudo. El juego de los instrumentos musicales o el de dibujar con el dedito sobre la pantalla para que el peque se entretenga en los desplazamientos en coche. Un buen rato de televisión en la sala de espera del pediatra. Y dibujos animados para que coma la papilla de verduras sin protestar. Cada vez estamos más habituados a ver a los bebés con un dispositivo móvil delante de sus ojos en situaciones en las que, hace no tantos años, no había nada (o quizá solo un trozo de pan, un juguete, un hermano…). Las cosas han cambiado y dicen que no tiene por qué ser a peor, aunque a veces es inevitable echarse las manos a la cabeza. Las nuevas tecnologías forman parte de nuestras vidas y, por supuesto, de las de nuestros hijos. Pero para proteger a los más pequeños debemos tener al menos un par de ideas claras. La primera, que una aplicación informática (de dibujar, de sonidos de instrumentos o de canciones de cuna, por poner tres ejemplos) no es ni parecida a trazar líneas con un lápiz sobre un papel, a soplar una flauta de verdad o a que tu mamá te cante una nana a la hora de dormir.

La segunda idea nos la recuerda, un año más, la Asociación Americana de Pediatría: en menores de 18 meses el uso de pantallas está totalmente desaconsejado. A partir de esa edad, y hasta los 5 años, recomiendan contenidos de alta calidad, acompañarlos en su visionado y limitar su uso a un máximo de una hora al día.

Estas pautas generales de sentido común tienen el objetivo de evitar las consecuencias negativas en el desarrollo. Algunas de las que ya tenemos evidencias, son:

Problemas de sueño. Se estima que cada hora de uso de un dispositivo digital resta 16 minutos menos de sueño a los menores de 3 años. La calidad del sueño tampoco es la misma, según un estudio realizado el pasado año por tres universidades inglesas.

Hiperestimulación. Los contenidos de la pantalla acostumbran a los niños a ritmos trepidantes, muy diferentes a los que les ofrece la vida real. Por eso la vida cotidiana les puede llegar a parecer muy aburrida y necesitan estímulos cada vez más intensos para sentirse motivados. Además, provocan en los niños estados de excitación permanente y mucha ansiedad cuando toca apagar el dispositivo. Crean verdadera adicción.

Problemas de atención. Dimitri Cristackis es el autor de un exhaustivo estudio sobre las consecuencias de exponer de forma habitual a los bebés de 0 a 3 años a las pantallas. En su investigación concluyó que cada hora de televisión diaria en menores de 3 años aumenta en un 10 % el riesgo de que presenten trastornos de atención en la edad escolar.

Dificultades de aprendizaje. Cristackis también analizó el efecto del visionado de dibujos animados en una muestra de niños de 4 años. Demostró que los dibujos animados de ritmo muy rápido (tipo Bob Esponja) perjudican más la capacidad de aprendizaje que los dibujos más lentos (tipo Pocoyó).

Falta de autocontrol. Hoy en día tenemos un miedo absurdo a que nuestros niños se aburran. En vez de enseñarles a tener paciencia, a aplazar la recompensa o a esperar con calma su turno, enseguida les facilitamos una pantalla para que se tranquilicen. Y así se llegan a convertir en personitas impacientes, dispersas o con atención difusa.

¡Protejamos a nuestros bebés!

Decálogo de la cordura

1 Ten claro que la pantalla no es la cuidadora de tu hijo. Recurre a ella solo en momentos puntuales.

2 Valora siempre la calidad de los contenidos: no todo vale. En el caso de la televisión, revisa la programación antes de enchufarlo a ella y escoge canales sin publicidad.

3 Siempre que puedas, siéntate a su lado a verlos (aunque te pegues una cabezadita de vez en cuando…). Es decir: acompaña.

4 Asegúrate de que las pantallas no estén presentes en las horas de las comidas (es cómodo, desde luego, pero así no aprenden a comer ni a estar en la mesa) ni en situaciones inadecuadas (en un espectáculo infantil).

5 Controla la ominipresencia de las pantallas en casa. No es necesario tener la televisión encendida de forma permanente. Es un ruido de fondo innecesario y perturbador.

6 Recuerda que lo que necesita tu hijo menor de 6 años es, sobre todo, interactuar con el mundo: correr, trepar, oler, tocar, experimentar, abrazar, descubrir cosas por sí mismo, estar con otros niños…

7 Atrévete a ofrecer alternativas a la pantalla. Puede que te sorprenda el resultado: una cesta con pinzas, un periódico para romper o hacer sombreros.

8 Evita utilizar la pantalla como premio por portarse bien y menos aún como solución para que deje de portarse mal.

9 Asegúrate de que, al menos dos horas antes de irse a dormir, ha dejado de utilizar la pantalla. El cerebro necesita un tiempo para volver a la normalidad tras los estímulos recibidos.

10 No te dejes convencer por dibujos animados que incitan al sueño ni por aplicaciones móviles ideales para el momento de irse a la cama. Las supuestas «apps» educativas para bebés pocas veces logran demostrar su eficacia: nada comparable a un cuento leído por papá o mamá.

escuela de padres 

? TEMA DEL MES: Hijos y pantallas.

? ETAPA: Primera infancia.

? EL DATO: El 75 % de los niños de entre 6 meses y 3 años de edad usan una pantalla táctil a diario («Science Reports», 2017).

? ALGUNAS CLAVES: Controlar la cantidad y la calidad de lo que ven en las pantallas y asegurarse de que estas no sustituyen a las actividades beneficiosas para su desarrollo: juego, movimiento, interacción con otros niños…

? ERRORES QUE EVITAR: Utilizar la pantalla como dispositivo para «apagar» al niño.

? PARA SABER MÁS: «Guía EducaTic Familias», editada por la Fundación Atenea, el Instituto de Adicciones Madrid Salud y la Universidad Rey Juan Carlos. Este es el enlace: https://goo.gl/y3v75u