El océano manda en el clima

Fran Armesto

LA VOZ DE LA ESCUELA

Algunas de las víctimas de las crecidas provocadas por «El Niño» tratan de cruzar el río Virú, en Perú, tras caer derribado el puente
Algunas de las víctimas de las crecidas provocadas por «El Niño» tratan de cruzar el río Virú, en Perú, tras caer derribado el puente REUTERS

Las recientes lluvias torrenciales de Perú evidencian la importancia que tienen los océanos en el tiempo

29 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Niño (se llama así porque suele aparecer en fechas próximas a la Nochebuena) es un fenómeno oceanográfico y meteorológico originado por el movimiento anómalo de una corriente marina. Llega en numerosas ocasiones a los medios de comunicación por las consecuencias sobre el tiempo atmosférico que lo acompañan. Sucede cuando las aguas cálidas del océano Pacífico, que normalmente circulan por zonas alejadas de la costa sudamericana, se acercan a la costa de Perú y Ecuador, elevando la temperatura de las aguas costeras entre 1 y 3 grados. Esta situación, que hace desaparecer el afloramiento de aguas profundas y en consecuencia la pesca, provoca lluvias torrenciales que pueden causar grandes inundaciones acompañadas de enormes pérdidas (en infraestructuras, agrícolas, etcétera). Además, este suceso tiene capacidad para provocar sequías, inundaciones, tornados o incendios en regiones tan alejadas como Norteamérica, Asia y Europa y Australia. El Niño es un suceso cíclico que se presenta de forma errática, pero con una periodicidad que puede variar entre tres y siete años; y sus efectos duran entre ocho y diez meses. El último sucedió entre el 2015 y el 2016.

La influencia de las corrientes marinas en el clima europeo también es muy importante, pues gracias al calor que acumula la corriente del Golfo durante su viaje por zonas ecuatoriales, Europa disfruta de un clima más apacible que las tierras situadas a la misma latitud pero al otro lado del océano. Por ejemplo, Nueva York y A Coruña están prácticamente situadas a la misma distancia del ecuador y del polo norte, pero mientras que en la ciudad norteamericana son frecuentes las nevadas y las temperaturas bajo cero durante los inviernos, en la costa gallega apenas llega a nevar. Por motivos similares, Terranova es un territorio inhabitable, mientras que Bergen, a su misma latitud, es una de las grandes ciudades noruegas. La explicación es sencilla: mientras que las costas europeas reciben el abrazo de aguas cálidas, las norteamericanas están bañadas por la fría corriente del Labrador, que baja desde el océano Ártico.

Una gigantesca corriente circula cerca de los fondos marinos y discurre por todos los océanos

Desde los años ochenta del siglo XX se está prestando mucha atención a la llamada cinta trasportadora oceánica, una gigantesca corriente que circula cerca de los fondos marinos y discurre por todos los océanos. Su origen está en las diferencias de densidad (depende de la temperatura y la salinidad) que caracterizan las aguas oceánicas, motivo por el que su descubridor la denominó cinturón termohalino. Las aguas muy saladas y frías pesan más que las dulces y cálidas, por lo que se hunden. En las zonas polares, el frío hiela parte del agua pero no la sal, que queda disuelta en el mar, incrementando ligeramente la salinidad; por eso en estas zonas las aguas se hunden, pues son más densas, es decir, más frías y más saladas.

Simplificando un poco el circuito de esta gran corriente, podríamos imaginarla como una gran cinta transportadora formada por aguas superficiales cálidas y poco densas mientras que las aguas profundas son más saladas y frías. El Atlántico norte es el lugar donde estas aguas se hunden hacia los fondos oceánicos, discurriendo hacia el sur y luego hacia los océanos Índico y Pacífico. El ascenso de esta gigantesca corriente sucede en el Pacífico norte y desde allí se mueve en superficie cruzando el océano Índico y subiendo hasta el Atlántico norte, donde vuelve a sumergirse.

La importancia de esta corriente es que conecta y mezcla todas las aguas marinas. Además, al trasportar el calor de unas a otras zonas se convierte en el principal regulador del clima terrestre. De ahí el gran interés científico por investigarla, pues su alteración podría provocar graves consecuencias meteorológicas para el ser humano. Sus aguas se mueven muy despacio, a razón de unos 10 o 20 centímetros cada segundo, por lo que desde que se sumergen hasta que vuelven a ascender pasan unos 1.600 años.

Actividades

  • El módulo del coruñés Aquarium Finisterrae llamado OceanoSfera presenta este año el programa Loop, que trata sobre corrientes marinas. Producido por la NASA, presenta imágenes y datos científicos originales de esta famosa agencia. También incluye hermosas e imaginativas secuencias de vídeo especialmente diseñadas para ser mostradas en proyectores esféricos, así como refrescantes animaciones que ayudan a comunicar la ciencia de forma excitante, accesible y emocionalmente atractiva. La película presenta fenómenos que suceden a escala global, como la cinta transportadora oceánica, la circulación atmosférica y el ciclo del agua, así como principios generales que rigen la circulación y el equilibrio en nuestro planeta. Más información: goo.gl/ZMjtI6
  • Un vídeo breve producido por la BBC explica la formación de «El Niño»: goo.gl/lsH4lR