Año de huracanes con final inesperado

> Bibiana G. Visos bibiana@casaciencias.org

LA VOZ DE LA ESCUELA

NASA

La formación de ciclones tropicales en el Atlántico norte comienza en junio y acaba en noviembre. El penúltimo, «Sandy», ha dejado cerca de 200 muertos en 7 países

15 nov 2012 . Actualizado a las 14:10 h.

Al igual que en una serie de televisión, la temporada de huracanes tiene un comienzo (junio) y un final (noviembre), cuenta con capítulos (este año van 18 ciclones tropicales), sorprende con finales inesperados (Sandy ha dejado a su paso un paisaje desolador de muerte) y el año que viene volverá a estrenarse sin que nadie sepa qué ocurrirá.

El decimoctavo ciclón tropical de 2012, Sandy, décimo en alcanzar el grado de huracán (esto sucede cuando sus vientos superan los 117 km/h), ha afectado a Haití, República Dominicana, Jamaica, Cuba, Bahamas, Estados Unidos y Canadá, provocando cerca de 200 muertes. Esta es la peor actuación que puede ofrecer un fenómeno meteorológico que cada año vuelve a formarse en las mismas regiones.

CICLÓN TROPICAL

Los ciclones tropicales son las tormentas más violentas de la Tierra. Funcionan como grandes motores que usan aire húmedo y caliente como combustible, por eso se generan sobre aguas oceánicas calientes próximas al ecuador. El agua marina debe alcanzar una temperatura mínima de 27 grados Celsius en una capa superficial de unos 70 metros de profundidad. Los ciclones tropicales reciben diferentes nombres según donde ocurran: pueden ser tifones, ciclones o huracanes. Solo los ciclones tropicales que nacen sobre el Atlántico y el Pacífico este, y que alcanzan vientos de más de 117 km/h, reciben el nombre de huracanes.

Cuando un ciclón tropical entra en contacto con tierra, pierde su fuente de combustible y su fuerza, por esta razón las zonas costeras son las más azotadas.

EN EL OJO

Algunos huracanes muestran en su parte central una zona clara que se conoce como ojo. Esa región es un sector de tranquilidad donde no hay nubes, ni lluvias, ni vientos veloces... Es la parte central de un ciclón tropical muy desarrollado, cuyo diámetro puede ir de 30 a 35 kilómetros.

Los científicos no se ponen de acuerdo sobre por qué se forma. Unos señalan que es un área de equilibrio rodeada de grandes nubes tipo cumulonimbos. Otros defienden que es consecuencia de un descenso de aire de la estratosfera (a más de 25 kilómetros de altitud) que se canaliza por el centro del huracán hacia el suelo.

Así se bautiza a un ciclón tropical

Los ciclones tropicales son fenómenos que pueden durar desde unas cuantas horas hasta semanas, por lo que puede haber más de un ciclón tropical a la vez en una misma región. Esto obliga a los meteorólogos a asignar un nombre a cada uno, de una lista predeterminada, para identificarlo fácilmente y distinguirlo de los demás. Para los que se forman en el Atlántico, se alternan nombres masculinos y femeninos. La lista del 2012 es «Alberto», «Beryl», «Chris», «Debby», «Ernesto», «Florence», «Gordon», «Helene», «Isaac», «Joyce», «Kirk», «Leslie», «Michael», «Nadine», «Oscar», «Patty», «Rafael», «Sandy», «Tony», «Valerie» y «William», aunque estos dos últimos aún no se han usado.

Ciclogénesis explosiva

Además de ciclones tropicales, hay otro tipo, conocidos como ciclones extratropicales o ciclogénesis explosivas. Se trata de fenómenos meteorológicos que algunos inviernos han azotado las costas de Galicia.

Aunque las ciclogénesis explosivas pueden alcanzar vientos huracanados (es decir, de más de 117 km/h), la forma en que se originan es muy diferente de la de los ciclones. Una ciclogénesis explosiva aparece por la suma de borrascas, y se vuelve muy violenta en poco tiempo. Este tipo de fenómenos son muy difíciles de predecir.