En el ataque, según el grupo, se produjeron varias muertes, pero la cúpula de la organización sobrevivió
09 sep 2025 . Actualizado a las 20:45 h.Se acabaron los escondites. Y con ellos, las negociaciones. Con la invasión de Gaza en ciernes, Israel ejecutó este martes un ataque sobre Catar para acabar con la cúpula de Hamás en el extranjero en el que murieron miembros menores del grupi¡o, pero sí nombres presentes en una reunión del grupo para discutir un alto el fuego al que Israel dio luz verde por la mañana. El gobierno de Benjamin Netanyahu optó, no obstante, por acelerar el fin de la guerra y doblegar al remanente político del Movimiento de Resistencia Islámica con el beneplácito de EE.UU.. O al menos, intentarlo.
La operación, bautizada como Cumbre de Fuego, fue coordinada por el Ejército y el servicio de Inteligencia interno de Israel, el Shin Bet. Según fuentes de Hamás conocedoras del incidente y el propio brazo armado israelí, el objetivo fue una reunión de la cúpula del partido-milicia en el exilio, que discutía el ultimátum de Washington y Tel Aviv para poner fin a la guerra, liberar a los rehenes y acabar con la hegemonía de Hamás en Gaza.
El representante de Gaza y jefe del equipo negociador de Hamás, Jalil al Hayya; el representante de Cisjordania, Zaher Jabarin, el ministro de Asuntos Exteriores de facto de Hamás, Jalid Meshal —que se había convertido en el líder del partido-milicia tras el asesinato de sus predecesores, Ismail Haniyeh y Yahya Sinwar—; el jefe adjunto del buró político, Moussa Abu Marzouk; su colega Nizar Awadallah y el jefe del Consejo Shura [la asesoría espiritual], Muhammad Darwish, fueron los blancos del ataque. Sin embargo, el miembro del buró Suhail al-Hindi indicó que las únicas víctimas fueron el hijo de Al Hayya y algunos miembros de su oficina y escolta, habiendo sobrevivido el resto, según informó Al Yazira.
El ataque tiene graves consecuencias. Primero, porque Catar es reputada entre las petromonarquías del Golfo por su seguridad, y es la primera vez que un país mediador es atacado en la guerra. Además, si Israel se empeña en desmantelar la cúpula de Hamás, este quedaría sin capacidad negociadora e Israel tendrá vía libre para asestar su golpe de gracia sobre los remanentes de las Brigadas al Qassam en Ciudad de Gaza y decidir el futuro de la Franja.
Solidaridad árabe
El portavoz de Exteriores de Catar, Majed al Ansari, calificó el ataque de cobarde mientras añadió que su país «no tolerará este comportamiento imprudente de Israel ni la continua perturbación de la seguridad regional». El príncipe saudí Mohamed Bin Salman se telefoneó con el emir Tamim al Thani para condenar el bombardeo y alertar de las «graves consecuencias» que tendrá, que bien podría pasar por añadir obstáculos a aprobar los Acuerdos de Abraham —de momento la constitución de un Estado palestino es el único para Riad— para normalizar relaciones con Tel Aviv.
A pesar de las celebraciones en los círculos políticos israelíes y las condenas internacionales tras el ataque, Benjamin Netanyahu quiso esclarecer que «Israel lo inició, Israel lo dirigió e Israel asume plena responsabilidad» después de que medios israelíes informaran de que la operación tuvo el visto bueno del presidente de EE.UU., Donald Trump. Sin embargo, otros medios árabes como Al Yazira o al menos dos cadenas saudíes informaron de que la embajada de dicho país en Doha fue la única en prevenir a sus nacionales de la agresión.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, indicó en rueda de prensa que el ejército estadounidense informó al Gobierno del presidente Donald Trump antes del ataque, y se negó a aclarar si Israel había alertado de antemano al Pentágono.
«Bombardear unilateralmente dentro de Catar, una nación soberana y un aliado cercano de Estados Unidos que trabaja muy duro y valientemente, asumiendo riesgos, con nosotros para mediar en la paz no avanza los objetivos de Israel o de Estados Unidos. No obstante, eliminar a Hamás, que se beneficia de la miseria de los que viven en Gaza es un objetivo loable», indicó Leavitt.
Netanyahu habría autorizado la operación, según la prensa israelí, como represalia por el ataque contra un autobús en Jerusalén el lunes, el cual había sido reivindicado por Hamás.