Starmer ordena investigar a las bandas que seducen a menores con fines sexuales

j. f. alonso LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El primer ministro británico, Keir Starmer
El primer ministro británico, Keir Starmer Carl Court | REUTERS

El primer ministro afirma que «es lo correcto» tras haberse negado en un principio a la averiguación

16 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Keir Starmer ha vuelto a recular. Tras desenterrar las ayudas para que los pensionistas de menos recursos puedan pagar la calefacción en el invierno, que su Gobierno había sepultado, ahora el primer ministro británico ha aceptado abrir una investigación sobre las bandas de criminales que seducen a menores con fines sexuales. «Esto es lo correcto», dijo el premier al anunciar que en breve designará una comisión independiente.

El mandatario se había negado a la posibilidad de ordenar una investigación independiente sobre la actuación de bandas dirigidas por hombres de origen pakistaní, alegando que retrasaría la justicia para las víctimas. Sin embargo, una investigación preliminar dirigida por Louise Casey, miembro de la Cámara de los Lores, le hizo cambiar de idea. «Nunca he debido decir que no volveríamos a analizar este asunto», dijo el sábado mientras viajaban a Canadá para asistir a la cumbre del G7.

No obstante, el premier pidió calma a los ciudadanos porque «llevará tiempo determinar cómo funcionará la comisión». Se espera que este lunes la ministra del Interior, Yvette Cooper, dé algunos detalles en el Parlamento sobre los siguientes pasos.

Casey pasó tres meses revisando casos de abusos sexuales ocurridos en Rotherham, Rochdale, Oldam, Oxford, Peterbourgh, Telford y en otras localidades del Reino Unido en las últimas dos décadas y consideró que era necesario realizar una investigación más exhaustiva. ¿La razón? La mayoría de las víctimas eran mujeres que vivían en zonas deprimidas económicamente, algunas de ellas menores. En algunos de los casos hay sospechas de que la policía tenía indicios de la actuación de los grupos delincuenciales antes de haber tomado medidas contra ellas.

Casey volvió a estudiar un caso ocurrido en la localidad inglesa de Rotherham en el 2015 y encontró que había una «cultura arcaica de sexismo, acoso e incomodidad en torno a la raza», y que las autoridades policiales locales temían ser etiquetadas de racistas si mencionaban los orígenes étnicos de los autores.

El asunto fue centro del debate a principios de año cuando el dueño de Tesla y X, Elon Musk, acusó a Starmer de ser «cómplice» del sufrimiento de las víctimas por no haber perseguido a las bandas durante el tiempo que estuvo al frente de la Fiscalía.