
Contraataca con aranceles a hidrocarburos, restricciones a la exportación de minerales críticos y una investigación a Google
05 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.China ha optado por el método Trump y se prepara para una futura negociación exhibiendo sus amenazas. Prácticamente al mismo tiempo que entraban en vigor este martes los aranceles del 10 % a sus productos aprobados por Washington, Pekín anunciaba una batería de sanciones. En un comunicado, el Ministerio de Finanzas chino informó que impondrá aranceles del 15 % a las importaciones de gas natural y carbón estadounidenses y de un 10 % al petróleo, equipos agrícolas y vehículos de gran cilindrada. También anunció controles a la exportación de minerales críticos y una investigación antimonopolio contra Google.
Las sanciones entrarán en vigor el 10 de febrero por lo que queda margen para llegar a acuerdos. Se espera que igual que Trump ha negociado con Canadá y México también lo intente con China. El presidente Xi Jinping podría mantener una conversación telefónica con su par estadounidense esta misma semana.
Hasta ahora el gigante asiático había optado por un perfil bajo ante la amenaza de la guerra comercial. En medio de las vacaciones del Año Nuevo chino, se había limitado a emitir comunicados defendiendo el libre comercio y que el fentanilo es un problema interno de Estados Unidos. La única acción concreta de Pekín fue denunciar el caso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por «prácticas ilícitas». Una medida con poco recorrido dada la cantidad de años que tarda en dictarse resoluciones.
El anuncio de este martes representa un salto adelante. Pekín busca sentarse a negociar desde una posición de fuerza, como hace Trump. Las medidas han sido selectivas. Los aranceles solo afectan a determinados productos como los hidrocarburos, un sector primordial para Washington. La decisión de restringir las exportaciones a Estados Unidos a cinco metales críticos (tungsteno, telurio, bismuto, indio y molibdeno) pretende impactar en la industria de la electrónica, la defensa o las energías limpias.
En cambio, el inicio de una investigación antimonopolio a Google tiene sobre todo un carácter simbólico, ya que los servicios de la compañía están censurados en China desde el 2010. Pero la iniciativa es un aviso para las empresas norteamericanas.
Además incluye en la lista de entidades «no fiables» al grupo PVH Corp, el holding matriz de marcas como Calvin Klein o Tommy Hilfiger, y a la empresa de biotecnología Illumina. La sanción a PVH Corp puede ser la respuesta a las investigaciones que se llevan a cabo en EE.UU. a las chinas Shein y Temu.
China, más preparada
Hasta el momento Trump y Xi han dado signos de mostrarse conciliadores. La economía china no vive su mejor momento, pero está más preparada que en el 2018 para una guerra comercial. Pekín ha diversificado su mercado en África, Latinoamérica y el Sudeste Asiático. Xi Jinping estaría dispuesto a recuperar el acuerdo del 2020 en el que se comprometió a aumentar la compra de productos estadounidenses para reducir el déficit comercial con Washington. La pandemia impidió que se aplicará.
En cuanto a Trump, puede necesitar la ayuda del presidente chino para presionar a Vladimir Putin y acabar con la guerra en Ucrania. También le interesa resolver el problema de TikTok forzando la venta a una empresa estadounidense. Y no hay que olvidar los intereses de Elon Musk, que se puede convertir en un aliado de China. El asesor de Trump vende en el gigante asiático el 40 % de sus Teslas y es donde tiene la fábrica más grande.