Austria acude a las urnas pendiente de si los conservadores ceden ante los ultras

marina sera VIENA / EFE

INTERNACIONAL

FILIP SINGER | EFE

El FPÖ lidera los sondeos, pero necesitaría el apoyo de los del actual canciller

29 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Austria celebra hoy elecciones legislativas con el ultranacionalista FPÖ, miembro del grupo Patriotas por Europa en el Parlamento Europeo, liderando las encuestas con una retórica xenófoba y antisistema en la que muchos analistas ven un riesgo para la democracia.

Aunque el Partido Liberal (FPÖ) encabeza desde hace año y medio los sondeos, que le dan ahora el 26 % de los votos, la gobernabilidad requerirá de una coalición en la que la clave es si el conservador Partido Popular (ÖVP), su único socio posible, aceptaría ceder la presidencia del Gobierno al ultra Herbert Kickl.

El FPÖ, fundado por antiguos nazis tras la II Guerra Mundial, se presenta como una formación de patriotas que rechaza la inmigración y dice defender las tradiciones y la identidad germanas con un llamamiento a la «homogeneidad» de la sociedad.

Además, asume el controvertido concepto de la remigración, una idea promocionada por el extremista Movimiento Identitario, que aboga porque los ciudadanos de origen no europeo sean expulsados a sus países para asegurar la homogeneidad racial y cultural.

Pese a tener Austria una de las rentas per capita más altas de Europa, el FPÖ acusa a la actual coalición de conservadores y ecologistas de causar una «extrema inflación» que, según ellos, perjudica a la clase trabajadora y favorece a los migrantes, que en su opinión reciben excesivas ayudas públicas. El gobernante del Partido Popular cerró el viernes su campaña con un mensaje optimista de poder alcanzar aún al FPÖ. El canciller en funciones, Karl Nehammer, destacó que, a diferencia de los ultranacionalistas, el ÖVP defiende una política de centro, de estabilidad y de confianza en el futuro. Y rechazó una coalición de gobierno con Kickl al frente de los ultras.

En cambio, el FPÖ atrae a partidarios de endurecer la política migratoria, a desencantados, opositores a las medidas sanitarias y a la vacunación durante la pandemia. Sus seguidores son, en general, temerosos del futuro y nostálgicos con el pasado, cuenta Nina Horaczek, redactora jefe del semanario progresista Falter.

El FPÖ fue la fuerza más votada en Austria en las últimas elecciones europeas en junio pasado. 

Odio a las élites

Horaczek explica que los ultras captan votos en varios espectros sociales. Por ejemplo, entre la población rural, que ve en las políticas contra el cambio climático una amenaza a su modo de vida.

Pero también en sectores más urbanos y progresistas en temas sociales y de migración, que siguen al FPÖ porque su oposición a las vacunas contra el covid encaja, entre otros, en su defensa de la medicina natural y las supuestas libertades individuales.

Kickl explota la inseguridad y el descontento de diferentes sectores ante la crisis económica o la guerra en Ucrania, para presentarse como defensor de la libertad frente a unas supuestas élites que —en su relato— quieren imponer un pensamiento único.

Esa incertidumbre sirve al FPÖ «para desacreditar a partidos dominantes y promover el odio hacia minorías, sobre todo musulmanes, extranjeros, solicitantes de asilo y personas LGBTQI+», asegura Daniela Pisoiu, directora científica de Scenor, un instituto en Viena que estudia la radicalización en la Europa germanoparlante.

De hecho, Pisoiu advierte de que los seguidores más radicales del FPÖ podrían provocar «incidentes violentos», si el resultado electoral no cumple con sus expectativas. Horaczek recuerda que este nacionalismo de extrema derecha tiene una gran aceptación social en Austria desde 1986, cuando Jörg Haider se hizo cargo del partido. Desde entonces, el FPÖ ha estado tres veces en el Gobierno, siempre como socio menor en una coalición con el ÖVP.

Herbert Kickl ( FPÖ), el ultraderechista que puede gobernar

FILIP SINGER | EFE

El líder del ultraderechista FPÖ, Herbert Kickl, y admirador del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, puede lograr para su partido la primera gran victoria nacional y aspirar a ser jefe de Gobierno de Austria. Lidera las encuestas desde hace más de un año (27 %), pero el 60 % de los austríacos no quieren que sea el canciller. Este miembro de la línea dura del FPÖ, de 55 años, que emplea términos nazis, es discreto en asuntos personales. Pero se explaya en bulos. Extendió que hay un plan de las «élites» para sustituir a la población europea blanca por inmigrantes. No terminó su carrera de Filosofía, pero destaca por su redacción. Escribió los discursos del histórico líder del FPÖ, el ya fallecido Jörg Haider. Durante dos años fue ministro del Interior en un gobierno de coalición con el Partido Popular de Sebastian Kurz. Pero su gestión fue nefasta en el servicio de inteligencia, pues varios países dejaron de colaborar con Austria.

Karl Nehammer (ÖVP), el conservador que aspira a revalidar como canciller

FILIP SINGER | EFE

El conservador Karl Nehammer, de 51 años, es un antiguo soldado y exministro del Interior que, ante el avance de la extrema derecha, aspira a ser confirmado como canciller federal por el democristiano Partido Popular (ÖVP) y garantizar la estabilidad, siempre con la promesa de mantener una «mano dura» contra la inmigración. Ordenó deportar a menores que ya tenían arraigo en Austria y rechazó acoger a afganos que habían colaborado con la OTAN. Llegó al cargo en el 2021 por una crisis política, por lo que será la primera vez que se someta a las urnas. Ahora gobierna en coalición con Los Verdes. Los sondeos le otorgan el 25 % de los votos. Los expertos creen que el ÖVP formará parte del próximo Gobierno, pues es el único partido que no descarta aliarse con los ultras, aunque lo condiciona a que su líder, Herbert Kickl, no forme parte del Ejecutivo. «¡Herbert Kickl es un riesgo para la seguridad de nuestro país!», dijo de él.

Andreas Babler (SPÖ), el socialdemócrata que ayuda a los inmigrantes

Lisa Leutner | REUTERS

El izquierdista Andreas Babler, líder del Partido Socialdemócrata (SPÖ) desde el 2023, afronta el desafío de devolver al poder a su formación aunque las encuestas lo sitúan en tercer lugar, con un 20-21 % de los votos.

Babler, nacido en 1973 en una familia humilde de Viena, es alcalde de Traiskirchen, una ciudad de 20.000 habitantes conocida por albergar el mayor centro de acogida de demandantes de asilo. Comenzó muy joven su activismo político, pero no terminó ni la escuela secundaria ni su formación profesional como ingeniero mecánico. Si hizo un curso universitario sobre comunicación política. Trabajó como obrero, soldado y técnico. Es afable y su programa de brazos abiertos a los inmigrantes no le impidió mayorías de más del 71 % en el 2015 y en el 2020. Defiende la creación de un impuesto sobre los grandes patrimonios y sobre las herencias y defiende la reducción de la jornada laboral.