La crisis penitenciaria lleva al renovado temor de víctimas de violencia doméstica y a una decisión indeseable para Starmer
10 sep 2024 . Actualizado a las 20:09 h.La puesta en libertad este martes de 1.700 presos en cárceles de Inglaterra y Gales para evitar que el sistema judicial colapse ha creado un revuelo de intervenciones de profesionales de prisiones, que creen que la reincidencia de los liberados pondrá en cuestión el plan del Gobierno laborista. También ha habido criticas de la Comisionada para la Violencia Doméstica, que alerta sobre las consecuencias para sus protegidas, entre otros.
La decisión fue anunciada hace dos meses y contiene algunas variaciones con respecto a las medidas adoptadas por el Gobierno conservador. Los laboristas decidieron poner en libertad a todos los presos que hayan cumplido el 40 % de sus sentencias y no estén cumpliendo condenas por delitos sexuales graves, terrorismo, violencia doméstica y otros.
Sin embargo, no hay polémica política sobre esta delicada medida. El último ministro de Justicia de la era conservadora, Alex Chalk, ha afirmado que estaba entre los planes del Gobierno de Rishi Sunak, pero se descartó por la impopularidad de la medida en vísperas electorales. Le ha tocado a Starmer la tarea de aumentar las plazas en prisiones- eran menos de 100, el pasado fin de semana, según The Times. Los cuatro ocupantes de la mayor posición judicial en Inglaterra y Gales publicaron una carta pública la pasada semana aconsejando que hay que reducir la duración de las sentencias.
Problemas
Shabana Mahmood, ministra de Justicia del actual Gobierno, ha incitado a sus funcionarios para que identifiquen a todos los presos que cumplen condenas por violencia doméstica que han cumplido el 40 % de su sentencia, para evitar su puesta en libertad, pero un alto porcentaje de presos que cumpliendo condenas por otros delitos también tienen historial como violentos con sus parejas y familias.
El temor de Nicole Jacobs, que nombrada por el Gobierno conservador al frente de una comisión dedicada a dar voz y apoyo a las víctimas de violencia doméstica, enumera en detalle algunos de los problemas que plantea la puesta en libertad de presos que no cumplen condena por ese específico delito. Para empezar, muchas víctimas, según Jacobs, no sabrán que su maltratador será puesto en libertad este martes.
Las deficiencias en el servicio de vigilancia penitenciaria y rehabilitación— catastróficamente privatizado por un ministro conservador y renacionalizado por otro—,han impedido que las ocho semanas sean suficientes para la evaluación de los 1.700 presos. El esfuerzo para notificar y registrar a todas las víctimas es notable. Jacobs señala también a las que pasan noches en blanco.